Capítulo 2

950 Words
— Hija, tu padre y yo tenemos que contarte algo... — Dijo mi madre con un tono de voz decaído secándose las manos con un trapo después de haber fregado dirigiéndose hacia mí. — ¿Qué? ¿Qué pasa? — Pregunté algo preocupada mientras pinchaba un trozo de broccoli algo asqueada con el tenedor. — Tu bisabuela, ya sabes... Pues se ha puesto muy mal en estos últimos días y está ahora mismo en el hospital, así que tus tíos nos han llamado para que vayamos hacia Seattle a verla, está allí ingresada. Así que bueno... Tu padre y yo hemos accedido a ir y estaremos una o dos semanas aproximadamente fuera. — ¡¿Cómo?! Pero... No podéis dejarme sola dos semanas enteras, ¡No podría sobrevivir! — Gruñí exagerando mientras dejaba caer el tenedor en el plato. Sí, es cierto que sé apañármelas yo solita. Sé cocinar, limpiar, preparar las camas etc. pero tanto tiempo no podré aguantar sola, ¡ni de coña! Me moriría del aburrimiento. Aunque... Podría estar bien tener tiempo para mi sola, traer a mi mejor amiga Katheline y desmadrarnos, pero aún así no podría, siempre he sido una persona muy dependiente y no estoy preparada para quedarme sola dos semanas, entraré en depresión con tanta soledad. — Lo sabemos hija, pero no puedes venir, acabas de empezar el curso y tienes que seguir con tus estudios, al igual que tu hermano — Hice una mueca triste. — Mira, vamos a dejarte a cargo de un amigo de tu hermano, que se ha ofrecido a quedarse contigo. Debo de admitir que me lo he tenido que pensar ya que bueno, es un chico un tanto desinteresado, pero no tenemos otra. No me gustaría dejarte sola, sé que eres una niña muy formal pero no me gustaría que montaras fiestas ni que trajeras chicos ni nada por el estilo a casa así que, para asegurarme, decidí que Harvey se ocupase de ti, no creo que sea muy acertado porque John me ha dicho que es algo frío y distante, pero es de confianza, si es amigo de John seguro que hace su trabajo muy bien. Necesita el dinero y pues así todos ganamos. Tú te quedas a su cargo, nosotros nos quedamos tranquilos y él se gana su dinero por cuidar de ti. Sí, admito que le hemos tenido que sobornar un poco para que accediera, pero nos ha prometido que estará pendiente de que todo esté en orden. — ¡¿Amigo de John?! ¿Por qué querría un amigo de John cuidarme? No conozco a ningún amigo de John. ¡Si vive en Londres! ¿Cómo voy a fiarme de él? — Bufé algo molesta, no quería quedarme sola con un desconocido que me doblaba la edad. Espera, no sé ni su edad. — Necesita el dinero y hemos llegado a un acuerdo con él, por favor, pórtate bien con él, no es un chico muy abierto que digamos, pero hará bien su trabajo, confiamos en él. Al fin y al cabo lo que necesitas es un niñero, no un amigo — Me informó y sonrió de lado. — ¡Genial! Para eso prefiero quedarme sola. ¿Cuántos años tiene? — Dije haciéndome un mohín en la silla cruzada de brazos. Sí, sé que a veces tengo comportamientos muy infantiles, pero es que la idea de quedarme sola con un desconocido me aterraba. — Tiene 21. Con él a tu cargo estaremos más seguros de que estarás bien. Sabemos que te cuidará bien, ya verás, le conviene cuidarte bien. Confía en mí — Dijo con una pequeña risita mientras ponía una mano en mi hombro. — Genial... ¿Cuándo os iréis? — Bueno, son solo 5 años, así que descarto la idea del viejo pedófilo, a lo mejor hasta llegamos a ser buenos amigos... No, eso es ridículo. Si mi madre se fía de él para cuidarme, me hace pensar que va a ser un chico que va a cumplir con su propósito, pero que a la vez va a ser muy gilipollas y frío, como ella ha dicho, así que esa idea descartada. Me da la impresión de que en estas dos semanas, como mucho, vamos a intercambiarnos dos frases. Se avecinan las peores dos semanas de mi vida, ¡genial! — Mañana por la mañana, así que él vendrá a por ti en su coche cuando salgas del instituto. Y por favor, no seas grosera con él, sé educada, por favor — Dijo haciéndome pucheros. — Sí claro, sabes que yo nunca sería ruda con nadie mamá, a no ser que me den motivos — Dije con una media sonrisa, en realidad no quiero defraudarla. — Lo sé cariño, estoy muy orgullosa de ti — Me recordó dándome un suave beso en la mejilla — Ahora haz tus deberes, que papá y yo vamos a preparar las cosas para irnos mañana. — Espero que se recupere... de verdad — Dije agarrándole la mano a mi madre con cariño, no me gusta verla decaída.. Me apena que la bisabuela Antonella esté mal. Aunque no he tenido mucho trato con ella, es de la familia y me pone mal ver a mi familia en este estado. Recuerdo cuando me contaba sus historias de cuando era pequeña, es tan tierna y atenta... Ojalá todo salga bien y mis padres vuelvan antes de que estas temibles dos semanas acaben. — Seguro que lo hará, tenemos esperanzas. — Contestó mi madre desapareciendo de mi vista. Y seguido de eso y de al fin terminar de comer, procedí a subir escaleras arriba hacia mi habitación. No pude dejar de darle vueltas al tema durante todo el día...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD