La Oferta

2507 Words
Con forme pasaban los meses todo fue para peor, mi padre ya se había hundido completamente en el alcohol, me daba a veces algo de dinero para el mes y el resto él se quedaba para ir a tomar con sus amigos, había días que no llegaba he incluso semanas enteras que no aparecía, con un padre ausente y una madre muerta pues para mí no era nada fácil afrontar mis 12 años. A tal punto que sentía que el tiempo pasaba volando y en un abrir y cerrar de ojos ya tenía 13, en ese tiempo ya fui conociendo más gente, conforme me fui desarrollando físicamente los hombres se iban atrayendo a mí, era flaquita pequeña, piel morena y de ojos verdes, los niños de mi edad querían estar conmigo y las niñas me envidiaban porque todos se juntaban a mí. Cuando cumplí 14 más de lo mismo, los chicos me buscaban, pero estaba vez no solo los de mi edad, sino también un año o dos superiores, todo era tan raro por que hacían todo lo que yo quisiera, me daban lo que yo quería y siempre estaban proponiéndome ir a sus casas o ir a beber, bueno en ese tiempo todavía decía que no y seguía siendo buena en los estudios. Hasta que un día todo fue diferente se me acerco un señor con traje y bien vestido, —hola niña, que haces caminando por aquí tan sola, déjame acompañarte a tu casa, — no, gracias, le respondí, — mira solo déjame acompañarte para que llegues segura, me parare a un metro de ti y no hare nada más que ir a tu lado, lo quede viendo y le dije que con tal que así me dejes de molestar bueno, el asintió con la cabeza y se puso a mi lado con la manos en los bolsillos y me acompaño un par de cuadras hasta que llegue a mi casa, — gracias por acompañarme, exclame, el señor sonrío — no hay de que, ojala un día nos volvamos a ver , contesto, yo solo gire los ojos y me entre al departamento. Pasaron un par de días, yo veía al señor recorrer la misma ruta todas las tardes, siempre vistiendo un traje diferente y con una cara sonriente, pero estas veces yo ya no iba sola por ende no se me acercaba, solo con un pequeño gesto hacia como si me saludara a la distancia, yo en ese momento giraba la cabeza y me sonrojaba, no sabía por qué me sonrojaba, que me estaba pasando, acaso me estaba comenzando a gustar ese señor… Cuando cumplí 15 ya prácticamente vivía sola, mi padre solo venia los lunes por algo de ropa dejaba en un sobre algo de dinero para la semana y no lo veía muy poco, solo cuando estaba tirado borracho cerca de los basureros, mi familia, la visitaba, pero siempre me criticaban y me hacían de menos, la verdad ya no me gustaba ir donde ellos, así que comencé a salir más, al inicio era con unas amigas a hacer deporte, luego se nos unieron un par de chicos y jugábamos futbol o básquet, era divertido. Una tarde cuando fui a hacer deporte saliendo del colegio un amigo propuso que después de hacer ejercicio fuéramos por unas cervezas, no me agradaba la idea pero me daba curiosidad a que sabia la cerveza, así que todos aceptamos, eran como las 5 de la tarde y todos vivíamos que no importaba mucho, — ya vuelvo, dijo mi amigo Luis el que propuso tomar las cervezas, al rato volvió con dos botellas grandes, — aquí tengo las cervezas vamos a la casa de alguien o un lugar donde no nos puedan ver, — vamos a mi casa, exclame como para sentirme más segura tomando eso, pero antes tenía que llamar a mi padre para saber si estaba ahí, le llame tres veces no contesto, así que llame a un amigo de el —halo, contesto — buenas tardes, como esta, habla con la hija de Carlos, — hola como estas, me respondió — llamaba para saber si sabía dónde estaba mi padre, en eso me paso el teléfono a él, — ¡QUE QUIERES!,¡ya te deje plata para la semana!, exclamo — nada quería saber si vas a venir o no, le respondí — no, no voy a ir hoy, he de ir el domingo, corte la llamada en ese momento. —chicos vamos a mi casa, mi padre no va a estar y podemos tomar esas cervezas tranquilamente, — vamos entonces — exclamaron todos al mismo tiempo, mi amigo Luis iba llevando una cerveza, mi mejor amiga María José iba llevando la otra, mi otro amigo Sebastián llevaba el balón de futbol y yo iba a tomada de la mano de mi amiga Micaela. Pararon unos 10 minutos y ya estábamos en mi casa, como todos vivíamos por ahí, no les importaba la hora que se quedaran, cuando entramos a mi casa todo estaba desarreglado así que pedí perdón por el desorden y agache la cabeza, mis amigos solo se rieron y en eso Sebastián comento —seguramente mi casa está más desordenada que esta, todos se rieron mientras que Luis me pregunto —¿Dónde están los vasos?, — en el estante de ahí arriba, señalándole un estante a lado de la pared. —¿Dónde? Volvió a preguntar, así que fui a enseñarle donde, se me acerco a mi mientras estaba de espaldas y disimulada mente tomos lo vasos de más atrás, mientras que con su cuerpo tocaba con el mío, yo le empujé y le dije — primero un café no crees, el solo se rio y dijo — con estas cervezas para que café, me puse algo roja y me sentí rara, puesto que me sentía por primera vez excitada, en ese momento no sabía que era excitación. Yo me quede fría la sentir esa sensación, puesto que no sabía que era, hasta que mi amiga María José dijo — ¿estas bien?, te veo pálida, asentí la cabeza haciendo un gesto de si, ella me quedo viendo — entonces ven a sentarte, para tomar un tomar un rato, exclamo con una sonrisa de oreja a oreja, como buena niña le hice caso, así que me senté, tome mi vaso con cerveza y me lo tome, sabia feo, tenía un sabor acido y como a levadura, mis amigos dijeron que después de un rato sabe mejor, pero la verdad para mi sabia feo. Mientras tomábamos estábamos jugando verdad o desafío y oyendo un poco de música, al inicio los desafíos era decir quién te gusta o decir un secreto de ti, cuando llegamos a la última cerveza, los desafíos se pusieron más picantes, me desafiaron a besarme con una amiga a mostrar una teta y quedarme en ropa interior y la verdad creo que tuve suerte porque mis amigas quedaron completamente desnudas y mis amigos estaban masturbándose mientras que jugábamos, la verdad todo se salió de control, no podía creo que con un par de cervezas pasaríamos a tanto y creo que hubiera sido peor, si no fuera por los papas de mis amigos ya les estaban llamando puesto que era las 8 de la noche y por donde vivíamos pues no es el lugar más seguro de Quito. Cuando se fueron me quede en ropa interior limpiando y arreglando toda la casa, puesto que si venia mi padre y veía todo así podría tener problemas, cuando ya estaba acabando de limpiar tocaron la puerta, fui abrir, cuando la abrí era el señor que me acompaño esa vez a la casa, el mismo que me saludaba siempre, el me quedo viendo fijamente en ese momento recordé que estaba en ropa interior, cerré bruscamente la puerta y corrí a mi cuarto, me puse un saco y un pantalón de calentador de una manera rápida, cuando volví a abrir la puerto, me sonríe y me dice —hola, pasaba por aquí y quería saludar, pero creo que tienes una noche ocupada, creo que mejor vuelvo en otro momento, yo todo paniqueada dije —quédate estoy sola no pasa nada, pasa —segura no quiero incomodarte, aparte es muy noche y creo que sería mejor hablemos en el día, respondiendo con una voz tímida, —segura dije yo. Cuando entro se presentó — como esta, mucho gusto, soy José o muchos me llaman Pepe, mientras me estira la mano, le respondí —mucho gusto, soy Sara. Pero haciendo un gesto de no tener confianza como para estrecharle la mano, —que hace aquí pregunte, —estoy aquí por ti, —¿por mí?, respondí, —si quiero ofrecerte un trabajo en mi club nocturno, me quede fría al oír esas palabras de él, —soy menor de edad y creo que tendría problemas con ello, exclame, —la verdad no sabia tu edad, pero la edad no habría ningún problema solo tendrías que ayudar pasando los tragos a la gente, me quede pensando en eso, —la verdad me vendría bien un trabajo la plata que me da papa es insuficiente, pero creo que no tendría tiempo entre la escuela, la casa. El me puso una cara como de decepción —solo piénsalo, aquí te dejo la cifra que ganarías, mas propina, dejo un cheque de $450 dólares americanos, mientras yo vi el cheque, el abrió la puerta y se fue diciendo —ten una linda noche, yo solo regrese a ver y sonreí, la verdad era me quede viendo por la cifra del cheque, puesto que era la primera vez que veía una cifra así, ya que mi padre máximo me daba unos 40 semanales y con eso tenía que comprar para toda la semana y la mayoría de veces no alcanzaba y todo, había días que solo tenia que almorzar, por eso me parecía muy buena idea, pero tenia miedo puesto que era un club nocturno. Cuando se fue me quede pensando