bc

Adictos a lo Prohibido

book_age18+
125
FOLLOW
1.0K
READ
love-triangle
opposites attract
arrogant
boss
bxg
kicking
campus
office/work place
friends with benefits
like
intro-logo
Blurb

Sinopsis.

Un juego, una apuesta, un engaño y una mesa de Poker más helada que un Iceberg.

Cassie Queen, la reina del hielo o la despiadada señorita Queen, es como todos la conocen. Implacable, gélida e inexpresiva, a sus 35 años es la mujer más exitosa de Seattle, lo tiene todo y a la vez nada.

¿Pero eso importa?

Importa, cuando un arrogante de cuna llega a su vida a destruir no solo el iceberg que tiene de corazón, sino también su razón y su fe en el amor.

Un juego de poder que se ejecuta en una mesa con sábanas, donde el placer y la adicción sólo tienen lugar, más no él amor.

O eso es lo que Cassie creyó.

Dicen que afortunada en el juego y desafortunada en el amor.

¿Qué tal si es afortunada en los dos?

¿Debe perder para ganar en el amor?

Para su desgracia en lo prohibido encontrará la solución.

chap-preview
Free preview
1: La reina del Hielo
Pov: Cassie Queen Miro la hora notando que Evans se retrasó, me resulta extraño, dado que él no deja de estar detrás de mí. ¿Se cansó? No, cansarse del poder no le sucede ni al más idiota de los idiotas y yo soy el poder. Reviso qué día es. Viernes, cierto, los viernes supervisa el área de empaquetado de sus productos hasta más tarde, donde hace poco puse a trabajar a esa chica nueva. Xia, un nombre extraño y llamativo, tan llamativo como su cuerpo y que apenas tiene 20 años. Se preguntarán: ¿Por qué dejo que un cliente supervise el empaquetado de sus productos? ¿No es obvio? Solo busco demostrar, que solo es uno más. Que los demás crean que se debe a lo que dicen los medios de comunicación y r************* , asumen mí actuar como el de una novia que quiere a su novio todo el día cerca. Que romántico... y asqueroso. No lo que dicen, sino que crean en la banalidad de una mujer como yo sintiendo ese tipo de cosas. Entro al edificios de Industrias Queen, mi reino, mi vida y todo lo que me importa en esta vida. Lo único que tengo de mi difunto padre. La empresa de seguridad más grande del mundo, en eso la convertí. Camino al área de empaquetado, no hay personal rondando ya que esta jornada existe para esto, demostrar que solo hay una cosa que le gana al poder. La traición, es lo único que puede ganarle a tenerlo todo, las ansias de traicionar es algo tentador, tanto que no importa perder mucho con tal de correr el riesgo de lo excitante que es traicionar. El repiqueteo de mis zapatos retumba en mis oídos, para mi suerte no en el lugar, ya que las máquinas de la zona de empaquetado hacen que no se oigan ni voces, es perfecto. Llego a la puerta y no la abro, me preparo para ver lo que puedo encontrar dentro, lo admito, siempre que sucede por un microsegundo pienso: ¿Si me sorprende? Luego me regaño porque pensar eso me hace ingenua, muy muy en el fondo, una tonta ingenua si creo que existe persona que sea completamente de fiar. Solo puedo confiar en mí y mi cerebro. Tomo el teléfono y le marco a Evans, una pequeña llamada para advertirlo y al menos saque su v***a de la v****a de mi empleada. El teléfono suena cuatro veces y me manda al buzón de voz. Me cortó. Le envío un texto. Yo: Hola, Evans. ¿Vienes? Estoy esperándote. Dejo unos segundos pasar y le envío otro. Yo: Lo olvidé, es viernes, te paso a buscar, no morirás por no ver los empaquetados un día, te echo de menos. Eso último es solo para medir su nivel de culpa e interés por mí. Coloco mi tarjeta de acceso para que la puerta se abra, no le doy mucho tiempo más del que ya le di y efectivamente sí. La escena es asquerosa, la muchacha intenta cubrir sus tetas que están completamente expuestas. Evans torpemente cubre su entrepierna. La falda de ella está subida y donde se supone debía estar empaquetando, es un desastre donde es evidente estaban follando. Solo los observo, Xia está conmocionada, quiere hablar, supongo que llorar porque se quedará sin empleo, Evans quiere acercarse y niego. — No te atrevas a acercarte ni mucho menos pensar en tocarme —sentencio tajante. — Cassie, linda… esto… yo te juro, solo mantén la calma y hablemos —observo a uno y otro. — Señorita Queen, lo lamento, esto fue incorrecto, solo… — Pase por recursos humanos, señorita Bank, entenderá que este tipo de comportamientos no son aceptados aquí —sus ojos se aguan—. Ahora, señorita Bank, vístase y salga de aquí. ¿Es mucho pedir? —me mantengo serena, inexpresiva, inamovible. Soy yo misma, no finjo nada. Xia se acomoda la ropa, se viste y sale llorando del área de empaquetado, debo buscar otra trabajadora. — Todo tiene una explicación, Cassie, de verdad, quiero que entiendas, que no fue tu culpa, ni mucho menos te sientas mal, yo… —arqueo una ceja. — ¿Me sienta mal? ¿Yo? ¿Por qué me iría a sentir mal? ¿Porque te follaste a una empleada en mi empresa donde tengo cámaras? —lo miro a los ojos esperando su réplica. De verdad piensa que detrás de lo que soy, seré una mujer que llora ante el engaño de un hombre, que se va destrozada de la ciudad. No, eso dejémoslo para las demás, no entro en esa categoría, tonta y predecible, ingenua que no supo ver nunca que la iban a engañar. Soy Cassie Queen, no Lois Lane que no nota que Superman y Clark Kent son los mismos solo porque tiene unas gafas. — Yo… te engañé, Cassie y actúas así. ¿Qué pasa contigo? —abro mis ojos sorprendida. — ¿En serio lo preguntas? Qué descaro, Evans, te encontré follándote a otra y me dices: ¿Qué pasa conmigo? —se ve confuso ante mi templanza—. Ya sé, te sorprende que no llore, que no te grite: ¡¿POR QUÉ, EVANS?! —una leve y suave risa divertida se dibuja en mis labios por un segundo. Dudo que su turbación le permita percibirla. — Creí que te importaba, que lo nuestro… — Yo creí que te importaba y que lo nuestro era importante para ti —uso una voz suave y niego al terminar de hablar—. No, jamás pensé eso, desde que esto empezó, lo supe, tú en algún punto ibas a preferir la traición antes que el poder que yo te doy —frunce el ceño. — Eso no es cierto, Cassie —sonrío con sarcasmo. — Sí lo es, siempre que vienes aquí y alguna mujer pasa por tu lado, finges que algo se te cayó o buscas cualquier excusa para mirarlas, no es por falta de sexo, nosotros follamos mucho, nuestra relación era eso y el posicionamiento que yo te daba —su mirada se encuentra incrédula—. Cuando una mujer te habla, sonríes mucho más que cuando un hombre lo hace. Si la chica es joven tus ojos brillan. Si tiene buen cuerpo, humedeces tus labios de vez en cuando. Si la chica es menos bonita, eres serio y formal. ¿Sigo? Siempre buscas situaciones donde generar encuentros a solas con otras mujeres, en el ascensor, en el cuarto de copiado. Tu teléfono luego de follar te lo llevas al baño, solo lo hace alguien que tiene algo que ocultar —suspiro agotada por tener que explicar todo esto. — No es cierto, yo sí te quería, tú.. — Y aquí viene el momento en el que tú me echas la culpa a mí de ser un traidor, era simple, me dejabas y listo. No, eso no tiene chiste —me acerco a él—. Cuando me conociste ya sabías cómo era, tu error fue pensar que podías cambiarme o quizás tampoco te importaba eso, solo que soy demasiado poderosa como para dejarme pasar. Descuida, lo superaré, dejando que otro me la meta. ¿Era así? —lanzo una risita. — No tienes corazón —jadeo. — Corrección, tengo uno que se hizo fuerte, lo que no tengo es una mente estúpida y fantasiosa, no me creo todo lo que me dicen. No confío en nadie y eso hace que mi vida sea un poco, aburrida, nada me sorprende —exhalo con pesadez—. Vístete y puedes marcharte, en recursos humanos tienen un documento para que le traspases la dirección del proyecto de tu empresa a alguien más. No aparezcas, sería triste para ti ver que no había nada que superar, que seguro alguien más igual que tú me anda rondando —doy unos pasos lejos de él. Me freno a observarlo un segundo, niego sintiendo vergüenza ajena. ¿Qué estaba pensando cuando me metí con él? Las necesidades fisiológica y… el hecho de cuanto les gusta a los medios verme en pareja, fantasear con Cassie Queen, enamorada, ¿se casará? Eso me da exposición. La exposición es buena, siempre sirve, que hablen de mí solo me fortalece. Salgo pasando todos los sistemas de escaneo, voy por mi auto y suspiro. Viernes, un viernes perfecto. Hoy tengo ganas de jugar, ver molestos a muchos y humillar a unos cuantos. Aún es temprano, me dirijo a la mansión para asearme un poco, quitarme el olor a fracaso que Evans me dejó. Llego