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Secretaria en la cama

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secrets
virgin
love at the first sight
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Blurb

Ella es genial…

Ella está superada…

Y es su secretaria…

Su trabajo es la secretaria de la recepción. Pero después del accidente de esa noche su estatus ha cambiado por completo, de secretaria de la habitación, se convirtió en una secretaria en la cama...

Secretaria en la cama EP1 - EP18

El hermano de al lado EP19 - EP32

Autora original: baiboau

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Capítulo 1--Secretaria en la cama
Pedro, un economista, un joven empresario de cuarenta y dos quilates. Un joven muy guapo, extremadamente rico y soltero. Es el único hijo de una familia de economistas multimillonarios que son observados en todo el mundo. Y es el hombre de los sueños de muchas mujeres, pero se niega a tener una esposa propia. Mantiene relaciones con muchas mujeres, incluidas reinas de la belleza y heroínas, tanto en México como en el extranjero. Lo bajaron y lo empujaron en la cama casi todos los círculos. Pero aún así, no había pensado en establecer pruebas con nadie. Su razón es un secreto... Sí, es un secreto que nadie conoce. Incluso la secretaria de la oficina principal que le había servido durante muchos años como ella. Karen Juvino, o lo que el distrito suele llamar "Karen", lleva trabajando en la empresa del distrito desde que se graduó en el instituto. Hasta ahora, su nombre tenía casi veintiocho años. Ella lo sabe todo, especialmente su orientación s****l. En el sector le gustan las mujeres que son tacañas y afiladas con los dientes. Le gustan las mujeres con buen estilo y le gustan las mujeres con tetas grandes, que son las mujeres que gritan en la forma que le gusta al jefe, entregadas a la cama del amo cada noche o cuando el jefe quiere. Pero, ¿quién sabe? bajo las gruesas gafas y su modesto vestido ha escondido algunos secretos. Un secreto que seguirá siendo un secreto para siempre. Ella ama secretamente al jefe… Sí... Ella lo ama, pero sabía muy bien que él nunca amaría a una secretaria como ella. Ella no está en los ojos del departamento en absoluto. Él nunca la miró como los hombres miran a las mujeres, ella era sólo una esclava que sólo podía trabajar con él, pero soportó ser paciente para verlo en la cama con otra mujer. Sólo porque no quería alejarse de él. —¿En qué estás pensando, gafas? El jefe se puso de pie con los brazos cruzados y miró a la secretaria que había trabajado durante mucho tiempo hasta entenderlo todo, o para ser sinceros es que la cotorra lo conoce más que él mismo. Él todavía recuerda el primer día que trabajó con la joven de gafas gruesas. Le gusta vestirse como una maestra de jardín de infancia, como una buena lora. Vino para una entrevista de trabajo, pero le derramó el café así debió haberla echado y conseguir a otra persona para trabajar en su lugar, pero tampoco sé por qué hizo esa elección, no le decepcionó en absoluto porque la cotorra hace muy bien de secretaria al frente de la sala, aunque no era tan sexy como él quería de una secretaria. Ella trabaja bien, meticulosamente, meticulosa en todo y a veces le ayuda a resolver muy bien la situación. Debido a esto, él no la dejaría irse. La ató con un gran salario, pero ese no era el único trabajo en el que era buena porque la lora también hace un excelente trabajo para descarrilar a la mujer que se irá a la cama por él. Ella selecciona a la mujer que más se ajusta a su tipo. —Uh... Jefe... La chica despertó del trance, cuando la voz del maestro en el que pensaba a cada momento, resonaba en su mente. Se giró para mirarle. Descubrió que estaba de pie no muy lejos. Unos ojos negros la miraron fijamente y sonrió. —¿Por qué te sorprendes? ¿O es que echas de menos a tu novio? Se acercó más. e hizo que su corazón se agitara, pero tuvo que disimularlo bajo la expresión inexpresiva —Todavía no tengo novio, jefe. —Increíble, tienes veintisiete años, dentro de unos meses serán veintiocho. ¿No piensas para nada en tener una familia? Ella forzó una ligera sonrisa. —Todavía no he encontrado a alguien que me guste. Él asintió ligeramente. Se cruzó de brazos y la miró sin levantar la vista. —Así que debe ser como