Capítulo 4

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Capítulo 4 [De la Gazzetta Libera] ¿Es el Monstruo de la Oreja en realidad un grupo diabólico? ------------------------------------------------------------------------------------------------ El subjefe Giandomenico Pumpo dirige sus investigaciones también hacia la posibilidad de delitos rituales satánicos Carlas Garibaldi Según una fuente cercana a la comisaría, después del último delito del Monstruo de la Oreja, de quien, como hemos informado anteriormente, ha sido víctima un hombre llamado Alessandro Cipolla, parece que el dirigente de la Sección de Homicidios de la Brigada Móvil, el doctor Giandomenico Pumpo, ha dirigido las investigaciones en dirección a gropúsculos jóvenes satánicos y parasatánicos, no siendo inusual que estas pandillas se ensañen con víctimas solas e indefensas y en particular con vagabundos fácilmente atacables mientras duermen en la calle. El fenómeno del satanismo está bastante difundido en Italia y sobre todo en nuestra ciudad, aunque hasta ahora no parecía haber superado los límites de la alarma: Turín es, con Praga, Lyon, Londres y San Francisco, uno de los principales centros mundiales del culto a Satanás. Como ha advertido desde hace tiempo el CASOC4 , hay tres grandes tipos de sectarismo diabólico: el satanismo ácido juvenil, del que se sospecha que un grupo no identificado es el responsable del asesinato de Cipolla, el satanismo histórico tradicional, que agrupa adultos, y las psicosectas. El CASOC lleva siendo todavía dirigido durante más de tres décadas por el canónigo Vincenzo Scofiani Biancon, que también ejerce como exorcista en la Curia, pero se fundó en 1965 y fue dirigido durante cerca de un lustro por don Giulio Colamonti, quien, a finales de 1970, fue desposeído del cargo, convirtiéndose luego en párroco de San Tadeo, parroquia que sigue dirigiendo. El sacerdote fue destituido después de una agresión sufrida en febrero de ese mismo año por tres jóvenes satanistas toxicómanos (en las sectas juveniles ácidas es normal el uso de alucinógenos) por la que fue hospitalizado gravemente herido y en estado de shock, permaneciendo muchos meses postrado psicológicamente y sometido a terapia neurológica. En el culto diabólico juvenil, a diferencia del adulto y tradicional, es habitual hacerse propaganda. Su promoción es habitual en primer lugar en los textos de las canciones de los grupos de rock, canciones que se venden libremente, donde algunas palabras, si se escuchan al revés, alaban al Diablo, con un efecto subliminal sobre los oyentes. Peor aún, circula en secreto la música que celebra expresamente cosas atroces, como el estupro e incluso el destripamiento de niños y la muerte de judíos, gitanos, emigrantes y vagabundos con gas o con fuego: el llamado nazisatanismo. En la web, desde hace ya tiempo, están presentes algunos5 sitios que se regodean en lo macabro y en lo diabólico desagradable y están en aumento. A quienes les atrae semejante propaganda ponen en práctica las enseñanzas recibidas de forma ingenua y por tanto llena de peligros para el público. En esos sitios de Internet se comentan obras literarias y cinematográficas de terror y la música satánica se mezcla con la exaltación de la práctica de diversas perversiones, exponiendo como normales diversos delitos contra personas y patrimonios. Sobre todo, se atrae a jóvenes, pero no faltan los adultos. Todos se ven atraídos por la idea de ejercitar una libertad absoluta transgrediendo la moral normal: en realidad se predica y se pone en práctica el mero libertinaje, mientras que la libertad supone siempre, como contraposición, el ejercicio del deber hacia los demás, condición indispensable para una convivencia social duradera, según las enseñanzas de la ética clásica que, en Occidente, tienen una raíz bíblica. El paso del aprendizaje teórico a la puesta en práctica no es muy largo, con la consecuencia de la existencia de no pocos satanistas, aisladamente o, más a menudo, reunidos en grupos. Es precisamente esta gente, según la Policía y el Arma de Carabineros, además del CASOC, la más peligrosa para la integridad física de los ciudadanos. El satanismo sui generis está compuesto por muchas más personas que el oficial: en nuestra ciudad son al menos algunos miles de elementos. Hace