2. La venganza está cerca

2255 Words
Valerian PdV “Mi rey, príncipe” Lucien comenzó hablando formalmente, podía ver la molestia en su mirada, algo había salido mal. “Habla!” Espeto mi padre en tono impaciente. “El ejército de oro logró acabar con las fuerzas rebeldes, el duque Magnus huyo hacia el punto de reunión que le indicamos, debe llegar el día de mañana, cuál es su orden mi rey?” “Sabía que no podía confiar en el inútil humano, su reputación como el gran centinela terminó hace mucho, tendremos que ser agresivos en el siguiente ataque, rescátenlo, no me sirve de nada muerto”. Gruñó mi padre, dando por terminada la conversación. Lucien salió del salón rápidamente, determinado a cumplir la orden de su rey. “Padre” dije en tono calmado, sin subir la voz, hacia tiempo que había aprendido a cómo lidiar con el, los golpes y disciplina fueron mis compañeros por varios años después de la muerte de mi madre. Como maestro y rey nadie podía negar que hizo un excelente trabajo, por unos años, la paternidad en cambio, jamás logró hacer nada bien, o al menos eso creíamos mi madre y yo. Recordarla siempre me ponía un poco triste, 20 años transcurridos en los que logré canalizar mi enojo y tristeza en la fuerza necesaria para no dejar que nadie me hiciera menos, sobretodo cuando la sed de venganza es lo que me despierta todos los días. A pesar de que tenía diferentes estrategias para llevar a cabo mis planes, compartía la idea de mi padre de tomar el trono de los Halvorsen y someterlos a nosotros. Magnus era un medio para un fin, pertenece a la familia real y en cuanto nos deshiciéramos del rey y los príncipes, el pueblo no tendría mejor opción que aceptarlo como nuevo gobernante, alguien que podríamos manipular fácilmente, estaría bajo nuestras órdenes. “No crees que sería buena idea aceptar la invitación del rey y mandar a Lucien al palacio dorado?” “Y por qué haría eso?” Dijo alzando una ceja, claramente intrigado por mi proposición. “Por el momento no saben de nuestra participación en la guerra, probablemente deben estar detrás del rastro de Magnus, si lo encuentran antes que nosotros lo llevarán al palacio, tendremos una idea mejor de lo que sucede, e incluso Lucien podrá hacer unas rondas de reconocimiento”. “Mmm, la invitación iba dirigida a mi, no a Lucien” Su mirada fija en mi, su rostro no mostraba emoción alguna, aunque no lo admitiera en voz alta, sabía que respetaba mi inteligencia, un rasgo que él nunca pudo dominar, siendo un rey pasional, siempre actuó antes de pensar. Ese es su punto débil. “Están desesperados por un nuevo acuerdo comercial, les diremos que estamos preparando mi ascenso al trono, por esa razón no podemos presentarnos ni tú ni yo, Lucien siendo m*****o de la familia real deberá bastar. Recuerda que únicamente es para darnos acceso al palacio”. Me apresuré a recalcar lo importante del asunto, es una farsa, pero nuestra intención debe parecer legítima a sus ojos. Me molestaba el hecho que aun no estaba dispuesto a ceder el trono, por tradición y edad debería haberlo heredado hace 3 años, sin embargo se aferraba a el de tal manera que me preguntaba si tendría que matarlo solo para demostrarle que estoy listo. Lo vi fruncir el ceño, siempre le han agradado mis ideas, claro, sin aceptar que soy más inteligente que el. “Encárgate de Magnus y manda una carta urgente al palacio anunciando la llegada de Lucien y parte del nuevo tratado para tentarlos lo suficiente”. Me levante de la silla y baje un poco mi cabeza hacia el “así se hará padre”. * “Cambio de planes, toma a la guardia del norte y dirígete al palacio dorado”. Lucien bajo de su caballo mirándome incrédulo. Sabe que cuando esto sucede es porque uno de mis planes está en marcha. “Y cuáles son mis nuevas órdenes querido primo?” “Reconocimiento, puntos débiles, la escolta de los príncipes y del rey, oficialmente irás a negociar la apertura de la ruta de la seda”. “Oh, está bien, pero si sabes que el palacio está siendo protegido fuertemente por el evento del año?” Lo miré desconcertado, es cierto que están en guerra, pero la mayor parte del ejército sigue en el sur. Suspiro divertido por mi expresión y hablo tranquilamente “Van" dijo como le gustaba llamarme, no Val, ni Valerian, sino Van, haciendo una