"Con nadie", comento divertida, y él pone los ojos en blanco. "Dímelo, lo averiguaré y será peor para él", dice con enojo. Yo me mantengo firme. "No te diré", digo como si fuera una niña pequeña, sacándole la lengua. Él maldice. "Dime quién demonios estuvo contigo", insiste. Yo me muestro molesta. "¿Por qué siempre haces lo mismo? Tu no me dices nada… No me dices con quién", le reprocho, mirándolo mal. Él se pone de pie. "Tengo el derecho, soy tu esposo", argumenta, visiblemente enfadado. Yo también me levanto, frustrada. Además, me hiciste daño — comento con los ojos llorosos y me doy la vuelta. "Pensé que me amabas", susurra, pero yo lo escucho. "No, era mentira", respondo, completamente molesta, mientras dejo caer el pañuelo que rodeaba mi cuello. Él mira con sorpresa las marcas

