Desperté con un peso sobre mi cintura, abrí mis ojos lentamente y pude ver la mitad del cuerpo de Nathan sobre el mío, como pude me solté sin despertarlo y caminé hasta la ventana, abrí la cortina y aún llovía a cántaros. Dios necesito volver a casa, necesito estar con mi hermana y Sami. Caminé al baño y me dí una ducha de agua caliente y me vestí, (con ropa que había dejado cuando vivía aquí):  Prendí la calefacción para poder controlar mi frío y bajé a la cocina para preparar el desayuno. Hice unos Crêpes y un chocolate blanco, le serví a Nathan y lo fuí a despertar. -Nath. Lo moví. -Nathan. -Mmmmm. -ven cariño. -Mmmmm?. Abrió un poco los ojos y los volvió a cerrar para abrirlos nuevamente. -Buenos días princesa. Awww -Buenos días princeso. Reímos. -apúrate para que n

