El motín de las traviesas.

1850 Words

Renata  Volvimos a casa, cada uno en su propio coche, uno detrás de otro. Cuando nos encontramos en el estacionamiento, hicimos el recorrido hacia el interior en silencio, pero no era un silencio incómodo. Era uno de esos silencios que hablan más que las palabras. Sebastián me sostenía la mano con firmeza, como si en cada paso quisiera recordarme que ahora sí, iba en serio. Que éramos un equipo. Pero lo que ninguno de los dos esperaba, era el escenario que nos aguardaba dentro de la casa. Apenas cruzamos el umbral, escuchamos una especie de murmullo organizado, como un pequeño ejército alistándose para la guerra. El primero que entró fue Sebastián, y antes de que yo entrara, ¡zas! Las tres aparecieron. Yo me quedé observando desde la puerta la escena. Valeria, al frente, con los bra

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD