bc

Sobre neumáticos... ¿Y amor?

book_age18+
4
FOLLOW
1K
READ
independent
brave
confident
inspirational
bxg
humorous
kicking
enimies to lovers
feminism
friendship
like
intro-logo
Blurb

Conseguiste lo que querías, pero no es suficiente, quieres más, naciste para más, eres más, y por eso vas por todo, siempre, pero, resulta que no eres la única que piensa eso, tu compañero de equipo piensa lo mismo, por eso se repelen cada vez que están en el mismo sitio.

Sage Bencze tiene claro su camino a seguir, Cassian Pearce también, y lastimosamente, o afortunadamente van a estar obligados a llevarse mejor de la peor forma; viviendo juntos, sí, durante el resto de la temporada.

ADVERTENCIA.

Este libro contiene nombres de marcas conocidas, pero no se trata de publicidad alguna, solamente es FICCIÓN y no estoy imponiendo que como las escribo pasan las cosas en la verdadera Formula 1 y su entorno, de hecho, para escribirlo he estado investigando por mi cuenta, no soy una experta, pero tuve una idea y los personajes cobraron vida, ahora siento que debo darle un lugar a su historia.

chap-preview
Free preview
CAPÍTULO 1.
ADVERTENCIAS. Este libro contiene nombres de marcas conocidas, pero no se trata de publicidad alguna, solamente es FICCIÓN y no estoy imponiendo que como las escribo pasan las cosas en la verdadera Formula 1 y su entorno, de hecho, para escribirlo he estado investigando por mi cuenta, no soy una experta, pero tuve una idea y los personajes cobraron vida, ahora siento que debo darle un lugar a su historia. En la formula 1 no hay mujeres y mucho menos compiten a la par con hombres, pero aquí sí, y he decidido simplificar un poco las cosas, así que si hay alguien que si sabe sobre esto lo siento, esto es ficción y esto solo pasa en mi libro. Vocabulario: Monoplaza: Un monoplaza es un vehículo que dispone de una única plaza. The box: Los pit (o boxes) normalmente se sitúan en un tramo de pista paralelo a la pista de carreras, cerca de la línea de salida. Allí se disponen un número de talleres mecánicos -normalmente, uno para cada equipo en competición- en los que se realizan las operaciones técnicas requeridas durante el curso normal de la carrera. Siempre hubo algo. SAGE. Desde pequeños en la escuela nos preguntan qué queremos ser cuando crezcamos, en la primaria es lo mismo, y en la secundaria también, sin embargo, el 80 por ciento de los humanos no dan la misma respuesta, cambian de astronautas a médicos, de médicos a arquitectos, de arquitectos a diseñadores gráficos... Yo pertenecí al otro 20 por ciento que supo desde que nació a lo que quería dedicarse, quien quería ser en la vida; lo mismo que mi papá, piloto de carreras en la Fórmula 1. Mi papá, Vicente Bencze, fue sin duda alguna el ser más bondadoso, bueno, amable, gentil, desinteresado, humilde... Un filántropo generoso que pude tener el placer de conocer, mi papá... quien murió haciendo lo que más amaba; conducir. El chirrido de las ruedas friccionando contra el asfalto de la pista lo escucho ligeramente pese a estar causándolo. Es gloriosa la vista desde dentro de un auto de carreras, y es gloriosa mi monoplaza. Esta es mi realidad, mi verdad, mi mundo, mi rápido, placentero y único mundo. Freno frente la box y de inmediato mi equipo se apresura hacia el auto mientras yo salgo quitándome el casco para respirar hondo varias veces. Dentro de tres semanas vamos a tener el primer Gran premio de la temporada, que este año consta de 21 carreras. —Tiempo requerido, campeona, puedes ir a casa —me indica Sandoval. Él es mi entrenador, es hijo de uno de los amigos de mi padre y me hizo entrar al equipo, puede parecer fácil de engañar, tiene la actitud de un niño frente a los del equipo, pero cuando se trata de personas importantes que puedan servirnos es el más profesional de todos junto al director del equipo. —Creí que podría practicar un poco más... —No puedes —acaba con mi buen humor—, ya viene Cassian —avisa bajando la voz y respiro hondo viendo cómo se esmera escribiendo lo que le dicen los mecánicos que revisan el automóvil. Entro al taller mecánico yendo al baño de espacio razonable para vestirme con lo usual; jeans, camiseta holgada y zapatos cómodos, me hago una coleta alta en el cabello y salgo a coger mi maleta de las sillas de cuero pegadas a la pared derecha. —¡Lindo resto del día chicos! —Alzo la mano y me sonríen amables—, recuerden aflojar una llanta —se ríen, como si hubiera sido una broma. —Sí, yo también te quiero, Sage —la voz oscura advirtiendo de la presencia del ser más odioso del