mucho en la idea de trabajar y mientras pensaba en ello se me hacían muchas preguntas, muchas incógnitas, muchos problemas con pocas soluciones, por ejemplo, ¿qué pasaría si se enteran las autoridades?, ¿qué pasaría si mi padre se entera?, ¿Cómo haría para distribuir mi tiempo?, ¿Qué pensarían de mi en el colegio?, tenia muchas cuestiones, que no me dejaban dormir toda la noche, pero debía intentarlo puesto que tenia clases, aparte tenia pruebas, estaba a próximo a acabar otro año colegial y creo que en vacaciones seria buena oportunidad para trabajar, pero será que José estaría dispuesto a esperar todo ese tiempo. Eran las 4 de la mañana y no había dormido nada, no paraba de ver ese cheque y de pensar en el montón de incógnitas que tenia en mi mente. Me quede viendo el techo y como entraba la luz por el hueco del techo, de un momento para otro ya era hora de irme al colegio, estaba cansada, así que me bañe en agua fría y me tome una taza de café n***o sin azúcar lo cual me ayudo mucho a aguantar el día, me ayudo a dar la prueba que tenia a primera hora y bueno de ahí pude dormir tranquilamente en las ultimas horas, total los profesores nunca nos dicen nada. Ya al salir del colegio, decidí no ir a hacer deporte e ir a buscar a José a proponerle que trabajaría con el después de acabar el año lectivo lo cual seria en un par de días, así que fui sola por la ruta en la cual es siempre suele ir caminando con el fin de tomarme con el decirle mi contra oferta y ver si le interesaba, estaba tan nerviosa por que era la primera vez que iba negociar algo. Ya había pasado un rato y no encontraba a José, la verdad me preocupaba que no fuera ha aparecer y que seguramente alguien mas ha aceptado la oferta del, cuando de los lejos lo veo, sentado en la entrada de mi casa, hablando con mi padre, en ese momento quería correr no me quería seguir avanzando, así que disimuladamente me di la vuelta, pero en eso oí —¡SARA VEN ACA EN ESTE INSTANTE!, era la voz de mi padre, se dieron cuenta que estaba ahí, me di la vuelta toda sonrojada, en mi mente pasaban todos los miedos que esa noche había pensado, me imaginaba todo lo que me iba a decir mi papa, me imaginaba todos sus regaños, tenia miedo de seguirme acercando, no sabía que hacer… Cuando llegue salude con todos —Buenas tardes papi, Buenas tardes señor, mi padre me quedo viendo y me dijo —Sara me puedes decir que es esto, mostrándome el cheque había olvidado en la sala, yo toda sonrojada y temerosa conteste, — un cheque de trabajo, — se que es un cheque de trabajo que te dio José, lo que quiero saber es por que le dijiste que no, yo pálida con la respuesta de mi padre, trate de contestar —no es que, no yo, no es que — es que nada hija, es una oferta de empleo con una buena paja, aparte hable con él, te paga el taxi de vuelta a casa todos los días y se va a asegurar personalmente que no te pase nada, yo solo regrese a ver a José y con una cara de desorientada pregunte —¿es verdad eso?, — si es verdad y no solo eso, le comente a tu papa que como estas estudiando, es mejor que inicies en tus vacaciones y todos los fines de semana, aparte que cuando necesites tiempo para tus estudios tómatelos solo avísame, yo me quede fría con esa respuesta de José, no sabia que rayos decir o hacer, solo sentía como si me faltara el aire y todo se hiciera borroso, —oye ¿estas bien?, pregunto José, yo no podía contestar, solo me desplome. Al despertar era de noche y estaba en mi cama, que me paso comencé a preguntarme, en eso entro mi padre, —cuidado, no te muevas brusco, te vaya a dar algo, yo le quede viendo y le pregunte — ¿Qué me paso?, mi padre me quedo viendo y me contesto — te desmayaste en la calle, nos diste un enorme sus a mi y a José. —perdón, respondí muy temerosa, —tranquila seguramente no te esperabas eso y te tome por sorpresa, se sentó a lado mío y me dijo —perdón por ponerte en esta situación se que no es fácil nada de lo que esta pasando, pero quiero que entiendas que es por tu bien. Solo lo quedé viendo y no dije nada. Al rato se levantó y se fue, pero mientras se iba me dijo — hay comida recién hecha, anda come, nos vemos el domingo, solo vine por ropa, cuídate mucho y cualquier cosa me llamas, — está bien, cuídate mucho por favor, grité desde mi cuarto.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD