Salió del consultorio donde se encontraba Elizabeth, ella era la novia de su mejor amigo y acababa de ser víctima de un atroz ataque. Se sentía muy mal de pensar en Jason, iba a estar destrozado al verla, todo era un tema complicado.
Él era un cirujano plástico de gran renombre, tenía una pequeña clínica propia, donde ofrecía múltiples servicios relacionados con la estética, había invertido a eso todos sus recursos y carrera, pero afortunadamente le estaba yendo muy bien. Pronto esperaba ampliar la clínica, y aunque venia de una familia importante, era el hijo rebelde, el menor de 3 hermanos, que desafió a su padre para ser medico en vez de dedicarse a la empresa familiar. A pesar de ser la oveja negra entonces, llevaba muy buena vida.
Su clínica por el giro al que se dedicaba no era el lugar más óptimo para que viniera esa chica, sin embargo, Bill, el padre de su amigo había pedido expresamente ser trasladado a ese lugar después de la tragedia, y como los quería mucho, no iba a desairarlos en los malos momentos, muchas veces habían sido su familia mucho más ellos que sus propios padres. Tal vez por eso ante la ausencia de Jason, Bill busco seguridad en él, sí, detestaba la situación, odiaba ver policías en el pasillo, la prensa amontonada en la escalera, odiaba ese tipo de publicidad aunque fuera buena. Pero en fin, todo por la familia.
Se dirigía hacia su despacho cuando vio a April, la única hermana de Jason, caminar por el pasillo principal, sus ojos estaban hinchados y su maquillaje corrido por las lágrimas, el cabello revuelto y la mirada desencajada. Ella era otra víctima de toda esta situación, al parecer el maldito atacante de la novia de su hermano, era Scott su muy imbécil esposo. Cuando llegó a la altura de dónde él, se sujetó de sus brazos y le suplicó.
- Dime que no es cierto, Evan te ruego que me digas que no fue Scott, yo lo conozco él no pudo haber hecho eso.
- Lo siento mucho April, - fue todo lo que Evan acertó a decir - es difícil de creer y siento que sea verdad.
Ella se desplomó de rodillas, pero él el sujeto antes de que cayera al suelo, la cargó en sus brazos y la llevo a su oficina ante la atenta mirada de las enfermeras y el personal de policía.
- Bájame Evan, estoy bien- dijo ella. Era muy hermosa, siempre lo había sido. Cuando él sé amigo con Jason ella era apenas una adolescente de unos catorce años de edad, parecía una muñeca, con piel clara, mejillas siempre sonrosadas, cabello rubio dorado que se ondulaba enmarcando su bonita cara, y lo mejor, unos enormes y hermosos ojos color miel.
- No estás bien, solo mírate - le dijo Evan, notando que se veía desmejorada, parecía que había dormido poco y su habitual y hermosa sonrisa que quitaba el aliento, no estaba presente - se nota que estás muy mal. - La bajo entrando a la oficina y la acompañando a sentarse en el sofá.
- Descuida, ya era horrible desde antes- dijo ella a la defensiva - tanto que mira, mi desesperado marido terminó siendo un agresor s****l.
- Tranquila linda, no digas nada como eso, esto no tiene nada que ver contigo, ni él tiene nada que ver contigo, ya habías tomado la decisión de dejarlo desde antes.
- Claro que tiene que ver conmigo, es el padre de mis hijos- gritó April fuera de sí- ese infeliz siempre tendrá que ver conmigo por eso. Y además...- empezó a decir, pero se detuvo.
- ¿Además, qué? - preguntó Evan
- Por favor no pienses en despedirme por lo que voy a decir- dijo ella haciendo la aclaración. Ella le había pedido trabajo antes de acción de gracias, estaba decidida a alejarse de Scott y el la estaba amenazando con quitarle la casa y no hacerse cargo de los niños. Ella sabía bien que podía demandarlo, pero era orgullosa, y además autosuficiente, según lo que él recordaba se graduó con honores de la carrera de administración financiera, y había tenido un gran puesto de trabajo antes de casarse y decidir dedicarse a la maternidad. Así que para él era un honor que lo tomara en cuenta, ya que él requería de alguien con sus capacidades para planear expandir la clínica.
- April, ¿por quién me tomas?, sabes que nunca haría algo como eso, no voy a mezclar tu vida personal con el trabajo jamás.
- Nuestra vida personal, - aclaro ella- estoy embarazada otra vez.
- ¿Embarazada? - gritó él sorprendido - embarazada desde cuándo, no me digas que ya estabas embarazada cuando tú y yo...
- No, no lo estaba, tengo apenas 4 semanas- dijo April agachando la mirada.
- Pero me dijiste que no podías, que estabas cuidándote y no había peligro- dijo Evan exaltado.
- Pues eso creía yo- dijo ella- se supone que me habían ligado para no tener bebés.
- Y como es que funcionó por 3 años y después ya no- le dijo Evan molesto
- No lo sé, desde que nació Chris no había vuelto a tener sexo con Scott ni con nadie, hasta esa noche del bar que tú y yo…- no termino la frase.
- ¿Entonces diciendo estás que es mío? - preguntó Evan sin saber qué sentir.
- No lo sé, - lloró April- te juro que no lo sé, podría ser tuyo, pero también de Scott- dijo ella llorando.
De pronto Evan sintió la furia arder en su interior, qué demonios estaba diciendo ella.
- Me estás tratando de decir que no te fuiste a la cama con él en 3 años, pero decidiste dormir con él al mismo tiempo que conmigo - dijo Evan alzando la voz.
-Shhh, no grites- siseo ella
- Contesta, esa noche me dijiste que ibas a divorciarte, pero lejos de esos te acostabas con los dos.
- Claro que no, - dijo ella- las cosas no ocurrieron así, dos días después de lo del bar, él vino a casa a arreglar las cosas, estaba muy ebrio y se puso violento, me estaba forzando a hacerlo, pero al final yo accedí, yo traté de justificarlo por qué era mi marido, y pues tenía derechos, y yo…
- ¿Y tú qué?, también tenías ganas de estar con él- dijo Evan con tono amargo
- No es eso, no lo entenderías, yo me sentí culpable, no quería estar con él, pero había sido infiel contigo, no tenía una justificación para negarme.
- Por favor, esas son tonterías, esto no es el siglo pasado, no necesitas una justificación, además ni siquiera estaban viviendo juntos.
- Sé lo que piensas, nos separamos, y fue por su culpa, pero no estamos divorciados, además pensé en los niños- dijo ella- tu no lo entiendes ahora, pero yo quiero darle todo a mis hijos, incluso una familia completa a si yo no sea feliz dentro de ella.
- ¿Y entonces? - dijo él frustrado. - Porque viniste de nuevo a mí, si tanto querías perdonarlo.
- Fui a tu departamento solo a contarte lo que pasó, e iba a decirte que le daría otra oportunidad, pero tú abriste la puerta en esas... condiciones y lo primero que hiciste fue besarme sin escuchar, y yo... bueno, lo del bar fue increíble, pensé que no pasaba nada si lo hacíamos una vez más, al final de cualquier forma no era nada serio, y estaba dispuesta a quedarme atada a un hombre que ya no amo.
- ¿Y ahora no sabes si ese bebé es mío o de ese maldito violador? - espeto muy molesto.
- Cállate, no, no lo sé, pero es lo mismo, no repitas eso en voz alta, es el papá de Matt y Chris.
- Lamentablemente- dijo el ofuscado. Se pasó la mano por el cabello mientras caminaba de un lado a otro de la habitación.
Qué demonios pasaba por su mente cuando decidió irse a la cama con un problema. Desde que la vio en ese bar sabía que era un error, Jason básicamente era como un hermano, apreciaba mucho a sus padres, y a esa terca mujer la conoció siendo básicamente una niña.
Al final decidió acercarse porque la vio muy triste, y no se sentía capaz de irse y dejarla ahí sola, se estaba embriagando y algún idiota podría aprovecharse de eso, así que decidió ir con ella y se prometió a si mismo que por muy deseable que fuera, no se iría a la cama con ella.
Además, estaba casada con un antipático de lo peor, y no tenía ganas de lidiar con esa clase de conflictos, así que lo hizo por mera empatía. ¿O no? Demonios no sabía cómo se le ocurrió acercarse, tal vez no esperaba que ella se le lanzará encima, lo que si debió esperarse es que la bomba le iba a estallar en la cara demasiado pronto, Simplemente Jason iba a matarlo por dormir con su hermana y él solo quería morirse, eso sin tomar en cuenta como diablos iba a ser papá.