Eran tardes de invierno en un pequeño pueblo ubicado en el centro del país, un país largo y angosto llamado Chile, en el centro del país una pequeña porción de habitantes convivían en un lugar sin progreso urbano, un pueblo olvidado, una isla donde incontables vidas estancadas parecían vivir esperando que el tiempo hiciera lo suyo, sin embargo, era bastante visitado y atraía muchas personas debido a su reputación, oh si la vida en esta comuna era reconocida por ser tranquila, existían leyendas en todo el país, que la ciudad de San Francisco de Asís era un lugar apacible, donde no se vivía con miedo, la juventud perdida en el alcohol los fines de semana, llegaba segura a sus casas, y es que nadie peleaba, nadie se gritaba, parecía ser que aunque en la madrugada desorientado aduvieras, jamás te pasarían nada, por que en este aburrido trozo de tierra, la gente era pacífica, nadie lastimaba a nadie, una generación de débiles, quizás, si estuviéramos en guerra con otro país, nuestro pequeño pero atesorado lugar sería devastado en segundos por una poderosa escuadra de infantería, si, así sería, devastados pero la gente vivía, pasaban sus años en los mismos círculos viciosos que todos viven, partiendo por las celebraciones de año Nuevo, vacaciones y San Valentin, luego la escuela, después vacaciones de invierno, cumpleaños, fiestas patrias, fiestas extranjeras que hacemos nuestra como Halloween para luego caer en la fiesta de fin de año y así, un sin fin de colecciones de momentos cuidadosamente confeccionados para que la humanidad viva su letargo hasta el fin de sus tiempos, y así una pequeña ciudad que existía sin penas ni gloria hasta este año, si el 2023 fue un año distinto en la pequeña ciudad de San Francisco de Asís, se decía que circulaba una criatura, un hombre corpulento, alto, robusto, peludo, con unas manos gigantescas, tenía una extraña manera de caminar, este individuo extrañamente caminaba por las noches, vivía en una casa solo, sin luz, ni agua, era una casa cerca del río que pasaba por la ciudad, el cierre de su terreno tenía alambrados eléctricos que impedían el paso de extraños a su hogar, oh si este tipo de extraño caminar andaba por las noches tranquilas intranquilo, murmuraba, miraba de reojo, respiraba con dificultad, siempre cuidadoso, siempre inteligente, al principio, lo más raro fue que caminaba por las noches, sudaba y gemia, como un perro, si, se consideraba así mismo un perro, que vigilaba todos los rincones del pueblo, pero en sus pensamientos soñaba con que la ciudad tuviera algo de movimiento, y es por eso que pensaba demasiado, no dejaba de hacerlo, soñaba con mujeres todo el tiempo, no importaba la edad, todas las feromonas que el cuerpo femenino podía soltar, esa sensación irresistible que entraba por su nariz y recorría como un torrente turbulento que no podía controlar, pero por que no dar rienda suelta a sus deseos carnosos e íntimos, sucios y depravados, oh si, este caminante nocturno tenia fantasías como todo el mundo, pero a diferencia de todo el mundo, el no las cumplía, hasta este año, el gigante peludo, tomó coraje y entró en una habitación previamente vigilada, sabia que en esa casa vivía una madre soltera con si hija, conocía detalles precisos, como que la madre consumía pastillas para dormir y que su hija de 15 años dormía en el dormitorio contiguo, en su mente ya había alimentado tantas veces ese deseo impetuoso, lo había visto en películas pornograficas como funcionaba todo, solo llegar, entrar y despertar a la chica, ella lo miraría, reiría y lo besaría entregándose a sus brazos para terminar en la cama, así imaginaba cada noche sus pervertidos sueños húmedos, el hombre de gran tamaño entró al cuarto de la chica, abriendo delicadamente la puerta de esta, en la habitación la chica dormía, el en su mente había vivido este sueño un millón de veces, reía para dentro por que sabía que estaba llevando a cabo una de sus fantasías más perturbadoras, abrió la cómoda de la chica y sacó una parte de ropa interior, se sentó en la silla que estaba en la pieza y puso el calzón en su cara, mientras reía y gemia, la chica de pronto abre los ojos, escucha los gemidos y en el fondo de su corazón, sabe, sabe que hay alguien con ella, sabe de manera instintiva que su madre duerme por pastillas y no se levantara a socorrerla, sabe que la persona que esta en su habitación es alguien sumamente peligroso y que si se atrevió a llegar ahí, pues se atrevería sin más a lastimarla, que puede hacer? el momento es casi decisivo, es un segundo en el que debes de pensar que esto que estás viviendo es real, la tranquilidad y seguridad de un hogar está siendo amenazada de manera radical y extrema, hay una entidad que está gimiendo de manera asquerosa en tu zona de confort, antes de hacer cualquier movimiento, el tipo consigue un primer peldaño en su escalón de sueños enfermizos y acaba a los segundos de entrar, ante esta repentina escena, asustado se levanta y se va, pero algo pasa en ese momento y