El apartamento olía a vainilla y risas.

1760 Words

Renata Los siguientes días en el apartamento con las niñas se volvieron una rutina inesperada, una que, sin querer admitirlo, me hacía feliz. Desde que nos despertábamos hasta que nos acostábamos, el apartamento estaba lleno de risas, de voces cantando y de pequeños momentos que se sentían demasiado reales. Casi podía olvidar que esto era temporal. Casi. Una tarde, después del almuerzo, luego de la tensión de los últimos días, necesitábamos algo ligero, algo que nos devolviera la normalidad, aunque fuera por unas horas. Así que decidí convertir la tarde en una fiesta improvisada. Puse música alegre, subí el volumen y, antes de que me diera cuenta, las tres niñas no tardaron en contagiarse del ritmo y en segundos estaban bailando en medio de la sala, moviendo las caderas con más ritmo

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD