– Ya era hora… estoy muriendo de hambre – les dije en cuanto entraron. – Hot-cakes – también se asombró Mitkel. – Es un día especial – le contestó ella. alzando la cabeza orgullosa. Keila se sentó a mi derecha, Mitkel frente a ella e Israel frente a mi… se vieron unos a otros en un incómodo silencio. Mitkel inicia la oración aunque Israel no participa, ¿Me pregunto porque?, tendrá algo encontra del creador, sin darme cuenta lo estaba estudiando y el me miro mientras acomodaba una servilleta en su regazo, me ruborice apartando la mirada, él se limitó a esperar a que Mitkel se calle. – Padre todo poderoso bendice nuestro alimentos y te damos gracias por permitirnos despertar un dia mas – Israel resoplo despacio – Así mismo guía a nuestro amigo Israel por el buen camino. – Amen – dijimos

