Capítulo 1: Primer encuentro

1299 Words
Ericka ¡Por Dios! —Mamá se lleva las manos a su boca con asombro —Tu padre se morirá cuando vea ese tatuaje marcado en tu piel, no tanto eso cuando se imagine que te pudieron ver los pechos, no interferiré en tu regaño, te conozco y sé que buscas apoyo en mí confesando tal cosa señorita —Mamá me reprende, se cruza de brazos, me lo hice hace algunos días, tiene razón le conté con un solo objetivo, que endulce un poco a mi padre con sus besos y algunos cariñitos, aunque disimulan aún piensan que siguen teniendo 20 años, pero los adoro derrochan amor y confianza. —Mami hermosa, solamente es un tatuaje muy discreto —Sonrió al mostrar mi esternón tapando solamente un poco mis senos, es una flor de loto acompañado de una mándala, se ve hermoso y realza mis pechos, aunque lo mantengo oculto anhelo mostrarlo. —Te quedó precioso, realmente se te ve divino, fresita pero… —Siempre existe un, pero con papá. Es demasiado sobreprotector. Diría que asfixiante, pero amo con el alma a mi gruñón, no tengo queja alguna, nos llena de amor. —Por favor, le das unos besitos a papá antes que le muestre, o tal vez un cariño extra —Mami abre los ojos en demasía —No me mires así señora Montalvo, sé perfectamente lo que hacen cuando las puertas de su habitación se cierran —Dije despreocupada. —Eres idéntica a tu padre, le sacarás canas verdes, tu abuelo te regañará Ericka, referente a lo que insinúas guarda respeto muchachita, te daré las nalgadas que no te di de niña. —Resopla un poco molesta, cedí y le di cientos de besos, soy efusiva con mis muestras de cariño. —Madre le contaré este fin de semana, te lo juro, pero por favor intercede por mí, cuando se enoje le das un cariño especial ¡Por favor! Solamente contigo logra calmar sus ataques de lunático. —Sonríe, pero me gané una mirada de reproche —Perdón mami sus ataques de cuidarnos ¿Está mejor? —Pregunté batiendo mis largas pestañas. —Fresita lo matarás, aún no deseo quedarme viuda, sabes cómo es tu padre y no lo tomará de buena manera es capaz de comprarse él mismo un artilugio que utilizan con láser para pulverizar eso de tu piel. —Suspira —Intentaré que no te desherede, agradece que tu abuelo no es tu padre, porque si piensas que Erick es lunático, no estás en nada, tu abuelo no tenía compasión con su hijo, lo hacía pasar unas vergüenzas que no lo imaginas —Deja un beso en mi frente. —Madre creo que tu amado esposo no se queda atrás, se te olvida que arruinó todas mis citas, el primer día de la universidad me acompañó ¿No sabes lo vergonzoso que fue? —Sonríe con dulzura. Sus dedos acarician mis mejillas —Solamente lo hace por cuidarte, antes de salir no te dejes ver, intentaré que mi esposo no sufra un infarto con la impresión —Asentí sonriente. Me escabullí con rapidez mientras mamá se dedicaba a distraer al señor Erick Montalvo. Una hora después, cierro los ojos disfrutando de la música elevada del club de papá, muchas cosas han cambiado, compro este club para que no pudiéramos ir a otro lugar. Los fantasmas tienen sus ojos puestos en mí, soy «La Pequeña Gorrión» Papá decidió nombrarme de esa manera por mi cabello rojizo o su «Pequeña Heredera» Aunque no lo parezca me siento libre aquí no pueden ni verme, si lo hacen los expulsan, no de una bonita manera y el veto queda de por vida. Papá es un poco… Digamos ¿Extremista? Recuerdo como arruino mi primera cita, mi primer día en la universidad, hasta el momento ningún chico me atrae, todos son unos cobardes, porque si de alguna manera les importará enfrentarían la furia de papá, el tío Zaid, el