La jornada de trabajo ha sido realmente exhausta, sólo quiero que se terminen los minutos que restan para marcharme a la casa. La hermana de Elisabeth, aprovecha para terminar de recoger sus cosas. —¿Me quieres acompañar a tomarnos algo? —pregunta Gabriela. Le dedico una mirada, quien tiene su bolso colgado del hombro. El aroma a algún perfume costoso invade mis fosas nasales, provocándome alergias. —Muchas gracias, señorita Bustamante. Pero no se moleste —le respondo cordialmente. ¿Acaso me vio cara de hambriento? Ella hace un gesto con sus labios, no muy acorde con mi respuesta. Sin embargo, una pena me invade. —Está bien, hasta el lunes —dice ella, despidiéndose. Llamo a mi padre que ya salí del trabajo, y que ya voy camino a casa. —Hola, Sebas. Un susto de muerte me provoca E
Download by scanning the QR code to get countless free stories and daily updated books