Shana. Al llegar a la residencia de los Morrison, toco el timbre del portal de seguridad varias veces, impaciente, ya que aún no poseo la llave de acceso. Finalmente, Henry, el mejor amigo de Emely y uno de los pocos que conoce toda su historia, me abre. —Oh, Shana —Henry se aparta de la puerta, abriéndome paso—. No sabíamos de tu llegada tan repentina. —Vine en cuanto me enteré de lo sucedido —digo, pasando al hall con una mezcla de alivio y frustración—. No puedo creer que nadie me informara sobre esto. —Oh, cariño, no queríamos que te distrajeras —Me interrumpe con dulzura—. Tus hermanos nos dijeron que estabas en época de exámenes y muy ocupada. Era una decisión para protegerte. —Aun así, merecía saberlo —respondo, quitándome mi abrigo de viaje. Amin, mi asistente personal, entra

