La princesa divorciada

De vuelta

Dos semanas más tarde, Kamal, Selene y Layla estaban de vuelta en el palacio de Tierra del Sol. Todos se sentían muy diferentes. Layla asistía a las terapias a las que Kamal la obligaba, tomaba su medicación, trabajaba e intentaba pasar desapercibida para evitar conflictos. Farah estaba ocupada preparando una coronación para hacerse cargo de Ramil. Nala parecía estar abrumada por los síntomas del embarazo, su trabajo y los dos niños. Elías estaba planeando junto a sus hermanos atraer turismo a la ciudad y trabajaba en la creación de un proyecto que involucraba a Azalam. Aunque sus primeras 72 horas fueron silenciosas, solitarias e incluso relajadas, la princesa sabía que simplemente no era su hogar y entendía la ironía de la situación, ya que mucha gente desearía un lugar como ese para vivir y ella solo quería estar lejos de ahí.

La joven princesa se preguntó si tenía una actitud inconformista o si su vida era realmente una mierda. Kamal sabía que no estaba siendo lo más amable con Layla, pero Selene lo necesitaba al 100 %. Su esposa estaba ligeramente traumatizada por eventos pasados y perder a su hijo nuevamente podría volver a afectar su relación, sobre todo porque, pase lo que pase con ella y ese bebé, él se convertiría en padre. Durante los próximos meses, Layla y él tendrían que buscar la manera de concebir un bebé y así asegurar el reino, pero el útero inestable de Selene siempre podría jugarles una mala pasada.

El médico había realizado todas las pruebas posibles a Selene antes de decirles nuevamente que era un milagro, que debían disfrutar y cuidar al máximo a la princesa. De igual manera, insistió en realizar una prueba genética al feto y a los padres para tratar de descubrir en qué habían fallado anteriormente. La charla sobre anomalías genéticas no convencía a Selene de que el bebé estará bien, que nacerá y será sano. Simplemente, la desanimaba y le recordaba lo impotente que podía ser incluso con dinero y recursos. Selene solo quería estar sola.

—¿Te molestaría dormir con Layla?

—Me molesta porque no te molesta.

—Creo que es mejor. Una vez a la semana, los empleados están pendientes y quiero estar sola.

—Selene, el médico ha mencionado que solo es una posibilidad. Repito: podemos ser portadores de alguna enfermedad. Por ahora, lo que tenemos que hacer es esperar, dejar que el bebé crezca bien y en cuanto sea factible, le harán más pruebas.

—¿Qué pasa si es sordo o ciego? —pregunta Selene—. Un problema sanguíneo o cognitivo...

—Has estado leyendo cosas negativas, es obvio que es lo único en lo que vas a pensar, que todo está mal. ¿Qué pasa si no es portador de nada y nos estás preocupando a los tres sin motivo?

—Quiero estar sola, por favor.

Kamal vio a su esposa y tomó su bata, salió de la habitación y chocó con su hermana. El joven

Y chocó con su hermana. El joven tomó a Farah de los brazos para evitar que se golpeara. Ella se rió porque tenía un plan de escape muy sólido, pero sus hermanos parecían destinados a descubrirla. Un par de noches se habían topado con ella de camino a la cocina, y los dos pequeños a veces la esperaban abajo para conversar. Kamal, definitivamente, era el hermano que le faltaba por encontrar.

Los dos caminaron hacia la cocina y Farah reconoció que deseaba un atol cremoso de avena y una tostada con mucha mantequilla. Layla bajó en busca de agua y vio a los hermanos asustada.

—¿Se te ofrece algo? —preguntó Farah.

—No... solo agua.

La princesa le mostró el espacio en el refrigerador donde guardaban el agua filtrada. Layla le agradeció y las dos observaron a Kamal intentando preparar un atol.

—¿Quieres?

—Dejaré que Farah pruebe primero.

—Qué amable —ironizó la princesa del sol viendo a Layla.

—¿Les molesta si tomo un poco de té?

—Estás en tu casa, Layla. ¿Qué sabor te gustaría?

—Un chai. —Kamal encendió el disco en el cual se calentaba la tetera. El ama de llaves les preguntó si requerían ayuda y los tres príncipes se negaron.

—¿Qué haces despierta a esta hora? —preguntó Farah.

—Estoy trabajando. ¿Tú?

—El bebé... se mueve.

—¿Se mueve? —repitió con emoción Kamal. Muchos de los hijos que esperó con anterioridad tenían poco movimiento o no habían llegado tan lejos. Farah asintió y se llevó una mano al vientre.

