Varios días después… Kublai deambula contemplando las palomas aterciopeladas que comen del suelo lo que la gente le tira al paso, y en la calle Merce, se une a la caravana de vendedores ambulantes que van por el mismo rumbo. A esa hora es imposible ver una patrulla por esas calles. Hace menos de una semana ha presenciado un ajuste de cuentas entre fadeís, ha visto mucha sangre derramada, pero no señor, no hay rastros de la policía. Antes de doblar por la derecha y separarse de la caravana se topa con un coche de carga, mal estacionado. Por su pinta parece ser bastante costoso, no llega a compararse con el del Eniyan de aquella ves, pero ese coche no tiene nada que ver con el destartalado que Godo le había dejado conducir. Kublai lo rodea, y se encuentra con que el dueño ha olvidado las

