Capítulo 5--Secretaria en la cama

1482 Words
Sentía un dolor profundo e incómodo, pero las pastillas de hormigueo que fueron endurecidas por su boca tiraron fuertemente. Esto hizo que el dolor y la incomodidad se aliviaran ligeramente. —Ah... ah... Jefe Keller... Ah... Borracho hasta la inconsciencia Ni siquiera sabía a quién estaba lamiendo los pétalos. Si sabía que era ella, debía haber vomitado, porque no la miraba así. —Ah... Chupa, Jefe K... Jefe K... Ah… Chupa, Karen está rota, ah... Su conciencia se desvaneció con cada movimiento de sus dedos y su lengua. Untó cada centímetro de sus pétalos. Los largos dedos empujaban profundamente y se movían dentro y fuera rítmicamente. Ella se desliza hacia arriba y hacia abajo todo el tiempo y quiere más. —Jefe Keller... Ah... Ah... Sed. Ah... Jefe... Karen... A Karen le está encantando. Ah... —¿Qué quieres? — Preguntó con voz ronca a las suculentas colinas que seguían devorando. —Quiero... Quiero N... El pit*o del jefe... Ah... Ah... Porque sus dedos no eran suficientes, ella quería algo más grande que eso. —Muero, jefe m... penetra a Gafas... Ah... ah... por favor... Gafas ha atravesado completamente el agujero. Ya no es la misma cotorra, porque ahora es una zorra, es un rinoceronte, y está vergonzosamente caliente. Pero a ella ya no le importa, ella quiere la conmoción del jefe, quiere que rebote con fuerza en ella. —Jefe... ah... por favor... maldita sea. Ella gimió ansiosamente. El cosquilleo se apoderó de los pétalos de la chica e hizo que su cuerpo se elevara más y más, hasta que se produjo el último golpe de la lengua que se abalanzó sobre los suaves pétalos. —Aaaaaaaa Jefe... Jefe, mis piernas... Oooo Oooo... tannnn bueno… Ella explotó en la boca de su jefe... Sí, el hombre que había amado en secreto, estalló violentamente en la boca y la lamió, engullendo sin asco cada gota de su agua temblorosa en la garganta. —Ah... taaaan genial, ah... Ella se estremeció por un momento, luego tuvo que exclamar con emoción cuando el jefe se separa y se sacude los pantalones, revelando la peligrosa y enorme serpiente. —Wow. Se está poniendo empinado y aterrador. Ella inmediatamente esperó, cuando pensó que estaba a punto de ser insertada, su jefe se acercó de nuevo a horcajadas, besando sus labios, chupando sus pechos y tocando sus pétalos con un estilo al que ella tenía que mostrarse constantemente. Estaba tan nerviosa que casi se vuelve loca. Es muy bueno para recoger los pétalos de una mujer joven. Aplastaba y machacaba las pastillas hasta que el agua dulce no dejaba de fluir. Estaba tan nerviosa que casi acababa de nuevo. Si él no la hubiera atrapado, se habría acostado boca abajo en la cama primero. —Ah, ah… Le apretó la cara contra la cama. Las nalgas las alzó para que se curvaran. Una mano grande le abofeteó la nalga con fuerza, con apreciación. —Grande, muy punzante, me gusta... Voy a estropearlo, hmmm, oh... Las vulgares palabras que escuchó de los labios del jefe por primera vez esta noche. Estaba tan nerviosa que tuvo que agitar el culo. Esperando a un gigante que se creía capaz de manejarlo, pero… —Ah... Uh... Duele... Jefe... Jefe, duele... Huh... Cuando se insertó en el lugar más fuerte, ella tuvo que tratar de escapar. Él es demasiado grande y causaba dolor en todo su cuerpo. Sus lágrimas fluyeron, pero trató de aguantar porque sabe que es virgen, por lo que duele así pero parece que el jefe sabe que dejó de moverse, se inclinó y besó su espalda suavemente. Luego estiró una mano para frotar el pezón. —Ah... Qué bien. Ella fácilmente se puso nerviosa de nuevo y se volvió más y más aterrorizada hasta que el agua fluyó cuando él bajó su mano y aplastó la semilla de azúcar en su pétalo. —Ow, jefe, mis piernas... Jefe... ah... aterrador ah... Jefe... taaaan genial. Al final, se agitó hasta que su corazón se aterrorizó de nuevo y él saltó de nuevo, y de nuevo, esta vez hasta el fondo. —Oh... oh... apretado... tan apretado. Ella grita tanto incómoda como dolorosa cuando una mujer joven se ve obligada a expandirse para aceptar a un hombre grande que está más allá de lo humano. —Ah... ah... ah... ah... —¿Sigue doliendo? Oh... hmmm. —Un poco, Jefe... Ah... Ah... Sigamos en esto. Está bien ahora… Él dudó un poco, haciendo