a la mansión Queen, un enorme terreno, donde una mansión de extensos pisos es mi hogar. Mi hermana Jane; mayor que yo por dos años, vive en las mismas tierras, lejos de la mansión, a unos 500 metros de la misma. Adoro lo enorme y silenciosa que puede ser mi casa. Bajo del auto y camino lentamente a la entrada, me detengo a oler las flores que me recuerdan a papá y a mamá. Mi jardín es enorme, y es solo lo que floreció de una minúscula parte de lo que era el jardín entero de mi padre, el cual se llevó mi cuñada junto a mi hermano mayor cuando se mudaron a Argentina. No es que sean plantas mágicas, 18 años de cuidarlas dio este resultado. Dieciocho años, no parece que fuera tanto. Me encamino a la casa, despejo mi mente, debo enfocarme, si quiero jugar esta noche, toda esta energía que tengo debe ser redireccionada a lo importante. Dejo mis cosas en la entrada, subo las escaleras hasta mi habitación, la misma que fue mía desde que tengo memoria. Voy a mi armario y busco lo importante. Un vestido n***o, escotado, sensual, con el cual me verán y solo desearán tocarme, hasta que los destroce en la mesa y empezarán a verme como el enemigo, uno al que seguirán queriendo follarse. Alguno tendrá la suerte, el privilegio de ser elegido, eso espero, necesito ese desestrés que me da el sexo. Voy a mi caja fuerte, hago el escaneo facial y esta se abre, veo mi accesorio favorito y lo tomo guardándolo en el abrigo que usaré. Lo demás es solo pura relajación, un buen baño en la tina, música clásica de fondo para relajarme. Me arreglo tan bella como si fuera a una gala de beneficencia, me aplico perfume, olor a triunfo, así le llaman quienes saben qué perfume uso. Tomo mi abrigo y mis llaves, lista para la victoria. Cualquiera pensaría que saber que vas a ganar no es emocionante, sí lo es, saber que tendré esa descarga de serotonina tan intensa. Excitante. …….……….. Llego al casino, rodeo la puerta de entrada para que nadie me vea, estaciono mi auto lejos de la entrada, no quiero que algún fanático reconozca mi matrícula. Tomo mi accesorio principal, una máscara blanca que tiene una fina decoración alrededor de los ojos con plata, solo cubre mi rostro, mis ojos están libres, al igual que mi boca. No pierdo tiempo y me la coloco a la vez que camino por el callejón para entrar, en la puerta trasera por donde se supone sacan la basura, hay un guardia. — Buenas noches —me anuncio y solo debe dirigirme una mirada para saber quien soy. — Su majestad, adelante —solo doy un asentimiento e ingreso al lugar. El olor a tabaco y whisky prevalece, aspiro disfrutando de este relajante ambiente. Llego al mesón que podría decir es la recepción del lugar. — Su majestad, ¿cuánto planea comprar hoy? —indaga quien está a cargo de vender las fichas. — Apostaría lo que fuera por la identidad de la reina de hielo —río con sutileza ante el comentario de Randall. — Y los perderías en una mesa conmigo —me escanea de arriba abajo. — Pero descubriría tu identidad al final, cuando cambie las reglas de no accesorios —saco de mi cartera un fajo de billetes. — Dame por todo —los apoyo en el mesón. — Aun así, no sucederá, no cuando ya sabes que está comprobado, no hago trampa, es solo un don —me entregan mis fichas y camino hacia la mesa de póker. Un deporte que practico muy bien desde muy joven. Al verme muchos no quieren siquiera participar en la misma mesa que la mía. Muchos piensan que me estiman de más y se quedan, otros pocos no me conocen. La mesa se conforma de 10, noto que somos 9, da igual, se puede jugar de la cantidad que queramos. El barajador va a comenzar y veo que alguien se acerca, arqueo una ceja aprovechando que nadie lo notará. ¿Trae una máscara? ¿Qué carajos? ¿Quién diablos es y por qué mierda trae una máscara? Se sienta en la mesa, me mira. — Disculpen la demora, podemos comenzar —su voz gruesa y ronca instala un cosquilleo en mi nuca. ¿Quién es?

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

La embarazada sacrificada

read
3.1K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.6K
bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
52.4K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.3K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.7K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook