Llevaba creo que treinta minutos sentada en el sofá del señor Anderson, él me dejó informando que arreglaría lo que sucedió pero no entendía como. Me retiré los zapatos, me dolían los pies, me estaba dando unos masajes cuando él volvió. -¿Te encuentras mejor?- preguntó sentándose a mi lado, yo iba a responder pero la sangre en su blanca camisa llamo mi atención. -Sangras… ¿qué sucedió?- -No es nada, iré a tomar una ducha, solo quiero que sepas que ya Wilson no te molestará más, ha decido dejar la compañía.- -¿Hablas enserio?- -Si.- mencionó poniéndose de pie, vi cómo iba soltando los botones de su camisa, tenía una mirada serena algo que me dejaba aún más intranquila.- -No sé si deba agradecerle, siento que te estás metiendo en problemas.- -No te preocupes, ahora ve y sigue con

