El Maestro de Magia Visita la Academia
Yaina miró Arak mientras daba vueltas alrededor de él murmurando y haciendo mediciones con las manos en el aire con una expresión concentrada.
Mia y Lucy los miraban divertidas cerca de ellos en el centro del despacho de Yaina.
- Majestad, ¿Qué está haciendo? - preguntó incómodo por tercera vez - Me pidió que me quedara quieto, pero necesito una explicación.
- Necesitamos trabajar en la propuesta ahora que ha sido aprobada. - le dijo seria - Tengo que hablar con alguien y necesito un escolta.
- ¿Lo traerá al palacio? - preguntó el joven.
- Noooo. - le dijo Yaina con rapidez - Tenemos que ir nosotros. Solo será un par de horas.
- ¿Si la acompaño obedecerá si hay peligro? - le preguntó desconfiado - La última vez escapó.
- Si, ya te dije que no lo volveré a hacer. - prometió la joven con la mano en el corazón - Solo conversaré con él.
- Bien. - le sonrió más tranquilo - ¿Cómo iremos? ¿Debo preparar un carruaje?
- Magia. - dijo contenta y Arak suspiró derrotado haciendo reir a Yaina - Sé que no te gustan los portales, pero es más rápido y discreto.
Cuando Arak iba a refutar con su argumento, cerca de la mesa de reuniones se abrió un portal donde apareció Tamir vestido como mago.
- Maestra. - le dijo inclinándose y Arak lo miró sorprendido al ver el zarcillo largo que colgaba en su oreja y varios anillos en sus dedos. Si bien, había visto su magia en acción nunca lo había visto vestido como mago.
- ¿Trajiste lo que te pedí? - le preguntó Yaina acercándose a saludarlo.
- Si, maestra. - dijo entregándole una cadena con una joya. Una herramienta mágica. Se giró hacia Arak y se lo puso en el cuello.
- Es un dispositivo de transformación. Dura tres a cuatro horas. Cambiará tu aspecto externo. - le explicó - Repite el hechizo. - Se lo dijo en voz alta y Arak lo repitió. Casi al instante su cabello se aclaró y sus ojos pardos se volvieron azules.
- ¡Wow! - dijo Mia sorprendida - ¡Sir Arak ha cambiado!
Arak se giró y se miró en el reflejo de la ventana abriendo la boca asombrado mientras Lucy le entregaba una capa de mago.
- Póntelo. - ordenó Yaina activando su magia y el anillo en su mano se hizo visible al brillar al tiempo que cambiaba su apariencia a la de un hombre alto de cabello n***o y ojos rojos con el cetro y sello del Maestro de Magia en el pecho, sorprendiendo a Mia quien se tapó la boca para no gritar de la impresión.
La apariencia, como el cabello n***o y ojos rojos se había modificado con magia cambiándolos a la contextura que tendría si fuese hombre, tan alto y fuerte como Arak. La ilusión terminaba con un traje oscuro, botas y una chaqueta larga con bordados rojos con una fina camisa cerrada con el sello en su cuello.
Yaina sonrió al ver a Mia tapándose la boca.
-Todo está bien, Mia. - le dijo con voz de hombre y la joven casi hiperventiló - Te dije que tenía un negocio antes de casarme... -
- Pero el sello, es el Maestro de Magia. He visto ese sello en los libros de historia... - le dijo.
- Digamos que he tenido este trabajo por algún tiempo. - le dijo sin revelar la continuidad de los maestros cuando uno de ellos moría como había pasado con ella misma cuando su padre fue asesinado - ¿Estás bien con eso?
- Si, maestra. Le dije que la seguiría sin importar qué. Sólo me sorprendí.
- Lucy. -ordenó con voz grave mientras abría un portal frente a ella - Dos horas a partir de ahora. Mia y tú se mantendrán en la habitación. Nadie debe entrar.
- Si, majestad. - dijo Lucy inclinándose - Cuente con nosotras...
- Vamos. - ordenó a Arak y aTamir quienes se pararon detrás de ella.
- No me acostumbro a verla así. - murmuró Arak a Tamir quien sonrió divertido.
- Es un hombre muy atractivo. - dijo Tamir – Las mujeres babean cuando pasa. Peligroso y sexy. Escucharon carraspear a Yaina mientras se cubría el rostro con la capucha y atravesaban el portal dejando a las dos jóvenes en el despacho.