planeta detrás de mí me quita cualquier atisbo de buen humor—. Ahora quítate del camino. —¿Escuché algo? —me hago la desentendida mirando a los lados—, seguro es un molesto mosquito. —Ja, ja, ja, la comediante del año —suelta fastidiado—, lárgate de una buena vez. —Empezó a oler a podrido —les digo a los chicos junto al auto que nos miran con precaución—, mejor me voy porque no quiero que el olor se me pegue, ustedes deberían hacer lo mismo. —Volteo y los diez centímetros que me lleva me golpean el ego. Si fuera más alta podría mirarlo hacia abajo como él hace conmigo justo ahora. —Si quieres dejar de oler a podrido deberías bañarte —me dice ladeando una leve sonrisa. —Y otra vez ese molesto insecto —murmuro lo suficiente alto para que me escuche. Sus ojos plomos y los míos entran en batalla. —Apártate —me ordena poniéndose serio. —Apártate tú —adopto la misma posición segura. —Chicos por favor... —se queja Sandoval llegando a nuestro lado de inmediato—, hay como cinco metros de espacio para pasar, está literalmente vacío. —Pues que se aparte —continua el terco cabeza hueca. —Yo estaba aquí primero, tú te cruzaste en mi camino —aclaro. —Siempre voy por este camino, lo sabes, así que tú eres la que decidió estorbar. Ruedo los ojos. Es un idiota. —Sí claro, como estoy tan interesada por ver por donde pasas —ironizo. —Chicos... —No me hagas perder mi tiempo, largo —continúa. —Oblígame, porque aquí me voy a quedar —le aseguro con firmeza. Sonríe con superioridad, y por un segundo me pongo alerta. —No, no hagamos esto de nuevo... —¿Sabes lo fácil que es para mí moverte? —me pregunta. —Si me tocas te voy a enterrar la rodilla en la entrepierna y vas a desear no haberme conocido cuando te pise la cara mientras te retuerces de dolor. Ni siquiera puedo cruzarme de brazos porque está lo suficiente cerca. Quiere hablar, pero Sandoval nos toma del brazo moviéndonos a ambos, no lo veíamos venir así que nuestros cuerpos ceden. —Ya, ahora Sage se va a ir y tú cámbiate para entrenar —ordena el pelinegro. Miro mal a Cassian y él me da la misma mirada antes de que salga cerrando, afuera camino por los pasillos hasta encontrar la salida, busco mi auto entre el resto del estacionamiento y me monto dirigiéndome al gimnasio para mi última sesión de entrenamiento físico del día, en el camino bebo dos litros de agua. Me reciben y me cambio antes de comenzar, es algo imprescindible debido a que necesitamos que nuestros cuerpos cuenten con la resistencia necesaria para aguantar la fuerza que se genera por las monoplazas en carrera. Tenemos que trabajar específicamente el cuello, los brazos y hombros, el tren superior, y las piernas. Cuando la sesión acaba voy a un restaurante de carne a comer un gran trozo junto a papas y ensalada. Conozco a muchas personas, pero no tengo amigos, no he visto a mi familia en años y creo que ya estoy enamorada de mi soledad, salir de esta rutina solitaria va a ser muy difícil porque me gusta. La noche llega y veo una película acostada en mi sofá frente a la televisión. Todo lo que tengo me lo compré yo, así que estoy muy orgullosa de mis dos pisos, de vivir en una zona de gente adinerada, de mi Ashton Martine, de mi Ferravi y de mi Porsches. La luz de la noche se filtra por las varias paredes de cristal reforzado encendiéndome el sueño, y en menos de diez minutos me quedo dormida. La mañana siguiente vuelvo a la rutina, los días siguientes igual, hasta que me encuentro subiendo a un avión privado con Sandoval y García, quien es el director del equipo de carreras de Parissino, mi equipo. —Me pido el... —mi frase muere viendo a Cassian sentado junto a la ventana. —Hubieras venido antes que él —me dice Sandoval en voz baja y con tono de regaño al pasar por mi lado. —No sé si deban ser mejores amigos, pero está claro que tampoco deben llevarse como rivales a muerte —opina García también pasando por mi lado para sentarse frente a Sandoval. Cassian, con su perfecto peinado de cabello un poco largo hacia atrás mira hacia la ventana y he de aceptar que es alguien atractivo, nunca lo he negado, me gusta su pecho ancho, su cuerpo trabajado, su rostro, los pequeños detalles que lo definen físicamente, porque si, es algo que he notado, pero, su estúpida actitud de "Soy mejor que todos" me hace querer darle una cachetada para que reaccione, porque eso le quita todo el encanto. —Señorita, ¿podría tomar asiento? —me pregunta amable una azafata a mi lado. Reacciono mirándola y sonríe ampliamente. —O puedes seguir mirándome —añade Cassian. —Esperaba que el poder de mi