Capítulo 5

2579 Words
Dos años después… Alessia Me muevo por las calles de Londres con una familiaridad que no creí jamás encontrar en otro lugar que no fuera el que por tantos años conocí, mi ciudad, mi hogar. Pero como son las cosas de la vida, ahora estoy disfrutando de un nuevo lugar, el que sin duda alguna llamare hogar con el tiempo, ya que mi estadía aquí es indefinida y espero, que eterna. No tengo pensado regresar a mi ciudad, a mi país, de hecho, el haber aceptado esta oferta laboral fue lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, llego en el momento preciso, cuando más lo necesitaba. Y pensar, que estuve a punto de decir que no porque no quería dejar mi casa, mi familia y por supuesto, al idiota de mi ex esposo. Estuve a punto de cometer el peor error de mi vida. Agradezco que al menos Alexander me hubiera pedido el divorcio antes de rechazar esta oferta, ya que de lo contrario, dudo que alguna vez se me hubiese presentado algo así. Mi familia no estuvo muy de acuerdo en que la aceptara, me dijeron que no tenía por qué salir corriendo o esconderme de Alexander, cosa que no es verdad. Aunque tienen razón, no tengo porque esconderme, ya que yo no hice nada malo, fue él quien mando todo a la mierda, pero de igual manera no podía seguir ahí, viendo como el avanzaba con su vida mientras la mía se hundía en la mierda. Ver que salía en todas las revistas de chismes y siempre con una mujer diferente en sus brazos era algo que me estaba destruyendo lentamente, así que, por saludad mental decidí abandonar mi país para venirme a trabajar a Londres, a comenzar este nuevo capitulo en mi vida y no terminar destruida por culpa de alguien que no tuvo la más mínima decencia de ser respetuoso conmigo, al menos algún tipo de respeto por el tiempo que estuvimos juntos, por la historia que había detrás. ¿Pero que puedo esperar o pedir del hombre que se deshizo de mi como si fuera un simple cuadro? Nada, absolutamente nada, porque el hombre que vi las ultimas semanas antes de mi partida simplemente es un desconocido, un idiota que me decepciono de la peor manera posible y que jamás, pensé que sucedería. Pero que curiosa es la vida, las palabras y las promesas de las personas, que cambian de la noche a la mañana solo por que se vieron tentados con las cosas mundanas que con un poco de dinero y poder, les puede ofrecer, que los cambia de maneras irreconocibles y los hace tomar decisiones de las cuales, tarde o temprano, se arrepentirán. Niego divertida y sonrió con tristeza, porque espere cambios de muchas personas, menos del hombre que me dijo amar por la eternidad. Que fácil es olvidarse de las promesas cuando nos volvemos ciegos por que tenemos lo que siempre soñamos y creemos, que lo que teníamos, no valía nada, cuando es todo lo contrario. El venir a Londres, supuso en mí, un reto muy grande, ya que no puedo decir que ha sido fácil, porque no es así, no conozco a nadie, ningún familiar por acá, nadie en quien apoyarme si me siento mal, o alguien a quien le pueda contar como fue mi día o lo bien que me ha ido en el trabajo, si converso con Tatiana a diario e incluso con mis padres, pero no es lo mismo, jamás será lo mismo y si bien, las primeras semanas me tomo bastante tiempo poder adaptarme al país, al clima, el acento, la comida y un sinfín de otras cosas, creo que he ido poco a poco acostumbrándome a vivir aquí. Ya me he acostumbrado a la comida y debo decir que los Afternoon Tea son mi cosa preferida del día, los disfruto de una manera casi que adolescente. El clima se me hizo un poco más difícil, ya que vengo de una ciudad bastante cálida, con más días soleados que fríos, pero creo que con el tiempo que llevo aquí, he aprendido a amar las botas, los abrigos, bufandas y esas cosas, todos los días busco un atuendo que a Miranda Presley le encantaría y aprobaría, me he convertido en toda una fashonista. Si, Tatiana estaría orgullosa de mi por la elección de atuendos que tengo a diario. El acento de los ingleses es algo que me fascina, porque tienen una manera de hablar que me envuelve y debo decir, que hasta loca me han vuelto algunos hombres solo por la manera en que hablan. Y en cuanto a “amigos”, tengo varios conocidos, principalmente del trabajo que me acogieron de lo más amables, compañeros con lo que salgo regularmente para distraerme y pasarlo bien, no puedo decir que son amigos, porque no nos sentamos y hablamos de nuestras vidas, pero si son personas amables con las que salgo de vez en cuando y lo paso bien. Y en el lado amoroso o sentimental, me