Era un sábado caluroso y Carol salió a la terraza a broncearse. Suele hacerlo, y siempre desnuda. Fui a la sala, miré por la ventana y la observé atentamente. Se veía estupenda allí tumbada, con el sudor perlándose en su cuerpo desnudo. ¡Hacía mucho tiempo que no hacíamos algo fuera de lo común y yo estaba lista para hacer que algo sucediera! Llamé a mi amigo Chad, que era el reparador de aire acondicionado que la vio desnuda otra vez hace unas semanas. Le pregunté si quería ver otra vez a mi esposa y le conté lo que estaba haciendo. Estaba totalmente de acuerdo, así que le dije que se diera prisa. ¡Hizo el viaje en tiempo récord! Carol se había quedado dormida ahí fuera. Le dije que tomara una cerveza y me siguiera. Salimos a la terraza. Nos sentamos en las dos sillas a unos metros d