que fuera ella la que le hiciera curvear las nalgas. —Oh... Oh.... Y por supuesto, después de que terminó de gemir el jefe empuja su pit*o en ella rápidamente y con cuidado, la abertura entre sus nalgas es muy buena. Se clavó y se clavó en su agujero todo el tiempo, pesado, feroz y lleno de hambre. "Ah... tan triste, tan triste, Jefe... Ohhhhh Jefe... Ah..." Nunca supo que sería tan divertido ser penetrada por un tipo. —Ouch, ah... Jefe... Más fuerte, más profundo... Ah... Ah... Ohhh… Ah... Ah... Ahora, cada parte del cuerpo de la chica estaba fuera de control. Ya sea un trasero tambaleante o incluso el agujero deslizante esperando que él lo penetre profundamente todo el tiempo. —Ah... ah… —Oh... Está tan apretada, tan pequeña... Oh... Oh... Mi vientre explota... Oh… Empuja, tirando de él todo el tiempo con ritmo crudo. El cosquilleo se hizo más y más intenso. El impacto no se detiene el pit*o se introdujo sin abrir los ojos. Él rugió contra su espalda. —Oh... Oh… en shock. Oh... en shock. Oh… Él es muy feliz y estaba muy nervioso, no es diferente de ella en absoluto. —Ah... tan triste, ah... Cuanto más resoplaba el falo masculino contra el suave y frecuente orificio de la chica, más se intensificaban las numerosas ondas frenéticas. Hasta que ella se rompió… —Aaaaah Jefe, mis piernas... Se ha roto... Se ha roto. Auch... Sus jugos salieron a borbotones y salpicaron cuando el falo no dejó de clavarse en el agujero. Fue el movimiento más violento de su vida. —Oh... Dios... Ruth es buena... Hmmmm, oh... Oh... Oh, oh... Ella no sabía qué tipo de emoción mostraba su rostro. Sólo sabía que su cuerpo mostraba una expresión salvaje. —Aghhhhhhh... Oh... Oh... Oh... Y pronto su jefe continuó unas cuantas veces más. Estalló en un tembloroso estallido dentro de su agujero. —Ah... ah... Ella estaba aterrorizada hasta el punto de tener la piel de gallina, y su útero estaba temblando. Antes de soltar el cuerpo caliente de Orachon, que había sido perjudicado, se acostó en la cama con cuernos a horcajadas por todo el cuerpo. Su respiración sonaba junto a sus oídos. Estaba muy contenta de ser suya, aunque sea un secreto para siempre —Jefe, mi piernas... tómame de nuevo, golpea de nuevo... Ah... ah... Su rugido fue satisfecho, antes de girar para acostarse sobre su espalda y, por supuesto, ella tuvo que sentarse a horcajadas. —Gafas... Controlaré al jefe y lo romperé… —Oh… Él gimió cuando ella levantó las nalgas y puso su toque femenino en el palo de carne que todavía estaba retenido hasta la mitad del eje, aunque el camino es estrecho y sería bastante difícil de tragar hasta la longitud completa del mango. Pero lo consiguió. Ella quiere mirarlo, quiere mirarlo cuando se lo trague así. Será una experiencia única y la última vez en su vida. —Cógeme... ohhh... ohhh... así mismo… —Ah... Jefe.. Ah... Es tan… Ah… Ella parpadea y se desliza. Siente frenesí, no puede creer que pueda hacer eso, se regocija en el cuerpo joven y transformado en una chica caliente. —Ah... Ohhh, Jefe Keller... Eres tan obstinado, ah… Tannn… impresionante. Él jugueteó con su mano contra su regordeta nalga, mientras ella rebotaba sobre la barra de carne, satisfaciendo su azote. —Oh... me duele la cabeza... Oh... Está a punto de romperse... Oh… —Jefe... mis piernas, jefe... ah... ah... taaaan genial Ella lo miró, cuya cara estaba enrojecida por estar perdido en el vórtice que ella poseía. Él le sonrió burlonamente, levantó la mano para estrujarle el pecho, le frotó los pezones con los dedos largos. Está demasiado sensible. —Ah…. Tannnnn delicioso. Y ella lo empujó hasta el punto de extinguirse, que su jefe explotó con ella también Las dos figuras se abrazaron fuertemente antes de que él se volcara y se inclinara sobre ella y la perforara profundamente. —Ah... Jefe… —No es suficiente... Todavía no estoy satisfecho... Oh... Oh... ¿Por qué tus agujeros son tan apretados? Oh… No era el único que pensaba que no era suficiente, porque ella también quería continuar con su temblor. —Keller, Jefe... Ah... Jefe... No dejes de penetrarme. Ah… Y entonces esa noche, ella y el jefe cambiaron para atacarse mutuamente durante toda la noche, hasta que el agotamiento se agotara.
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