Una chica llamada Muerte.

Capítulo 2.

Todo aquello fue informado a Mauro que su hermana fue atropellada menos saber de su origen y paradero, aunque todo eso lo enojo, igual cancelo a los secuestradores, borrando toda prueba.

Así entonces Frank Villarreal contrato varios guardaespaldas para cuidar a la familia y especialmente a sus hijos, por eso Mauro dejo a lado sus planes atrás.

Así pasaron los años y la familia no la olvido a Bella, hicieron lo posible de hallarla aunque sea su cadáver, mientras los hijos crecían protegidos y amados.

Tiempo actual.

Mauro sonrió, en su fondo sabía la verdad de Bella, en sus pensamientos dice, ya está muerta y jamás volverá.

En el despacho aún está Melina y sus padres, también su esposo Victor conversando.

Victor, —Señor, perdóname, yo amo a Melina, siempre la ame—

Frank, —No te preocupes—

Así aún la noche era larga y aquella familia se quedó para conversar sobre el futuro de los Villarreal. Tanto padres, hija y yerno estaban en el despacho aún conversando.

Frank, —Hija, quería decirte que te quedes, ya ves somos ancianos—

Melina, —Si mi esposo viene conmigo, me quedaré—

Elena, —Me alegro hija, y tu vientre ya está grande—

Frank, —Ya sabes que va a ser—

Melina, —Victor, y yo también hemos decidido no saber nada de que sexo es—

Victor, —Queremos lo más importante que nazca sano o sana, sea mujer o hombre—

Frank, —Ya veo, lo bueno que estará lleno de amor—

Victor, —Si señor Frank, él o ella será amado y lleno de amor y más—

Elena, —Pero notó tu vientre, parece niño—

Melina, —Mamá, ya hemos decidido eso, aún no sabemos qué bendición es—(feliz)

Frank, —Bueno, vayamos a descansar—

Así apagaron las luces, a cada lado aunque Mauro estaba ahí escondido aún, lo malo es que había escuchado toda la conversación y todo eso lo enfureció.

Mauro, —"Qué bueno, la hermana tendrá a un varón"—

Mayordomo, —¡Hijo!, aún aquí—

Mauro, —(voltea) Te dije desde que supe la verdad, no quiero saber nada de usted—

Mayordomo, —Hijo, si hice eso fue, porque tú madre había muerto y solo era un sirviente—

Mauro, —Dante Ruiz, te prohíbo hablarme—

Se alejan de él, así dejado al hombre en plena noche, ese hombre se derrumbo en el piso, había hecho aquello porque se sentía solo y crio al hijo verdadero de Villarreal.

Dante, —«Perdoname hijo, pero Felipe no murió, él aún vive, está planeando vengarse de ti—

—Aunque seas mi hijo, supe de tus maldades, desde que supiste la verdad, que dolor, amor perdóname por haber permitido esto»—

Al día siguiente.

En casa de Lucas Villarreal, estaba pensativo, nunca se había dirigido así a su hermana menor.

Pilar, —Estoy decepcionada de ti—

Lucas, —Amor, es que aveces mi hermano transmite esa aura—

Pilar, —Nuestros hijos son importantes para una herencia, Lalo es mejor estudiante y nuestro bebé lo será—

Lucas, —Tiene razón amor, al final me va bien en la empresa que está a mi nombre—

Pilar, —Claro amor, mi familia te apoya en todo y yo también—

Lucas, —Si, te amo—

Pilar, —Yo también—

Lalo, —Buenos días padres, ahora estoy muy feliz de verlos así, amorosos aunque me trae sensación de calor de amor—

Lucas, —Si, mi hijo bello—

Pilar, —Aun usted es joven—

Lucas, —Si, además fui muy travieso—

Pilar, —Igual somos una pareja muy joven—

Lalo, —Eso es cierto, tener 10 años de edad y unos padres jóvenes—

Pilar, —Mi vida, ya anda al colegio—

Lalo, —Esta bien mamá, cuidense—

Así ambos se quedaron en el comedor, mientras su bebé duerme aún, mientras está en la casa de Mauro.

Mauro, —Nana, llévate a Terry en su cuarto, ahora—

Nana, —Si señor—

Cargo al pequeño infante, cuando la Nana se llevó a Terry, tanto aprovecho a decir a Lorena lo siguiente.

Mauro, —Vamos mujer, deja de fingir—

Lorena, —¿Qué dices?, querido—

Mauro, —(va a su bar) Vamos mujer, sé de tus amantes—

Se sirve un licor, de su preferencia, un ron para que escupa su veneno a su esposa.