mente te desapareciera, no funcionó. —Avanzo al asiento frente a él ya que los otros están ocupados por otras personas del equipo, supongo que el resto irán en otros aviones. Vuelve a mirar por la ventana y la azafata se lleva mi equipaje a una cabina en el fondo. —Disfruten las siguientes horas hasta Sao Paulo, chicos —habla alguien del equipo. Agradecemos y el vuelo empieza junto a las habladurías entre las quince personas que me acompañan. No hay nada que hacer o decir, no hay tema, solo hay silencio entre el cabeza hueca y yo, lo cual es algo más que me molesta, ya que en algún momento de algún día lejano, cuando lo vi, a mis 16 años, creí que podríamos ser amigos, pero no, la vida nos llevó a esto. Veo como me observa de reojo, son unos segundos en los que no decimos nada, no nos miramos mal, tampoco intentamos enfadar al otro, solo nos miramos. —No empiecen —nos advierte Sandoval y rompo el contacto visual para concentrarme en el pelinegro. —No dije nada —refunfuño. —Los conozco, empiezan a mirarse de esa forma, luego alguien dice algo, el otro responde y empieza la disputa. Sonrío levemente. Tiene razón, si no decía algo él, lo hubiera hecho yo en algún momento. —Tengo que buscar una solución para eso también —le dice García antes de regresar la mirada a las hojas que tiene en la mano. —Sacarlo del equipo —doy mi idea de inmediato. —Soy más valioso que tú, he ganado más carreras que tú, y los patrocinadores pagan más por mí, no lo olvides, así que a la que deberían sacar es a ti. —Deja de fantasear —le digo sin mirarlo. —Ay no... —se queja Sandoval tapándose los oídos. —Chicos —advierte García—, nos costó llegar aquí, y no hablo solo de monetariamente, así que pongan de su parte, no molesten al equipo, o lárguense, hay cientos de personas que sueñan con lo que ustedes tienen, encontrar pilotos razonables no me será difícil. Se me oprime el pecho con sus palabras cargadas de veracidad. Me gané este puesto, he vivido para esto, y tengo un padre al cual poner orgulloso así que salirme nunca será una opción. Cassian no contesta, yo tampoco, solo me acomodo cruzándome de brazos para también ver por la ventana. Cuando la noche llega, el piloto nos avisa que estamos próximos a arribar en nuestro destino y al aterrizar la azafata nos entrega nuestras cosas mientras bajamos a esperar a los autos que nos llevan al hotel en el que nos vamos a quedar estos días. Entro a mi habitación con la tarjeta y me tiro a la cama pensando en que por fin podré competir, en que ya empecé mi sueño, solo me falta alcanzarlo, y lo estoy haciendo bien, pronto seré la campeona del mundo, y más allá de eso seré la primera mujer en serlo. ====== ====== Me despierto con la alarma y corro a bañarme. Es viernes. Al terminar me visto con algo cómodo, me dejo el cabello suelto para que se seque y salgo para bajar a esperar en el lobby, allí me encuentra García, con quien voy al restaurante de la planta baja para desayunar, el resto de los del equipo también están allí. Sandoval alza la mano llamándonos a su mesa en la que está Cassian, y García me da una mirada de advertencia antes de continuar conmigo siguiéndolo, al sentarnos la tensión es palpable. —Buenos días —le digo a Sandoval. —¿Cómo amaneció la campeona? —curiosea alegre. Me espero algún comentario ofensivo de parte de Cassian, pero me sorprendo al no escucharlo decir nada. —Bien, dormí muy bien, y ahora tengo hambre de ganar. —Y de un desayuno balanceado —añade contento mirando mi plato. Asiento empezando a comer y escuchando las cosas que nos advierten a mí y a Cassian, como no salir de fiesta porque hay prioridades, no desvelarse, llegar a tiempo, tener buena actitud, confiar en nosotros, etc. —Me voy a la camioneta —avisa Cassian levantándose. —Acompáñalo Sage —me pide García terminando de comer—. Los alcanzamos en un momento. —Pero... —recuerdo las palabras del avión y me levanto. No voy a ser yo la que dé problemas, no cuando tengo lo que siempre he querido. Sigo a Cassian bajo la mirada de todos mientras pasamos y alguien del equipo alistando los camiones nos abre la puerta antes de que lleguemos, por lo que le agradecemos antes de que cierre. Mis nervios por un momento me ganan, pero la confianza que me tengo los aplacan. No es momento de debilitarse mentalmente, de hecho, es momento de fortalecerse. Cassian luce tan tranquilo y sereno... Quisiera saber qué pasa por su mente. Saco mi teléfono para ocupar la mente en otras cosas, pero las noticias de lo que se aproxima solo me encienden la incertidumbre. Claro que sé que