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Nueva Información Don maldecía por lo bajo terminando de arreglar la tienda del emperador cerca de la ciudad que tenía el brote. La magia espacial del maestro de magia los había dejado a unos cientos de metros a las afuera de la ciudad, ahorrando días de camino a caballo. Una vez que amaneciera y hubiese más movimiento, entrarían al pueblo para identificar la situación y comenzar con la ayuda. Kairon entró a la tienda y la observó con los brazos cruzados impaciente. - Habla. - le ordenó el emperador - Desde que salimos del palacio has estado molesta. Si no me dices, no puedo hacer nada... - ¿Puedo hablar y hacerlo con libertad, majestad? - le preguntó mirándolo de lado. - Si, lo autorizo.- le dijo serio - Te escucho. - Gracias. - le dijo Don activando su magia y lanzando un flujo de magia en su dirección arrojándolo fuera de la tienda, donde cayó al suelo de espaldas tosiendo para recuperar el aire. - ¿Qué demonios te pasa? - le gritó Thomas a la maga acercándose con otros caballeros listos para detenerla. - ¡Déjenla! Todo está bien. - gritó Kairon levantándose y sacudiendo el polvo - Por tu reacción, lastimé a Yaina de nuevo. - ¿En serio tiene el descaro de preguntar como si no lo supiera? - le gritó lanzando más estelas arrojándolo al suelo nuevamente. - ¡Detente, Don! - le gritó Barum frenético con la espada lista - ¡Atacas al emperador! - ¡No se metan! - gritó Kairon levantándose otra vez - Es entre la escolta y yo. Los ojos y manos de Don brillaban con magia y Kairon vio cómo condensaba una esfera de agua en su palma. - He aguantado que lastime a la maestra, pero ya no más. - le gritó furiosa - ¿Tiene idea de lo que le entregó? - Kairon negó con la cabeza - ¡Es parte de su corazón! - le gritó llorando, soltando la esfera la que golpeó a Kairon como una roca haciéndolo caer de nuevo quitándole el aliento. - ¿Qué dices? - le preguntó, tosiendo. - ¡La maestra rompió un juramento! - le gritó, llorando enojada - ¿Sabe lo doloroso que es para nosotros? - cayó de rodillas llorando amargamente Kairon se levantó y se acercó a la joven para tocarle el hombro y tranquilizarla, pero la joven le golpeó en el pecho antes de que el emperador la tocara. Romper un juramento para un mago era tan doloroso como ser atravesado por una espada. Conocía ese dolor muy bien - La maestra está sufriendo y no puedo ayudarla. - gimió - ¿De qué hablas? - le preguntó, haciendo un gesto a los caballeros para que se mantuvieran lejos de ellos - La maestra ha bloqueado mi magia para poder regresar. No puedo abrir un portal. Cuando fue a la oficina y usted la echó...- sollozó ahogada. - ¿Era ella? - le preguntó con un sentimiento helado recorriendo su espalda. Recordaba sus palabras. - Si, era su aniversario de unión...Lo esperaba... Kairon se sentó en el suelo como si le hubiesen golpeado, ahora entendía la pregunta de Yaina sobre si tenía otra cosa que decir o las veces que le pidió esperar para partir...Todas esas veces la había regañado y alejado...Incluso ahora...¿Cuál era el daño que le había provocado como para que su compañera rompiera un juramento sabiendo que tenía un costo con su propia vida? - Hoy... - murmuró aturdido. Si que lo había arruinado. - Va a tener que arreglar esto cuando vuelva, maestro. - dijo Don triste - De verdad, la maestra no está bien...y usted es un imbécil. Tendría que avisarle a los maestros para que protejan a la princesa y se la lleven de Yamain, aquí sólo la desprecian e insultan. Preparó las cosas para los caballeros, aunque ellos se negaron a escoltarla... - Don... - advirtió Barum, pero Kairon lo detuvo, mirándolo fijo y luego a los demás, quienes se movieron inquietos. - Explícamelo, Don... - le pidió Kairon y la joven maga le contó lo que había pasado en el campo de entrenamiento con los caballeros de la Guardia y le mostró las cajas apiladas y los sacos preparados por Yaina. El emperador reconoció los dulces y el sabor de la sopa de los maestros Corelia. Don también le explicó que todas las medicinas fueron enviadas a la Torre para protegerlas con magia de conservación. - ¿Es eso cierto? - le preguntó a los caballeros - ¿Despreciaron a mi compañera? - Majestad...- dijo Thomas adelantándose - Fui yo al que su majestad escuchó. Repetí lo que había escuchado sin ver más allá. -¿Y crees que decir eso los salvará del castigo? - preguntó liberando las estelas del aura del león, pero no pudo continuar debido a que fuertes nauseas lo detuvieron, haciéndolo vomitar cerca de un árbol y Don se levantó para ayudarlo. - ¡Majestad! - le dijo, entregándole un dulce de una bolsa bajo su capa - Tome, Lucy dijo que le ayudarían. Los prepara la maestra. Kairon la miró, sorprendido. - ¿Qué dijiste? - Estos dulces y la torta de fresas los prepara la maestra... Creí que lo sabía. - No...creí que los preparaba Lucy. - le dijo cada vez más abrumado. Los caballeros se miraron preocupados al ver como Kairon se lo llevaba a la boca tratando de respirar profundo. - Majestad, si está enfermo...- comenzó a decir Barum. - No estoy enfermo. - gruñó - Esto es su culpa. Si lastiman a la compañera, lastiman al león ¿Lo han olvidado? Estamos vinculados... Si ella sufre, puedo sentirlo...- Don lo miró, confundida. Si eso fuera así, al momento en que la maestra rompió el juramento, el dolor habría sido mutuo y el emperador no reaccionó. - Llevaré a su majestad a su tienda para que descanse. - le dijo la joven a Barum, acompañándolo - Preparen todo para bajar al pueblo en unas tres horas. - Entendido, Sir Don. - dijo respetuoso, dejándola acompañar al emperador adentro y ayudándolo a acostarse en la litera. - Majestad... - le dijo cuando lo vio mantener los ojos cerrados sudando frío - Majestad...- Llamó - No puedo sentirla. - susurró el joven con voz sombría - No puedo sentir sus emociones, nada. Sólo vacío. - Entonces cuando le entregó su... - No sentí su dolor...Tampoco puedo vincular al león. - Kairon gimió angustiado - Los perdí a ambos...No puedo sentirlos... - Majestad... - ¿Qué me está pasando, Don? - le preguntó - ¿Qué he hecho? - No sé qué decir, majestad. - dijo con honestidad - Ha cambiado tanto con la maestra que no sé qué contestar...Solo puedo decir que podemos ver cómo ambos están sufriendo...Los que lo conocemos bien, podemos verlo. - Necesito terminar esta expedición y regresar al palacio. Tengo que saber qué está pasando. Hablaré con padre... Vas a tener que ayudarme y confiar en mi. Sé que algo me pasa, pero no puedo controlarlo. Lo que me está afectando me desconectó de Ducalyon y mi esposa. - ¿Cree que lo han envenenado? - No lo creo. - dijo serio - El veneno no me afecta como a los demás y lo que sea, ha afectado el vínculo con el espíritu del león. Lo que sea, es más fuerte que el veneno. - Lo ayudaré, se lo prometí a la maestra, pero si descubrimos que puede dañarla, deberé protegerla. - Lo sé...Ducalyon también me dice lo mismo. Es lo que deben hacer... Es mi compañera. - Trate de descansar un poco, majestad. Por lo menos sabemos que buscar... Kairon cerró los ojos sin dejar de pensar en la causa de todo. Iba a averiguarlo.
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