La boda

1034 Words
El gran día había llegado, Rubí Mcbeath estaba atemorizada ya que el matrimonio se llevaría acabo , está noche ella perdería su castidad con ese hombre repugnante. Tragó grueso, pensando que era su obligación por su familia aunque odiaba la idea desde sus entrañas. Su padre hizo vestirla con un hermoso vestido. Y su hermana menor le había realizado una corona de flores blancas y pequeñas. Que conjugaban con su vestido… Esa tarde caminaron hacia el futuro hogar de Rubí . Una sensación horrible se anidaba en el estómago de Rubí . Al llegar a la casa del noble, casi todo el pueblo estaba presente. Solo habían venido a ver el circo montado por el Lord Allitsen y la pobre campesina, que era obligada a casarse con el ogro de su hijo. Y para comer y tomar cerveza gratuitamente claro está… Ya nos esperaba el sacerdote del pueblo, sin hacerse esperar apenas me detuve al lado, del que se supone seria mi esposo. Su mirada esbozaba impaciencia y lascividad. Lo cual me inquietaba… Las últimas palabras de mi padre fueron… —Estas haciendo lo correcto.— Pero yo no lo sentía así, no me quería casar y deseaba simplemente borrar este momento tan aversivo para mí. El sacerdote terminaba de decir sus últimas palabras, Y Ferguson estaba listo para besarme, pero es interrumpido por el relinchar de una docena de hombres en caballos, los cuales se acercaron a la actividad. Los caballeros, con el símbolo del Rey de Francia y su bandera ondeante. Interrumpiendo el consagrado matrimonio. Rubí algo sorprendida solo se quedó expectante a lo que sucedería en continuación, su ahora consagrado esposó Ferguson, apretó su mano y la escondió a sus espaldas, mi padre y hermana se encontraban entremezclados entre la multitud de pueblerinos, cuando el Lord Allitsen proclama hacia el primer soldado con armadura. —Por que interrumpe el matrimonio de un Noble.— Dice estas palabras con un tono de indignación. El caballero alto y fornido lo observa con mirada arrogante y responde . —Mi nombre es Marcus Thompson, General del Batallón del Rey Delacroix— El me lanza una mirada inquisitiva , cuando prosigue con su anuncio. —He venido a proclamar mi derecho a la “Prima Nocta”, como protector de estás tierras, bendeciré este matrimonio, llevándome a la novia a mi cama en la primera noche de su unión.— —Soy un noble , ustedes no pueden hacer eso.— Ferguson argumento contra el caballero, el cual se bajaba de su caballo . —Usted es noble, en cambio su esposa no lo es.— Rubí estaba asustada, solo quería salir despavorida de este lugar, sus ojos buscaban a su padre de entre la multitud, quería pedir ayuda a él, ella no deseaba quedarse con su ahora santificado esposó, y mucho menos irse con esa docenas de soldados que la veían como un trozo de carne que devorarían en el tentempié. Estaba paralizada, temblorosa de pies a cabeza. —Me rehusó a qué se la llevé— Gritó furioso Ferguson. Marcus desenvaino su espada de acero, con un brillante color plata, en la hoja afilada que posó en el cuello de Ferguson. El sólo trago saliva asustado… Atónita solo observaba está situación en la que yo era el botín, como un objeto sin ningún derecho a objetar si lo hacía, cabezas rodarian incluyendo la mía. —Lord Allitsen su hijo, desobedecerá una ley impuesta por el Rey, sabe lo que eso significa.— El Lord asustado con sudor en su frente e incómodo se acerco al caballero para calmarlo y hacer entrar en razón a su hijo. Sin duda alguna me entregarían a estos soldados. Mientras sus caballeros aguardaban , el General Thompson , me tomó del brazo bruscamente y me acerco a el. — ¡Tú vienes conmigo!.- exclamó con soberbia el general. Temblorosa di unos , su agarre era fuerte y su presencia imponente y amenazadora. Mire a Ferguson con pánico mirada de auxilio. Sin embargo mi ahora esposo, no haría nada , el Lord Allitsen sostenía su hombro. Intentando consolarlo . Solo era un objeto prestado para estos soldados, no tenía voz ,ni derecho de negarme. —Camina .— gritó Marcus. Tirando de mi brazo, Me subió a su caballo, y a continuación lo montó, colocándose detrás de mi, su cuerpo era grande e imponente, me apretó de la cintura. Y dio un golpe al caballo para que esté se pusiera en marcha. Mi mirada perdida observaba, buscando a mi padre y hermana entre la multitud. Los visualice por unos segundos hasta que los perdí de vista mis ojos derramaban lágrimas. Apreté los puños, envueltos del pelaje de caballo. Sentía lo duro y frío de su armadura en mi espalda. ¿Qué iría a pasar conmigo a continuación? ¿No sobreviviré está noche? Yo sabía de la ley, y sabía que está noche mi cuerpo pasaría en manos de cada uno de estos hombres. “Preferiría morir” pensé… entre sollozos y lágrimas. — Deja de llorar es molesto.— espetó Marcus. Se acercó a mi cabello y lo olfateo, me sentí asqueada que me incline hacia adelante. Casi podía oír el revoltijo de pensamientos que cruzaba por sus mentes de estos caballeros, se reflejaban en sus rostros lascivos lo oculto de sus intenciones. Pensamientos de tirarme del caballo y huir, pasaron por mi mente, me rehusaba a ser un pedazo de carne con el que harían lo que quisieran … Nadie vendría a salvarme eso era un hecho. Suspirando resignada, pensé que quería sobrevivir, si no hacía lo que querían lo más probable es que me matarían. Se encaminaron al noreste del pueblo en una zona boscosa, en una cumbre cercana tenían su campamento instalado. Un estruendo se escucho en el cielo, y la lluvia empezó a caer. Ruby tenía la vista fija en sus blancas manos y las gotas que se esparcían en su piel. Con incredulidad, pensó que no entendía cómo su vida se tornaba en una pesadilla desde que tenía que pagar esa deuda Maldita. Sabía que era una total pérdida de tiempo, intentar escapar, en este momento, debía encontrar la oportunidad ideal para hacerlo.
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