Lorena, —Pero Terry es tu hijo—

Mauro, —Claro, gracias a eso, soy padre—

Lorena, —¿Qué quieres?, el divorcio—

Mauro, —¡No!, quiero que seas mi cómplice en todo—

Lorena, —¿Qué?, a qué—

Mauro, —Saque mi cálculo, aquel bebé que llevas en tu vientre, no es mi hija—

Lorena, —Sabes que va ser, niña—

Mauro, —Si, tonta—

Lorena, —Entonces que quieres que sea cómplice—

Mauro, —Vamos a intercambiar a los bebés, supe que mi hermana Melina será su hijo hombre y esa bastarda es niña—

Lorena, —Pero veré crecer a mi hija, lejos de mi—

Mauro, —Te perdone por serme infiel, pero me debe algo—

Lorena, —Lo haré, cambiemos a los bebés, pero que ganas—

Mauro, —Ser el dueño de todo—

Lorena, —Pero vas apoyar a tus hermanos—

Mauro, —Claro, pero todo será solo un truco—

Lorena, —Sabes bien, ¿Quién es el padre de mi hija?—

Mauro, —Tu que crees, mujer—

Lorena, —Yo quería amar—

Mauro, —Mientras él solo quería jugar, lo bueno que fui yo es que pague—

Lorena, —Acaso no me amas—

Mauro, —El amor es patético y te hace débil—

Lorena, —Aunque tengamos más años de matrimonio, nunca quisiste ser padre—

Mauro, —Piensa que yo jamás tuve amantes, para mí solo eres un paquete más—

Lorena, —El fabuloso Mauro Villarreal demuestra su verdadera cara—

Mauro, —Tiene razón no quise ser padre, pero Lucas tuvo a su hijo, papá lo amo y le dió una empresa—

—Entonces te embarace, y tuvimos a Terry, pero después ya no me antoje a tocarte—

Lorena, —Asi conocí a Héctor García y lo ame, no me importo que sea un chófer—

Mauro, —Gracias a mi, sabes que las mujeres que me acuesto son vírgenes y jóvenes—

Lorena, —¿Qué?, acaso las secuestras—

Mauro, —No diré nada, solo ya sabes—

Lorena, —NO TE VAYAS, ESPERA MAURO—(nerviosa)

Deja a Lorena parada, así cuando da los pasos recuerda como mato a Felipe Ruiz en aquel día que supo su origen.

Tiempo atrás (pasado)

Aquel día ya había cumplido 14 años, mi padre me regaló un auto de última edición, aunque aún no sepa manejar.

Estaba feliz porque ya le hice mia, a Gema Rua, jamás me hacía caso, pero bueno, estaba tan feliz hasta.

Mayordomo, —Buenos días Joven—

Mauro, —Parece muy confiado, pero te trae a mi habitación—

Mayordomo, —Perdoname lo que le diré ahora mismo—

Mauro, —Solo eres un exclavo, pero te concedo la palabra—

Mayordomo, —Hace 14 años atrás, era un hombre feliz, mi esposa María había tenido un niño—

Mauro, —¿Qué tiene tu estorbo aquí ahora?—

Mayordomo, —Joven, por favor déjeme terminar todo—

Mauro, —Odio esto, ya hablan—(fastidiado)

Mayordomo, —Maria murió dejándome a mi bebé recién nacido, y yo había obtenido este trabajo—

—Y la señora Elena Sosa de Villarreal, tuvo un bebé sano, mientras yo estaba solo con mi hijo—

—Y cambie a mi hijo, por el bebé de la señora Elena, Felipe es el verdadero hijo de la señora y tú eres mi hijo—(agachado su cabeza)

Mauro, —(se levantó de su sillón) ¡Que mierda has dicho exclavo!—(enojado)

Mayordomo, —Eres mi hijo—(ojos húmedos)

Mauro, —Jajaja es una broma, no te creo—(desesperado)

—¡Mientes!, es mentira, yo soy un Villarreal, me has arruinado la vida—

Mayordomo, —Hijo, Felipe ya sabe la verdad—

Mauro, —Maldito, eres un maldito perro, lárgate de mi cuarto—

Mayordomo, —Esta bien, te dejaré hijo y perdóname por decirte ahora—

Mauro, —¡Lárgate!, andarte mierda—

Lo bota empujando a su padre, mientras se sentía frustrado y enojado, no quiere dejar está vida llena de lujos.

Mauro, —(respiración agitada) "No, no puedo perder todo esto, todo es mío, yo soy un Villarreal, yo"—

Así pensó más y más, aunque estaba tan nervioso y tan molesto de la confesión de aquel mayordomo que jamás lo verá como padre.