pequeña pausa, continuó "Estamos en vísperas de la boda del príncipe heredero y el rumor dice que el rey buscará pareja también para su hija..” Una sonrisa maliciosa se formó en su rostro, Lucien nunca pierde la oportunidad para meterse con las mujeres más hermosas, no que le sea tarea difícil, considerando que es el consentido de los medios de comunicación y farándula por su carácter afable y gran apariencia. Sin duda la princesa dorada sería una excelente adición a su lista de conquistas, lo poco que dedicaba a la lectura de las noticias de las otras naciones me había servido bien para saber que se trataba de una niña egocéntrica a la que le gustaba jugar a los soldados, y así como toda su familia, vacía, bonito rostro pero sin corazón, aunque debo admitir que de estar en la posición de Lucien, me habría encantado hacerla temblar. “Si estuvieras un poco más interesado en reunir información de tus enemigos sabrías que no es el momento ideal para aparecerme en su puerta sin invitación, aún y cuando les ofrezcamos aquello que buscan desde hace años, solo los hará sospechar más”. Comencé a sonreír, Lucien abrió los ojos en sorpresa. “Gracias por la plática, tenemos la invitación desde hace meses para la negociación, solo que iba dirigida al rey y príncipe Naess, pero en vista de que estamos organizando mi ascenso al trono, tu irás en nuestra representación, y mira que interesante, estarás a tiempo para presentarte a una boda”. Esto podría resultar muy bien, la venganza que tanto nos eludía por fin estaba cerca. “Teniendo una razón legítima para ir, será un placer” dijo saboreando sus palabras, conocía bien sus intenciones y no me importaba en lo más mínimo lo que hiciera con la arpía, solo debe mantener su cabeza fría y no olvidar su misión. "debo asumir que pronto podre llamarte mi rey?" “Haz lo que quieras con ella, solo no te encariñes, recuerda que todos morirán, y aún no, el viejo sigue aferrado”. Asintió acatando mi orden, sabía que el tema de convertirme en rey era una situación delicada, prefirió no hacer mas comentarios, y silenciosamente se lo agradecí, se acercó a los guardias que comenzaban a cargar el equipaje informándoles el cambio de planes, todos debían estar en sintonía. Me di la vuelta y corrí a la entrada del castillo, convoqué a mis cinco mejores guerreros, teníamos que salir de cacería de inmediato. *** Ilenia PdV Corrí hacia mi carpa y comencé a limpiar mi armadura, con movimientos rápidos me la coloqué nuevamente, antes de cerrar mi carpa llame a uno de los sirvientes y le ordene que a la mañana siguiente debían empacar mis cosas temprano, llevarlas en la procesión real de regreso al palacio, debía personalmente llevar a Freiris en la parte posterior, anunciándole a mi hermano que estaba molesta por no ir a la excursión con Vesper, y que no quería hablar con nadie. Eso debe mantenerlo sin sospecha al menos por un par de horas. Sabía que si ya habían recorrido la mitad del camino sin notar mi ausencia, ya no regresarían por mi, eran dos días de regreso y en tres días estaba programada la ceremonia de su boda con la doncella del este, Milerna Dahl, hija del poderoso Lord Dahl, su comercio de frutas exóticas lo había llevado al éxito años atrás, sin duda un gran partido para mi hermano, ella poseía una belleza clásica, y de carácter amable, sin duda sería una gran reina. Aunque no lo admitiera en voz alta, sabía que él la escogió por amor. Estaba muy contenta por él. Así que, por muy molesto que estuviera conmigo no podía darse el lujo a retrasarse. Después de meter un poco de carne seca, agua, flechas y mi espada en una bolsa, agarré mi arco y camine sigilosamente hacia la carpa de Vesper. Fui bordeando la orilla del bosque, adentrando un poco entre los árboles para esconderme y así esperar hincada. Pasaron 10 minutos y aún no salían, sin embargo se escuchaba movimiento dentro de su carpa. Entonces mi vista se nubló de golpe. Aquí vamos.. Abrí los ojos y aparecieron frente a mi imágenes de una cena formal en el gran salón del palacio, estaban sentados a mi alrededor varios lores y duques, y a la cabeza de la mesa mi padre, a su derecha Folken, tomando de su mano a Milerna quien estaba totalmente vestida de blanco.. era la celebración de la boda!! Miré a mi alrededor y sentí un tirón, todo se volvió oscuro y la siguiente imagen que vi fue fuego, cenizas, el palacio se incendiaba, traté de enfocar mi vista en algún punto hasta que baje la vista a mis manos, estaban empapadas en sangre, entre en pánico, qué estaba sucediendo?? pero así como llegó, se esfumó. Volví a abrir mis ojos y estaba en la misma piedra detrás de la carpa de Vesper. Un zumbido y dolor en mi cabeza me hizo gruñir de molestia. Desde pequeña había tenido estas ‘visiones’, al principio no sabía que significaban, hasta que comencé a notar que éstas imágenes se volvían realidad a los pocos días. En una de las visitas de un emisario Laursen decidí preguntarle si sabía de que se trataba, porque me pasaba esto, pero sobretodo como podía detenerlo. Sonrió y me explico que era un don muy raro, mi madre era descendiente de un antiguo linaje Laursen. Y aunque estas 'habilidades' habían saltado muchas generaciones, al fin tenían sus herederos. Mi hermano y yo. 'El también ve el futuro ?' Me respondió riendo ligeramente, tomé la empuñadura de mi espada más fuerte. Era un grave error burlarse de la princesa. Dedicó unos minutos a enumerar las virtudes de mi hermano, que era inusualmente fuerte para ser un simple humano, y su rapidez lo ponía en el nivel de los hombres lobo, también hizo hincapié en que los dones nos eligen, solo a aquellos que tienen un alma y voluntad incontenible somos capaces de dominarlos. La clarividencia me había elegido, le pregunte que podía hacer para controlarlo. Respondió vagamente que ya me había dado la información que necesitaba. Y que el resto dependía de mi. Hasta el día de hoy, no he logrado controlar mis visiones, llegan cuando quieren, por unos segundos, me advierten o enseñan cosas que por lo general terminan sucediendo a pocas horas o un par de días después. He tratado incluso de anticiparme, tomar diferentes decisiones, intentando ‘cambiar’ el futuro. He fallado miserablemente cada vez. Tal vez todos tenemos un destino. Y este ya está escrito en piedra. No hay forma de rodearlo, siempre te encuentra. Mi palacio en llamas.. tuve que dejar el análisis de mi visión a un lado, habían comenzado a salir de la carpa los guerreros con Vesper al final. Se le veía fuerte, orgullosa, pocas veces tenía misiones tan emocionantes como la de hoy. A pesar que era mi dama de compañía y guardia personal, se ofreció para esta tarea, siente esta necesidad de tratar de protegerme de todo y todos. Era molesto en ocasiones como esta, su manera de pagar todo lo que hicimos por ella en el pasado. Espere hasta que se habían adelantado y comencé a seguirlos en silencio. Sería un viaje rápido y sin descanso, tampoco llevarían caballos para evitar ser detectados, querían llegar lo antes posible a la zona montañosa, era medio día de camino, realmente no estaba tan lejos, estaba orgullosa de nuestros guerreros, comprometidos totalmente a su servicio, ninguno desobedeció sus ordenes, ni se quejaron por el esfuerzo que se les impuso. El sol salió, y pararon a comer y beber agua, salí de entre la sombra asustándolos a todos y haciendo que se pusieran a la defensiva. Vesper me asesino en varias ocasiones con la mirada. Me reí y tomé asiento a su lado bajando mi bolsa. "De verdad creíste que podrías salir a divertirte sin mí?" puse mi mano sobre su hombro y la moví un poco, deseando que se relajara. "El príncipe estará muy molesto contigo en cuanto se de cuenta" respondió seriamente, suspiro fuertemente y movio la cabeza a los lados. "Supongo que podría encomendar cinco guerreros para que regresen con la princesa a salvo al campamento.." La mire sorprendida, aun y cuando lo intentara, soy la princesa, odiaría tener que someterla pero no me estaba dando otra alternativa, me puse de pié dispuesta a contraatacar sus palabras cuando la escuche reírse a carcajadas. "De verdad creíste que te haría eso?" dijo imitando mi voz burlona de hace unos minutos, no pude ocultar mi asombro y me uní a su ataque de risa, los soldados parecieron relajarse después de nuestra conversación, discutimos por un par de minutos el área que revisaríamos primero, y que nos dividiríamos en dos equipos, todos aceptaron y continuamos nuestro camino.
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