3.

3782 Words
Luego de dos largos, infernales, tenaces y agotadores meses de estar trabajando para Cristóbal, Ana me llamó a su oficina para determinar si podía continuar o no trabajando en TenPa. -Katerina, siéntate por favor. -me dice con una voz demasiado seria para mi gusto-. -Ana, podríamos hacer esto rápido y directo, si me quedo debo entregar el informe de lo que pasó con la producción de los franceses la semana pasada y si me voy, también debo hacerlo, es para dentro de una hora, no necesito sentarme.  -Katerina, detesto repetir. Siéntate por favor, el pánico sale por tus poros. No necesitas hacerte la desinteresada conmigo, se lo mucho que aprecias tu trabajo y lo eficiente que te has vuelto, para nadie en TenPa es un secreto que la oficina de Cristóbal nunca estuvo tan organizada, como lo está hoy y no podemos negar que es por tu excelente desempeño.  Así que me quedo pasmada en mi lugar, porque aunque se que es una buena referencia, no se porque me manda a sentar si solo debe decirme que seguiré trabajando de asistente de un loco. Me empiezo a estresar, además porque por alguna extraña razón Ana me percibe, y lo hace lo suficientemente bien, como para darse cuenta que realmente me quiero quedar acá, a veces todo en general puede ser muy frustrante, pero no me quiero ir en mi pecho se que no me quiero ir, pero no encuentro las razones. -Katerina, es más que obvio con lo que te acabo de decir que definitivamente el puesto es tuyo, si estás acá es para aclarar un par de funciones más que debes cumplir y explicarte los nuevos términos de contratación.  -Ok, entiendo. Pero Ana, ¿de verdad podemos hacer esto después de que entregue ese informe? -No. -Y me miro con ganas de matarme o enterrarme viva. -Como te venía diciendo, vas a tener una carga laboral un poco diferente, no quiere decir necesariamente que sea más pesada, y tu salario también va a cambiar.  -Yo...yo no entiendo porque? es decir, se que me he desempeñado bien, pero no se si pueda con más. -Si vas a poder, tampoco te vamos a entregar el mando de la empresa.   -Ok, entiendo, entiendo. -En primer lugar, seguirás manejando la agenda laboral de Cristóbal, seguirás siendo el enlace principal entre él y... -Y todo el mundoooo... jajajajaja.-me sigue mirando seria.- Ok si señora, entre él y toda la empresa, clientes, proveedores, y relaciones personales con algunas excepciones.  -Bueno pues en ese sentido van a cambiar un poco las cosas, ya no vas a manejar su agenda personal con excepciones, la vas a manejar en su totalidad, todo lo que tenga que ver con sus eventos, apariciones, donde debe estar, que va a vestir, etc., lo vas a empezar a manejar tú. Y de esas  nuevas actividades se deriva tu nuevo salario, lo que te representa un aumento en un 50% adicional, de un apto de las oficinas, un nuevo celular personal no es el corporativo, y un auto disponible las 24 horas los 7 días de la semana, para que puedas llegar a tiempo, a cualquier lugar que Cristóbal requiera.  -Un Momento Ana, aumento del 50%, solo por manejar su agenda personal más detalladamente? Me parece una exageración niña por Dios.!!! -Ese es el punto Kate, que no es para nada una exageración, Por eso el aumento, él es una persona muy pública, con muchos compromisos y necesita un poco de orden en ese aspecto también.  -Ok, entiendo y acepto, pero Ana con lo único que no voy a poder es con el cambio de apartamento, mi apartamento es pequeño, pero es mi refugio en todo sentido, está demasiado cerca de las oficinas y eso es algo que valoro demasiado, además de cosas muy personales que me aferran a mi hogar.  -Katerina, el cambio no es para mal, es un espacio más grande, más cómodo, pero sobre todo más pertinente para ti y el cargo que llevas sobre tus hombros, eres la imagen suave de Cristóbal.  -Puedo pensarlo? -De verdad, lo que he vivido y sentido en mi apartamento, es algo que no puedo cambiar tan fácilmente- -Katerina, lo que podemos hacer es que te tomes unos días, mientras lo piensas y definimos la semana que viene, para saber si vas a hacer el cambio. -Es decir que no es obligatorio? el cambio de apartamento, digo. -No Katerina, no lo es, pero si es algo que nos gustaría, como te decía por la imagen de la empresa.  -Ana, si no es más, realmente necesito ir a mi puesto a terminar el informe. Salgo de esa oficina con mi cara roja de vergüenza, y es que aunque se que mi apartamento por su tamaño es bastante modesto, no está mal ubicado, esta a escasas cuadras de la empresa, así que no logro entender porque la necesidad de cambiarme de lugar, solo por la imagen del Señorito, pero sigo mi camino con una meta clara en mi cabeza y es dar por terminado ese informe, antes de que Cristóbal llegue y me vuele los sesos.  Entro a mi oficina y sobre mi escritorio está una caja pequeña, la reviso dando por entendido que es mi celular nuevo, una nota en la que me describen el número de mi conductor personal y su nombre, Santiago. Empiezo a configurar el teléfono, a pasar contactos y sincronizar todo con las agendas laborales y personales de Cristóbal, porque ya tenía acceso parcial a esta y una vez empecé a sincronizar la información me di cuenta, que me dieron completo acceso a su vida privada. Y creo que para esté momento debería estar impresionada, por la gran cantidad de cosas que hace este hombre, independientes a la empresa misma, pero así es esto, igual no es mi problema, solo debo decirle donde estar, como llegar vestido y punto.  Me siento frente a mi computador y empiezo a armar el informe con base en lo que se me envía de los diferentes departamentos de trabajo de la empresa. No es tan difícil como parece, pero lo importante es la atención al detalle, no puedo dejar escapar ni la más mínima cosa y tampoco puedo cometer errores en lo que transcriba, todo debe tener un hilo conductor y ser coherente entre sí, la información esta vez es sencilla de organizar, cuando debo colocar cifras, indicadores de logros, y números en general, se complica un poco, porque todo debe quedar minuciosamente explicado, porque Cristóbal detesta hacerme preguntas, y lo entiendo, a veces no tiene mucho tiempo y tiene que revisar todo para firmar y dar su aprobación.  En algunas ocasiones me he tenido que enfrentar a los departamentos de ingeniería, finanzas, diseño, marketing, porque sus reportes no son claros o coherentes y tengo que devolverles la información, así que en esos momentos no soy precisamente la persona más querida por ellos en la empresa, pero no me importa, debo hacer un trabajo y eso es todo lo que se.  Como la semana pasada del departamento de finanzas me enviaron su reporte, con los números aparentemente bien, por alguna clase de instinto malicioso que venía incluido en mi pack de nacimiento, comencé a rectificar cifras y que todo coincidiera, tuve que hacer las operaciones varias veces, y no porque no me quedaran bien, fue más bien porque no coincidían los porcentajes de ganancia con los reportes de ventas.  Me dirigí inmediatamente al departamento encargado, luego de una gran pelea que se escuchó por todas las oficinas del piso 25, regresé a mi oficina con las manos vacías y decidí golpear en la puerta de Cristóbal.  -Siga. -Cristóbal, tenemos que hablar. -Ok, eso no me lo dice en esos términos ni siquiera Alison, pero ¿que necesitas Katerina?.  -Los de finanzas no me quieren entregar el reporte corregido y por esa razón no va a tener su informe listo para el viaje de hoy a New York.  -¿Estás de broma verdad niña?. Además olvidé decirte que viajaras conmigo, el chofer te recogerá a las 7 pm en tu apartamento. -Porque estaría bromeando? No es cómo que no tenga nada que hacer en mi puesto, para tomarme el tiempo de venir a bromear con eso. Y claro, a las 7 estaré lista. -Los viajes con Cristobal para acompañarlos a sus mil y un reuniones de negocios se habían vuelto normales, eran realmente interesantes, pero me aburría que no podíamos salir del hotel para nada que no fuesen negocios, realmente no podía creer que alguien tan joven, no se tomara la molestía de conocer aunque sea un poco los lugares a los que viajaba, pero así era mi jefe.- -Katerina, necesito el informe pase lo que pase!!!. -Su tono arrogante y sin una pizca de decencia para mirarme a la cara a decirme esas palabras, me sacaron de mis casillas.- -Ok, entonces se lo traigo con errores, que significan que su porcentaje de ganancia está significativamente por debajo del registro de ventas. Ya le traigo el informe. Salí de esa oficina con la cara roja de rabia y di un portazo, que estaba segura lo había hecho enfurecer, porque sentí el arrastre de su para nada modesta silla de trabajo y los pasos tras de mi. -Katerina, deténgase en ese lugar ahora mismo!.-Sonó más a grito lo que me hizo detenerme de golpe girando sobre mis talones, cuando lo mire creo que se asustó porque mis ojos destellaban odio puro, nunca me ha gustado que me griten y no me va a empezar a gustar ahora. -Dígame Señor. -Digo de manera tan calmada, como pueda sonar.- -Quiero ver los números que te entregaron,...por favor.-Ese "por favor" sonó a disculpa y sonreí. -Claro ya se los traigo señor.  Tome los informes de mi escritorio y de regreso, lo encuentro con su corbata desajustada, pasando por mi mente un reflejo de lo sexy que se ve así todo desordenado, pero lo borró de inmediato recordando lo profesional que debo ser. -Acá están. Tenga. -Estiró los papeles sobre su escritorio. -No se vaya, necesito que me explique porque no tengo tiempo de mirarlos. -carajo, ruedo los ojos, porque hoy? Quería salir temprano de la oficina y tomar un baño y una copa de vino antes de dormir, hace un tiempo no sabía lo que era eso y si que lo extrañaba.  Me siento y empiezo a explicarle las fallas que encuentro en el informe, cada cosa que le digo la responde con monosílabos y su entrecejo siempre está arrugado, por momentos creo que su mandíbula va a estallar de la fuerza con la que la está apretando y puedo ver por primera vez en los ojos de Cristóbal rabia real.  -Vamos. -Se levanta de golpe, toma su celular y llama a sus abogados que en menos de 5 minutos están abajo en el piso de finanzas. Luego de que por mi pequeña curiosidad se descubrió que entre la jefe y asistente de finanzas, estaban desviando parte de las ganancias a cuentas sin nombre, el escándalo fue total, hasta la prensa lo publicó y Cristóbal estaba de los mil demonios. Nadie, absolutamente nadie quería entrar a la oficina, para hablarle de cualquier cosa. Así que para ese momento sí que era la mejor amiga de todos, mis chocolates favoritos llegaron hasta mi escritorio con tal de no tener que ver a Cristóbal, porque a pesar de lo grave de la situación, no le preste mayor importancia a la situación, sobre todo con la posición de Cristóbal, era más que entendible, era un excelente jefe a pesar de lo duro que podría ser, se abría a la gente, escuchaba y daba confianza, confianza con la que le habían fallado. Su molestia era descomunal. Luego de ese incidente, Cristóbal, se volvió en extremo estricto con todos, no firmaba nada sin que yo lo revisara primero, ya no eran solo los informes, hasta las cartas de despido, y las compras de cosas básicas pasaban primero por mi, quiero pensar que debido a mi perspicaz descubrimiento es que se dio mi nuevo ascenso. Lo cuál en este punto me hace sentir genial, porqué de una u otra forma significa que estoy haciendo las cosas bien.  Mi día feliz, como yo le digo, es el viernes. Ese día, en particular Cristóbal está más feliz que nunca, ya que es el día que le dan Amor, bueno así me gusta llamarlo a mi, prácticamente desde las casi 8 de la mañana que el ingresa a la oficina, tiene pegada de su brazo a Alison y por esas horas valiosas para mi, el se olvida de que existo, no me pide más de lo que puede hacer ya que debe lidiar con la presencia de la despampanante Rubia, heredera, modelo, influencer y vaya a saber dios qué más hace esa mujer.    Luego de su romántica hora del almuerzo, en algún restaurante de lujo de la ciudad o sus alrededores, que debo reservar a gusto de la niña, que cada vez que llega, me mira como si mi vida fuese una burla para ella y lo puedo entender a la perfección, cuando alguien no ve más allá de sus narices pues todo le parece irrisorio. Luego de que se van, me pongo a hacer básicamente nada, es como medio día libre de placer, pero hoy por alguna extraña razón, Cristóbal regreso y no regreso con cara de haber tenido una buena dosis de sexo. Salió del ascensor a paso más que rápido y firme.  -A mi oficina, Ahora. -Dijo en tono seco y brusco.- -Voy Señor. -Era evidente, que las palabras que salieron de su boca eran solo y únicamente para mi, ya que somos los exclusivos habitantes que ocupan el piso 33 del imponente edificio.  Salgo detrás de él, para encontrarlo en su oficina sirviendo un Whisky doble, que diría parece triple, se me hace agua la boca y no porque sea mi bebida favorita, si no porque una copita no le cae mal a nadie. me quedo mirando ese vaso casi con morbo, al ver cómo lo lleva a su boca y lo saborea. -Quieres un trago también? -Me pregunta rápidamente y es obvio que vio mi cara de antojo-. -No, no bebo en el trabajo, pero gracias, dígame en qué le puedo ayudar señor.  -Pues me parece que tienes sed. ¿Eres más de vino? -Sigue la conversación sobre el licor dando otro sorbo a su trago y no sobre el trabajo, lo que me empieza a exasperar sintiendo mis papilas gustativas derretirse entre mi boca al escuchar esa palabra, VINO. ahhhh -No señor, gracias, no bebo en el trabajo. -Ni yo misma me lo creo, con la sed que tengo, pero debo ser profesional. -Katerina, tráeme los reportes del material que tenemos pendiente por entregar a los Chilenos, ahora mismo. -Claro señor. ya vuelvo. Me siento frente a mi computador, lo miró fijamente y me preguntó, ¿Señor qué hice mal? ¿Qué hice mal? si se supone que hoy es mi medio día de descanso, mi fin de semana adelantado, mi tiempo conmigo misma y las redes sociales....que hice carajo? Escucho como se abre la puerta de mi oficina y me siento recta por impulso, no por convicción. -¿Estás bien? ¿te sientes mal? -Veo entrando a Andrés-. -Andrés, hola, no te esperaba ¿en qué puedo ayudarte? -Andrés es el jefe de operaciones de la empresa, es un chico con mucha experiencia, es muy amable y cada vez que necesita algo de mi, no me llama, solo sube,. dice que verme le ayuda a aclarar sus idea, lo que me parece una falsedad, porque pocas veces le sirvo de ayuda, excepto para tramitar que otros lo ayuden a él, supongo que por eso lo dirá-. -Solo quería saber si está noche cuando salgas, podemos ir por un café o una copa? -Wow, yo...no lo sé De golpe mi puerta se abre de nuevo. -Katerina, esta noche tengo una reunión con unos socios nuevos, necesito que te quedes hasta que ellos se vayan de nuestras oficinas. Andrés buenas tardes, lamento dañar su...cita, pero la necesito acá hoy. Ya sabes cómo son estas cosas.  Quedó en shock en mi puesto, analizando a la velocidad de la luz todo lo que acaba de pasar, pues si mal no estoy mi puerta estaba cerrada, lo que quiere decir que 1 Cristóbal estaba escuchando o 2 tengo micrófonos en mi oficina.  -Claro Señor, voy a alistar los portafolios para las presentaciones de hoy. Se hace un silencio incómodo, que se rompe cuando Cristóbal sale de la oficina con escueto adiós para Andrés.  -Lo siento Andrés, creo que si necesitaba esa copa hoy. Será el otro viernes, ¿te parece? -Por supuesto, el otro viernes, te estaré esperando. -Se retira dándome una mirada entre triste y frustrada, al final aportando una sonrisa sencilla-.  Sigo con mi trabajo, hago las dos cosas que tengo que hacer y me dispongo a entrar a la oficina del Señor jefe de todos los Jefes, cuando escucho un grito y el ruido de algo de cristal rompiéndose. Abro de golpe la puerta y  lo veo sangrando en su mano derecha.  Sigo el camino hasta su baño ignorandolo por completo, humedezco una toalla, y tomo el botiquín, me dirijo al lugar donde esta sentado, que es en el gran sofá de cuero n***o que compone una parte de la sala para visitas de su imponente oficina. Le tomo la mano y pongo la toalla, limpio la herida y me fijo si es muy grave o es solo una cortada, antes de iniciar a desesperarme en cualquier problema o accidente, siempre me gusta mirar y analizar la situación, esta vez no fue la excepción. Me doy cuenta que no es grave, solo una cortada superficial, así que utilizando todas las habilidades, que he aprendido para curar heridas simples siendo niñera, desinfecto la herida, limpio y me dispongo a poner una gasa y una banda para sostenerla.  -Lo siento, por arruinar su cita. Usted no debe pagar mis rabietas. -Señor Cristóbal, en primer lugar no era una cita, ni siquiera había aceptado la invitación de Andrés. Y en segundo si la razón por la que arruino mi posible salida con Andrés, es por una rabieta personal, pues entonces usted no es el jefe, inteligente y racional que yo pensaba. -Lo miro tan fijo como puedo y por un instante creo ver una risa salir de sus labios-.  -Yo...me deje llevar, Alison decidió cancelar nuevamente una cena importante con mi familia, ella piensa que después de un año no es hora de conocerlos aún, y yo creo que ella es mi mundo y necesito hacerla mía, yo, quiero todo con ella y creo que tengo miedo de que ella no piense igual. Para ese momento, no se desde cuando y en tan corto tiempo, nuestra relación se volvió tan íntima, como para que el me esté contando cosas que no me importan, pero que supongo que ahora debo saber, debido a las nuevas tareas que se me han asignado, su vida personal. -Ok, Cristóbal, en primer lugar usted no puede pretender que alguien se vuelva su mundo, porque cada quien viene con un universo diferente al suyo, que se complementen es otra cosa, pero no está mal que ella piense de esa manera, tal vez no se quiere sentir presionada por la relación, porque realmente llevan muy poco tiempo y es que lo que para usted está bien, es normal que para ella no y eso no está mal, solo es diferente y lo diferente no es malo, solo porque nos de miedo y su miedo a perderla solo la va a alejar. Mírese en este momento, el gran ejecutivo con una mano rajada y medio ebrio por una pataleta y por no escuchar a su novia, además a portas de recibir a unos posibles nuevos clientes. -Ya no van a venir. Nunca iban a venir. -Pero que Mierd....?-Acá es cuando mis terapias de la infancia empiezan a verse reflejadas, para hacer uso de mi autocontrol- Disculpe, que me está queriendo decir? -Lo siento, yo no me quería quedar solo, y mis amigos están cada uno en sus cosas, casa, familias, fiestas que se yo.  ...Eso sí que fue un silencio raro.  -Katerina, yo no sé en qué momento usted se volvió tan indispensable, espero que podamos seguir trabajando, su franqueza y esa facilidad para decir las cosas como son y no meterse o inmiscuirse en lo que no le corresponden, la hacen ser...perfecta.   -Pues muchas gracias, pero honestamente Cristóbal, si no me va a gastar una hamburguesa y no van a venir los "clientes". me retiro, en verdad hoy necesitaba estar en mi refugio.  -¿Refugio? a ese espacio de 2*2 le llamas refugio? !!! -No se como es que usted sabe cual es mi lugar de residencia. -Se sonroja de sobre manera cuando le digo esto- y tampoco me interesa el concepto que tenga de él. Yo lo amo y por nada del mundo me voy a pasar a otro lugar. –  -No era mi intención ofenderte, o ser despectivo con tu lugar de vivir. -Jamás me ofendería por la falta de comprensión de una persona, para con mi manera o estilo de vivir, es una decisión personal con la que estoy más que satisfecha. Si no es más. me retiro. -¿Y la Hamburguesa? Ya no la quieres Katerina? -Si, pero en mi espacio de 2*2. No quiero periodistas diciendo lo que no es si nos ven en un restaurante o peor aún, si lo ven a usted en un Fast Food.  .... Luego de pasar por las hamburguesas a mi lugar favorito, escondido en medio del caos, llegamos a mi apartamento de "2*22”, en realidad es de 4*4, pero en fin, nos sentamos en el suelo, a regañadientes, porque Cristóbal no quería, es más quería comer la hamburguesa con cubiertos y casi me da un infarto, realmente no podía creerlo. Las tomamos con cerveza fría, como a mi me gusta. Charlamos tanto de tantas cosas y aprendí, que este edificio de hombre, con cuerpo trabajado y perfectamente peinado, es un niño que no ha sido niño. Así se va esa noche que nos hizo convertirnos en mejores amigos, en medio de cerveza y chatarra, Nos quedamos dormidos, en el piso de la sala, en medio de cojines y risas, todo porque al día siguiente era sábado y no debíamos ir a la oficina. Así fue como conocí a Cristóbal el amigo, y no me gusta perder un amigo, así que cuando acepté ser su esposa, en nombre de su amistad, sabía que lo iba a perder para siempre. 
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