encantaría decir que he estado con alguien más, pero no, lo he intentado y aunque he avanzado hasta el nivel que toqueteos intensos, no he podido seguir mas allá, me detengo antes de terminar en la cama con algún hombre. Lo sé, soy una tonta pero simplemente no puedo seguir. Cada vez que me he retractado de no avanzar más, termino llorando desesperada en mi habitación por lo estúpida que soy. Porque sí, sigo amando al infeliz y mientras yo intento olvidarlo, seguir adelante, no puedo y duele, porque se que él ya me olvido. Desde que abandone el país, el mismo día en que firme el divorcio, decidí olvidarlo junto con toda la historia que vivimos, pero me ha sido tan malditamente difícil, que duele y lo odio a la misma vez, porque se, que Alexander ya se debe de haber acostado con toda la población femenina de San Francisco. Eso era lo que él quería, el maldito deseaba deshacerse de mi para vivir una vida loca, esa alocada vida que no tuvo por estar conmigo cuando debería de haberse convertido en un casanova, un mujeriego en toda la extensión de la palabra. ¿Por qué casarse si era esa la vida que quería? No lo entiendo, sé que éramos jóvenes, pero porque no él pensar más en su proposición, el sabia que yo le diría que sí, sin dudarlo. Me encantaría culparlo de todo lo que ha pasado, decir que por su culpa estoy así, terminamos de esta manera pero no, yo también soy culpable de todo esto, porque ciegamente creí en él y no debería de haberlo hecho. Pero que iba saber que este seria nuestro desenlace, que así terminaría la que creía era nuestra historia de amor. Al menos espero que no me haya sido infiel y que si estuvo con una mujer fuera cuando ya estábamos oficialmente divorciados y no antes, porque de no ser así, creo que me dolería todavía más. ¿Qué será de él? ¿Tendrá algún recuerdo mío? ¿Ya se habrá olvidado de mí? No se ni siquiera porque pienso en él, quizás porque hoy, justamente en un día como hoy hace dos años y a esta misma hora, siendo las 12:53 de la tarde estaba firmando mi divorcio y separándome del amor de mi vida. No ocultare el sol con un dedo, amo a Alexander de una manera tan intensa, que dudo que alguna vez en la vida me vuelva a enamorar así. No cierro las puertas de mi corazón a nadie pero tampoco estoy buscando una relación, primero debo sanar, aprender a vivir sola con mi corazón herido, a perdonar lo que me hizo, a perdonarlo y no, no estoy todavía preparada para aquello y dudo que lo este en el corto plazo. Por eso ni siquiera intento avanzar con alguien más, ya que, según me dijo mi psicóloga, debo ir avanzando a mi ritmo, no al tiempo que yo considero correcto o el resto de las personas, ya que todos sanamos de manera diferente y el que me tome mas o menos tiempo que otra persona, no significa nada, solo, que me estoy tomando los procesos de la manera que a mi me parece mas perfecto. Tuve que tomar terapia, ya que los primeros meses luego de mi divorcio estaban siendo devastadores para mí, la ansiedad, las crisis de pánico, estaban a la orden del día y yo jamás fui una mujer que sufriera esa clase de situaciones, siempre fui alegre, de buenas vibras, que entregaba energías positivas por doquier, la cual, de la noche a la mañana pase a ser un ser frio, carente de emociones, sin ganas de nada, pensando demasiado en que había hecho de malo para merecer todo esto. Asumo mis errores, porque también los tengo en todo este desenlace, pero no, no merecía el trato que Alexander me dio, merecía mucho mas de lo que me entrego. Y ya no busco una justificación a nuestro divorcio porque no me interesa, al contrario, hoy agradezco que lo hiciera, de lo contrario, hubiéramos terminado mucho peor. Se que todavía me queda por avanzar, por cambiar, heridas por curar y aunque me tomen toda una vida, seguiré intentando sanar para ser una mejor mujer de lo que soy ahora. - Hola – saludo apenas veo quien es que me esta llamando. - Siento que te has olvidado de mí, mala mujer – dice Tatiana al teléfono haciendo que sonreía por sus palabras. - Jamás podría olvidarme de una de las personas mas importantes de mi vida ¿Cómo estás? – le pregunto tomando asiento en uno de los banco al costado del rio Támesis y que me permiten ver a lo lejos, lo majestuoso que se ve el Big Ben. - Bien pero extrañándote, todos lo hacemos – dice con una voz suave, lo que me hace sonreír pero mas que nada, con tristeza. - Tatiana…- comienzo en un suave susurro pero ella me interrumpe. - No sé porque no vienes, no nos visitas desde que te fuiste, sabes que nosotros no tenemos la culpa de lo sucedido – me reclama y se que tiene razón, pero no puedo, es imposible para mi pensar en volver y saber que existe la posibilidad de toparme con él, no creo poder con el doler de ver como Alexander ha avanzado y yo sigo estancada en el recuerdo y el profundo amor que se niega a morir por él. - Tatiana, no puedo, yo…- me interrumpe una vez más. - Se que tienes miedo de encontrarte con él, pero casi que imposible que eso suceda – suelta y mi corazón se aprieta por que no quiero saber de él, pero a su vez, me muero por saber que ha sido de su vida. Soy una maldita masoquista. - No quiero hablar de él – le digo y ella suelta un suspiro, se que esta cansada porque siempre es el mismo discurso. Mis amigos y familia no tienen la culpa de lo sucedido, pero no puedo pensar o imaginar en pisar otra vez San Francisco y saber, que aunque no lo vea, estaré en la misma ciudad que él. - Alexander se alejo de todo el mundo, hace dos años que nadie lo ve, al menos nosotros y se que se fue de la ciudad hace unos meses, ni siquiera sus padres hablan con él – suelta y mi corazón se aprieta ante aquella información, no el que se haya ido de la ciudad, sino, que ni siquiera habla con sus padres. Que lamentable saber que cambio pero para mal. - No quiero hablar de él, sabes que todavía es un tema doloroso para mi – suelto cansada de tocar el mismo tema. - Ya deberías de olvidarlo – me dice Tatiana. - No es tan fácil – le hago saber masajeando mi cabeza frustrada, nadie me entiende aunque digan que sí. - Si lo es – dice ella llevándome la contraria, algo que me esta cabreando. - No tienes idea de lo que hablas – respondo molesta y entre dientes. - Alessia, Alexander te olvido y tu deberías hacer lo mismo de una vez por todas, no te sigas aferrando al pasado – suelta y aquellas palabras me hieren tanto que exploto y junto con ello, mi llanto que tanto estaba reteniendo. - Pues, ¡YO NO! Aunque Alexander haya sido un maldito bastardo conmigo, yo sigo amándolo, sufriendo por todo lo que paso con nosotros, añorando los momentos vividos junto a él. ¡ÉL ES EL AMOR DE MI VIDA! …- grito y me ahogo por unos segundos en mi propio llanto -… ¿Tanto les cuesta comprender que no todos sanamos o avanzamos de la misma manera? ...- digo con la voz cada vez más quebrada. - Aless…- va a decir algo pero la interrumpo. - Lo sé, ¡Maldita sea! Sé que nuestra historia está en el pasado, que ya no hay nada entre nosotros, que ya todo murió entre los dos, que ya debería de olvidarlo y seguir adelante con mi vida, pero es bastante difícil cuando entregaste tu corazón, tus sueños, tus metas al hombre con el que creías que pasarías toda la vida juntos y no, no insistas más por favor, sé que esto no es culpa de ninguno de ustedes pero…- digo limpiando mis mejillas para luego cubrir mi boca con mi mano libre por el sollozo que se me escapa -… porque no regresare al país hasta que me sienta lo suficientemente fuerte para enfrentarlo si lo llego a ver, hasta que sienta que ya no hay más dolor, que he avanzado, que estoy medianamente curada del amor que le sentía y de su traición – le digo y sigo llorando, descargando todo lo que llevo en el pecho, en el corazón y en el alma. Para todos es difícil de decir que lo olvide, que avance, pero nadie a sido capaz de ponerse en mis pasos e imaginar, siquiera por un maldito segundo, todo lo que esto me ha provocado, lo que me ha dolido y destruido. No pido que me compadezcan o que me tengan algún tipo de lastima, solo espero, que respeten mis tiempos y mis decisiones aunque no les gusten y que me dejen sanar, a mi manera y a mi ritmo. - Lo siento, no debería de haber dicho nada, yo…- la corto. - No te preocupes, lo haces porque me quieres y por eso mismo, te voy a pedir, que no me hables mas de él, no me menciones siquiera algo que me lo recuerde y por favor, no insistas con el tema. Se que llegara el día en que piense en mi pasado y en el sin rencor o dolor alguno, pero hasta que eso no suceda, debo aprender a sanar de la mejor manera en que pueda sin sentirme presionada por nadie – comento y escucho un suspiro de su parte. - Lo siento y si, tienes razón – suelta mas calmada, casi que en un susurro tierno. - Estamos al habla, que ahora debo volver al trabajo – me despido de ella, escucho como ella se despide y rápidamente, corto la llamada. Se que no será fácil pero llegara el momento en que recuerde nuestra historia con cariño por los buenos momentos pero por ahora, prefiero olvidarme de que existió y que fue parte de mi vida.
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