tiempo que la Brigada Anti Sectas de la comisaria comunicó que la práctica del satanismo juvenil sigue normalmente un proceso preciso. Al principio se dedican, por decirlo así, a profanaciones de tumbas y otros ritos macabros en zonas aisladas, donde usan restos humanos y simulacros sexuales de látex y esparcen sangre de ave o, a veces, incluso humana extraída en el momento por vía intravenosa, o procedente de bolsas robadas en bancos de sangre. Un lugar habitual para esas abominaciones, hasta un par de años después de la agresión a don Colamonti, que se produjo precisamente allí, era el pequeño cementerio consagrado al Santísimo Crucificado, en el número 28 de Via San Pietro in Vincoli, en el barrio Aurora Rossini. Luego el ayuntamiento, también para combatir cosas similares, lo convirtió en lugar de espectáculos culturales durante las noches de verano y los adoradores del Diablo escogieron otros lugares en los bosques turineses. Los satanistas ácidos pasan rápidamente a prácticas más criminosas, como la violencia carnal, realizada también contra menores, hasta la posibilidad no remota de homicidios rituales. Los ritos satánicos pueden alcanzar niveles horripilantes. Por el contrario, en lo que se refiere al satanismo clásico de adultos, este es bastante menos visible que el juvenil ácido y está muy bien organizado, tanto en el plano ideológico como, en particular, en el teológico, más bien antiteológico, ya que el Dios judeocristiano es objeto de desprecio y se adora al Diablo como dios, considerándolo un mártir de la libertad, confundiendo esta con la arbitrariedad. Este satanismo planificado y tradicional es de origen muy antiguo, incluso precristiano. Fue perseguido, sobre todo a partir del Renacimiento, tanto por la Inquisición como por los tribunales protestantes, desembocando lamentablemente esas cacerías también en persecuciones de muchos inocentes que no tenían nada que ver con el culto al Diablo. El demonismo clásico, aunque no se presente ostentosamente y no llegue nunca a muertes rituales de recién nacidos y vírgenes como en el pasado, es sin embargo responsable ideológico, con sus pésimos maestros, de los delitos moderno del satanismo ácido y, en general, de la forma demonista más enemiga del bien social, porque combate de forma difusa, con fuerza psicológica y enormes medios económicos, cualquier moral y todos los valores civiles tradicionales: sus miembros están socialmente encumbrados, en entornos insospechados y constituyen auténticos lobbies de poder económico, político y artístico-cultural. Entre ellos se encuentran muchos de los intelectuales más críticos, cuando no directamente cáusticos, contra el cristianismo y, sobre todo, contra la Iglesia Católica, que fingen ser ateos, pero, en realidad, a su manera diabólica invertida, creen firmemente en lo sobrenatural. Ese demonismo adulto es también una élite en cuanto a su número miembros: en Italia se compone en realidad, según el CASOC, de apenas diez grupos de unas pocas decenas de seguidores cada uno, un centenar de personas en total. Se tiene la seguridad de que en nuestra ciudad existe uno de esos grupúsculos, entre los más antiguos, siempre según el CASOC. Por fin, en lo que se refiere al tercer tipo de los grupos satánicos, el de las psicosectas, tanto para la comisaría como para el CASOC comprende el mayor número de seguidores, varios centenares de miles en nuestra ciudad y representan un satanismo de hecho que se ejercita con un sometimiento psicológico y económico de los miembros a sus jefes, llegando a la esclavitud, empezando por la donación sistemática obligatoria del patrimonio personal al grupo, es decir, esencialmente a sus dirigentes. Pero las psicosectas no presentan formas externas de adoración demoniaca, por lo que, al igual que los satanistas adultos, tampoco estas personas pueden ser verosímilmente sospechosas de los delitos del Monstruo de la Oreja, siempre que, evidentemente, se trate en verdad de homicidios rituales, como sospecha el subjefe. Por otro lado, si por un lado confiamos en que la nueva pista indicada por el doctor Pumpo conduzca a un rápido fin de estos malignos acontecimientos, no hay que olvidar que las víctimas anteriores fueron atacadas en sus propias casas. carlgari@gazzeta.it
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