—Es bonito, pero me gusta dormir boca abajo. Ahora es difícil. —comenta la princesa. —¿Cómo les fue en Azalam? ¿Cómo está el pueblo?

—Bien, Kamal ha sabido ganárselos y a mí me conocen de toda la vida.

—¿Qué tal tú y la Tierra de Ramil?

—Bueno... creo que estoy cometiendo un error. Debería tomar más cosas, a mi bebé y a mi esposo. En su lugar, estoy aquí, peleando por algo que nadie quiere, una montaña de arena rodeada de gente sedienta —comenta Farah, y su hermano le pone el atol frente a ella. —¿No creen que esto es demasiado sacrificio?

—Lo es, pero le hacemos un favor a muchas personas. Mira el programa de educación de Eleonor, veinte años más tarde, todos nuestros profesores son nativos porque ella les dio una educación completa. Ese es un privilegio que sus padres no tenían, y cuando comiencen a abrir negocios debido a las nuevas ofertas turísticas, su economía mejorará.

—Kamal, yo estoy hablando de lo que específicamente es bueno para mi bebé y mi marido. Yo nací para ser princesa, pero él no. No es su sueño y está ahí dando la cara todo el día por mí y mis caprichos.

Kamal era la persona más

casada de su familia, por más tiempo, con la persona perfecta elegida por él y con la persona que eligieron para él. De lo que era testigo, es que el matrimonio no es fácil, sin importar si se trata del amor de su vida o la mujer perfecta para ser su esposa.

—El matrimonio es duro, no importa si es Layla o Selene, es duro, desgastante, pero lo que facilita el trabajo es hablar. Layla y yo a veces nos insultamos y otros días nos elogiamos, eso nos hace sentir cómodos. Con Selene, a pesar de todo el amor, siempre hay una sensación de espacio. Ella sabe que puede salir corriendo cuando quiera y desaparecer.

—Siento que soy tu esposa favorita —le asegura Layla, y las dos mujeres ríen. —Lo que pasa es que somos amigos, ella y tú son pareja, y cuando Selene dice que quiere estar sola, se lo das. Cuando yo digo que quiero estar sola, me dices: "Aguántate. Sé hombre y regresa a esa habitación y haz que te aguante tu mujer", porque definitivamente no vas a dormir en mi habitación.

—Este palacio tiene treinta cuartos.

—Te felicitamos. Selene y tú tienen que salir de toda esa tensión. Ve a ocuparte de tu mujer —propone Farah.

Todos sabían que el príncipe y su esposa estaban pasándola mal, pero asumieron que todo el panorama con Layla le causaba problemas a Selene. Al final, decidieron no meterse demasiado porque a Kamal le gusta la privacidad en sus relaciones, sobre todas las cosas, y Selene odiaba compartir sus problemas con nadie.

Kamal le dio un beso a su hermana en la frente y otro a Layla. Las princesas vieron a Kamal subir con dos platos con atol, y con una mejor actitud, sonrieron complacidas. Farah le preguntó a Layla:

—¿Te quedarías unos segundos?

—Claro.

—Mientras me como todo esto.

—Tu hermano exageró.

—Sí —Las dos sonríen. —Te debo una disculpa, Layla. No voy a mentir, hubiese hecho todo lo que hice. Pero jamás pensé en tus sentimientos, pensé en el hombre que me hizo daño, el que amenazó a mi pueblo y a mi familia, y dio órdenes sin pensar en tu dolor.

—Mi hermano no podría estar vivo y las dos lo sabemos.

—Sí, pero es tu hermano. ¿Crees que no he contemplado matar a mis dos hermanos? Son un coñazo. —Las dos ríen. —Pero son míos y no permitiría que nadie más les hiciera daño, lo mismo con ustedes.

—Gracias por disculparte.

—Y he estado siendo odiosa por un malentendido. También voy a disculparme por eso.

—Ahh, qué cansado, ¿vas a seguir? —Las dos sonrieron. —Gracias.

—Voy a llevar esto a la cama.

—Yo tengo una reunión.

—¿A esta hora?

—Diferencia de hora con Mainvillage.

—Uhh. ¿Trabajo o placer?

—Un poco de ambos —respondió Layla y vio la hora. Probablemente, Leonel ya tendría varios minutos esperando. Por sorprendente que fuera, si se atrasa un poco, él siempre parecía estar esperando. A Layla no le quedaba claro si eso era bueno para Leonel.