Mientras me duchaba, tomé la decisión de terminar la relación con Augusto, no porque Alejandro lo exigiera, sino porque no puedo seguir engañando a Augusto ni engañándome a mí misma. No puedo seguir fingiendo de esta manera, no cuando anoche comprendí que no tengo control de mis respuestas frente al Alejandro lujurioso y pasional, cuando se pone en el plan de seductor las hormonas se me alborotan, me debilito a tal punto que no encuentro calma sino en él. Fui criada con principios, pero la necesidad me llevó a faltar a uno de ellos, todo por querer prolongar la vida de mi madre, me dejé llevar ante la única opción que tuve a la mano para resolver esa angustia desesperante, una necesidad económica que sin preverlo favoreció a la lujuria de Alejandro; ello, aunque no muy bien visto podría e

