Mis bromas tuvieron el efecto equivocado cuando ella comenzó a reírse y chillar. —Ah, no puedo creerlo. Eres mi hermana y mi Luna... oh, eso supera el papel de hermano Gamma, lo siento, Sean—. Él se rió entre dientes y se encogió de hombros, metiéndose tocino en la boca con la mano desnuda. Le fruncí el ceño, apartando la mirada de sus malos modales. Si ese hombre alguna vez aprende a comer educadamente, me comeré mi zapato. Mis ojos automáticamente encontraron a Phoenix que estaba comiendo inocentemente sus panqueques con cuchillo y tenedor. Me sonrió mientras se metía un tenedor en la boca y yo aparté la mirada con una sonrisa. —¿Estás listo para hoy entonces?— —Preguntó Molly. —¿No vienes?— Me preguntaba. Ella sonrió levemente y su mano encontró la mía sobre la mesa. —No estoy hech

