Después de esperar aproximadamente media hora, marqué su número unas cuantas veces más antes de enviarle un mensaje de texto enojado e intentar llamar a papá, con quien tampoco pude comunicarme por teléfono. "Mierda..." murmuré mientras empezó a lloviznar levemente antes de convertirse rápidamente en un fuerte chaparrón. "¡Voy a matar a Tom por dejarme aquí tirado!", pensé, mientras intentaba llamar a papá de nuevo sin éxito. Suspiré y finalmente llamé a Duane. Media hora después, Duane se detuvo en mi coche. Me miró y sonrió mientras abría la puerta y me hacía señas para que entrara rápido. "¿Qué pasó?" preguntó con una risita mientras me veía correr hacia el lado del pasajero de su auto bajo el aguacero. Pero temblaba demasiado como para hablar mientras me miraba con atención. Estab