tío Dereck y si Ethan, mi hermano menor, se encargó de amaestrarlo, aunque todos son un amor, cuidan de mamá quien es mi fiel confidente, Emily mi traviesa hermana quien ha doblegado a papá con su astucia unas cuantas veces. Celebro que unos días papá se va a jubilar, no porque este viejo, al contrario, papá es guapo, tiene 51 años, pero la edad no pasa por él, continúa pareciendo de 30 años tiene juventud eterna, odio que las babosas de mis amigas hagan comentarios sobre él, sí todos sacamos los genes posesos de Erick, por su lado mamá es cinco años menor que él, es tan guapa, elegante y segura, la joya de la familia, todos giramos a su alrededor. Ambos trabajaron por muchos años para mantener la empresa Montalvo avanzando, se sienten agotados, aunque pienso que anhelan tener otra luna de miel, cuidar el club y vigilar a sus hijos de cerca. Sonrió de tan solo imaginar a papá con unos binoculares viendo lo que hacemos. De pronto mis pensamientos son interrumpidos con un toque posesivo en mis caderas, mi piel se eriza por completo y siento su aliento tibio estrellarse con el lóbulo de la oreja, su perfume amaderado invade con ímpetu mis fosas nasales, es raro que nadie lo haya sacado por tocarme —Principessa andiamo in un posto più intimo —Su voz es intimidante, mi saliva se vuelve espesa, se pega más a mí, conozco la lengua italiana porque el tío Martín me enseño. Quiere ir a un lugar más íntimo, me enervo su atrevimiento —Posso mostrarti un movimento dell'anca migliore —Al escuchar tal cosa, me indigno su desfachatez. Sonrió maliciosa, arrastró al condenado Mozzarella, escucho caos detrás de mí, pero no me detendré, entre al baño de mujeres, tengo suerte no se encuentra ningún cubículo ocupado, gira mi cuerpo sin delicadeza, sus ojos grises se oscurecen al ver mi tatuaje, sin esperar ni un segundo succiona mis labios, sus besos son malditamente buenos, sabe besar, sus manos se pasean por mi trasero y respingué ante ese nuevo toque, mi furia crece, pero me gusta su sabor a menta con alcohol, sabe a whisky ¿Piensa que soy una ramera el infeliz italiano? Lo empujé, intentó seducirlo, nunca he hecho tal cosa, soy una muñeca de pelo rojo y ojos tan verdes como el jade, mi cabello se adhiere a mi espalda —¡Quítate la ropa! —Ordenó tocando el espacio libre de mis pechos. Él frunce el ceño así que decido actuar, muerdo su labio —Segui i miei ordini caramelle italiane —Gruñe como un animal. Le ordeno seguir mis órdenes ¡Qué tonto! Empieza a quitarse la ropa. Sonrió cuando subo un poco mi top, su mirada se encuentra dilatada y babea por mí, está desesperado. Trague grueso al ver su cuerpo moldeado, levemente tostado, con curiosidad toque su abdomen e intenta besarme —Gírate —Dije —Quiero ver tu trasero, ya tocaste el mío, ahora es mi turno. —No juegues con el postre —Expresa sonriendo, el condenado habla español. —Silencio —Ordene con rudeza. Sus ojos se tornan más oscuros y se gira, allí fue su error confiar en una desconocida, quité mis bragas, se las di, se las llevó a su nariz, sonrió complacida al palmear sus glúteos. —Te equivocaste de pelirroja —Corro por mi vida, en este instante soy una medallista olímpica, sonrió al llevarme el costoso traje del Mozzarella, deje su identificación, me largo antes que papá se dé cuenta, me mataría si se entera de mi pequeña travesura. Salgo sin dejar rastro, conozco los puntos ciegos y otros no tanto, pero Emily es muy buena con eso, siempre me ayuda a desaparecer de las cámaras —Es hora de irnos —Le exclamó al chofer.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD