Me levanté y fui al baño. Cuando regresé, Carol seguía a gatas con el trasero en alto. Se sostenía la almohada sobre la cabeza. Steve estaba detrás de ella con la cámara, y en cuanto sonó el clic y el flash, ¡se echó a llorar!
Me acerqué y la abracé, asegurándole que todo estaba bien. Me abrazó fuerte y pronto se sintió tranquila de nuevo, sabiendo que la amaba más que nunca. Dormimos todos juntos esa noche y me desperté con Carol chupándome la polla y acariciando la de Steve.
No pasó mucho más allá, así que nos duchamos y nos vestimos para el viaje a casa. ¡Llevaba una falda corta sin bragas y una blusa abotonada sin sostén! ¡Nos hizo usar shorts de gimnasio sin bóxers!
Apenas habíamos empezado la carretera, ¡y ella ya nos había puesto la mano en los muslos! ¡Nos sacó las pollas por la
