El tiempo se detuvo. O, al menos, eso sentí cuando noté que estaba sentada sobre las piernas de Jonah. —Michael, somos policías…esto ya es demasiado —le dice, mirándome como si fuera un extraterrestre. Y entonces caigo en cuenta de lo que acabo de hacer. Es una patrulla. Y yo estoy sentada adelante, en las piernas de un policía. — Alguien está por tener un hijo en el asiento trasero y te fijas en esa estupidez—digo sonando más brusca de lo que intentaba. — Lamento haberme subido sin permiso a una patrulla, cuando lleguemos puedes arrestarme si quieres—murmuro dejando escapar un poco de mi frustración. Finjo indiferencia, pero noto que estamos demasiado cerca. Me muevo incómoda, buscando espacio, mientras mi mano se aferra al apoyacabeza detrás de su cuello. Él gira apenas el rostr

