Shana.
Hoy es el día de mi regreso a Milán. Mis padres están visiblemente deprimidos por mi partida después de tan pocos días juntos. Mis días libres han terminado, y debo viajar hoy para llegar a tiempo y prepararme para la universidad. El otro foco de melancolía son mis hermanos. Durante el tiempo que compartimos, aprovechamos cada instante: salimos a cenar a los mejores restaurantes, visitamos museos y, a veces, simplemente nos quedamos en casa, disfrutando de la paz de nuestra mutua compañía.
—Volveré pronto —Les digo, observando sus rostros sombríos. Los tres están furiosos por mi partida—. No dejaré que pase otro año para poder verlos. Vendré cada vez que pueda, y espero que ustedes también vengan a visitarme.
—Ten por seguro que iremos. No nos importa trabajar desde Italia si es