yo, aún no me he casado porque no he encontrado a la mujer adecuada. —Pero el jefe se acuesta con muchas mujeres… —Eso es porque mi cuerpo quiere liberarse. Se rió, era como si el tema que estaban discutiendo fuera una comedia. Pero ella no podía reírse de verdad. "Karen lo sabe". Él volvió a sonreír, la sonrisa más encantadora. Pero ella sólo podía mirar, no tenía derecho a tocar. —Recuerdas la fiesta de anoche, ¿verdad, Karen? —Eh, lo recuerdo Él vuelve a sonreír. —Quiero a esa modelo. Contactame por dos días y dos noches. No puedo permitirme pagar. Le duele eso cada vez que sabe con quién se va a acostar, pero tiene que sonreír para cumplir con su deber. —Ella fue contactada a través de su representante personal, ha prometido venir y unirse al evento también. —Muy bien. Eres la mejor secretaria que he tenido. —Gracias, jefe. —Este año, aumentaré tu salario en un diez por ciento. Y también te daré una bonificación especial. Levantó la mano para rendir homenaje a la región, a pesar de que le dolía mucho el corazón, porque si puedes elegir, ella probablemente no haría esto. —Gracias de nuevo, jefe. —Muy bien, entonces tienes listos los documentos para la reunión de las diez. Tendremos una reunión juntos. —Sí, jefe. Un hombre alto con elegante ropa de trabajo desapareció de nuevo en su oficina, pero ella siguió mirando hasta que la puerta de madera se cerró por completo. Las lágrimas corrían por las comisuras de sus ojos. Afortunadamente, unas gruesas gafas lograron ocultar su debilidad. Se llevó la mano al pecho, justo donde está el corazón, y murmuró con agonía. —Me duele... tanto... —¿Por qué has venido a casa tan temprano hoy? Una cotorra entró en la casa a las dos de la tarde. La madre, que estaba secando la ropa, no pudo evitar cuestionarlo, porque normalmente nunca llega a casa antes de las 8 de la tarde, ni siquiera un solo día. —Hoy, Karen tiene una fiesta en la empresa, mamá, así que el jefe tiene que volver y prepararse. —Oh, se me olvidaba. Karen ya me lo dijo. Katy, una mujer mayor, habló tímidamente y rió. —Hoy, Karen volverá un poco tarde, mamá. —No pasa nada, Karen ya es mayor. Puedes cuidar de tí misma, a mamá no le importa. —Entonces mamá puede estar sola. —¿Dónde estoy sola? Hay cuatro amigos más de cuatro patas. Todavía no he terminado la palabra, cuatro grandes perros saltaron hacia el otro con alegría. Se lamieron y arañaron hasta arañar la ropa de la cotorra, pero la chica nunca se enfadó con ellos, porque saben que se quieren y se extrañan. —Vaya, que gran lametazo… Se reía de buen humor. y se divertía jugando con el perro bajo de la mirada de su madre. —Pui, Dang, Blanco, n***o, pueden correr a jugar a otro sitio. Su madre le ordenó al perro para sonar amable y corrieron a jugar en el jardín, uno al lado del otro, como si fueran dóciles. Ella los cuidaba con cariño. —Es bueno ser un perro, mamá. No piensas demasiado en esperar a que el dueño vuelva para jugar juntos. —Decir eso significa que te pasa algo, ¿no? Su madre entró, levantó la mano y le acarició suavemente la cabeza. —Deja que los monjes te enseñen así. Ella forzó una sonrisa a su madre. —No dije eso, madre. Nada, por cierto, ¿ha tenido mamá algún plato hoy? Si no, la joven Karen saldrá a comprarlo primero. —Sí que hay, mamá, me ha sobrado algo de caballa. Voy a hacer pasta de gambas con chile. La lora levantó la mano para tocarse la boca. —Qué rico, quiero quedarme a comer. —Déjalo para mañana, mamá te lo cocinará. Vamos a una fiesta con tu jefe hoy. Ella sonríe con tristeza, pero se apresura a sacudirse la pena porque teme que su madre se sienta incómoda. —Madre, por favor ve a ducharte primero. —De acuerdo, ¿cómo vas a ir, Karen? —El jefe vendrá a buscarme. Katy dejó escapar una amplia sonrisa. —El jefe de Karen es bueno. Parece muy preocupado por sus subordinados. —El jefe es así de amable con todos, mamá. Volvió a forzar una sonrisa a su madre, antes de que los pies entraran en la casa, au cara cuando su madre no la vio, estaba llena de melancolía. Tuvo que sonreír a la vez que el dolor interior cuando tuvo que llevar a la cama a una mujer que no era ella misma. "El deber... Recuerda que es el deber…" La mujer se dijo a sí misma en voz alta en su pecho, pero no pudo contener su arrepentimiento.

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