puedo ganar, que pudo conseguir lo que quiero, pero al final el futuro es incierto, puede pasar cualquier cosa. —Podrías renunciar —sugiere Cassian, y levanto la vista topándome con sus ojos, con sus gruesas pestañas y pobladas cejas, está gritando que me enfoque en él con la mirada—. Así despejas mi camino y puedes vivir tranquila en un bote en medio del mar, sin preocupaciones, sin estrés, solo el agua, el sol y tú. El enojo nubla el resto de sentimientos. Idiota. —Vas a tener que soportarme —apoyo la espalda al asiento—, no pienso ir a ningún lado. —Lastima. —Saca su celular del bolsillo de su sudadera. Me quedo leyendo más noticias, reviso las r************* y llega Sandoval, quien al subir le pide al conductor que arranque hacia la pista. —Bien chicos, ustedes saben qué hacer, llevamos un par de meses enfocados en esto, confío en ustedes, sus tiempos son increíbles, y creo fielmente que alguno podría ganar. —Puedes decir mi nombre, no me enojo —comenta Cassian haciéndome sonreír con burla—, ¿Qué pasa Sage?, ¿No te das cuenta de que vas a perder contra mí?, será igual que siempre. —Hasta donde sé estamos empatados, así que no te creas tanto. —Guardo el teléfono. —Chicos, vamos a utilizar a los pilotos de prueba para probar algunas piezas y comprobaremos el estado de los monoplazas, hacen cada uno una vuelta, se van a comer y regresan a las dos para probar las mejoras, ¿Hecho?, y para practicar un poco, necesitamos que se acostumbren a la pista. Nos dejan en la pista y entramos saludando a varios fanáticos que esperan, luego cruzamos los pasillos hasta llegar al taller, donde ya está parte del equipo agilizando las tareas. —Tenemos una hora equipo, ¡A sus lugares! —pide García entrando, mira los monoplazas ignorándonos y entran un par de pilotos que nos sonríen. Durante treinta minutos los prueban, nos vestimos y les cambian cosas a las monoplazas mientras que Cassian y yo observamos las pantallas absorbiendo cualquier tipo de información. Al llegar nuestro turno nos piden ir hacia las monoplazas y Sandoval nos hace montarnos sin casco para que lo escuchemos por un momento. —No están compitiendo todavía, solo estamos probando los monoplazas y comprobando tiempos, así que eviten arriesgar el automóvil. Asentimos poniéndonos los cascos y se aparta para hablarnos por el audífono, nos pide que salgamos y me concentro al máximo, lo tengo al lado prácticamente, y cada curva parece que lo adelanta, así que lo informo y me piden que siga como estoy. En el momento en el que parece que lo voy a igualar siento que las llantas llegan a su punto y debo avisar que voy a la box para que las cambien, lo que debe suceder en máximo tres segundos. —Adelante, todo preparado —me indica Sandoval y entro dejando a Cassian adelantarse. Al terminar continúo alcanzándolo, con el sudor poniéndome pegajosa y determinada a pasarlo. En un momento entra a la box también y aprovecho esos segundos, por un momento le llevo la delantera, pero me piden que frene por un neumático mal colocado y lo hago quedando en media pista. Me pasa, me pasa y la frustración me trae una punzada en el pecho. —Le voy a pedir a Cassian que regrese, tú espera a que termine esta vuelta y regresa, después irán por el auto. Las monoplazas de los otros equipos también están, pero debido a que no estamos en carera todavía, siento que mi único rival es Cassian pearce. Entro más a la hierba para evitar ser atropellada y cuando preveo que tengo más de diez segundos cruzo pegándome a las rejas para regresar. Cassian al mismo tiempo va bajando de su automóvil con las mejillas y la frente enrojecidas debido a su piel blanca. Me reiría de él, pero estoy decaída por no poder continuar. Miro a mi equipo trabajar en todo y Sandoval se acerca para darme palmadas en el hombro pidiéndome que coma y después regrese, por lo que me retiro la parte de arriba del traje quedando en brasier deportivo. Hace calor y solo quiero apurarme, siento que el estómago me va a rugir. —Normal que todo quede en mí —riñe Cassian pasando por mi lado para encerrarse en el baño. Me quedo mirando hacia la puerta empezando a sentir como la sangre me hierve. —Descuida, esto no fue tu culpa Sage, tu estuviste perfecta —me dice Sandoval adelantándose para abrirme la puerta—. Él lo sabe también. —No me interesa, a él no le tengo que demostrar nada —pero a alguien más sí. Salgo hacia un lugar vacío para vestirme aguantándome las ganas de regresar a exigirle que no me hable, que no me mire, y que no exista cerca mío. Definitivamente tengo que ganarle, como sea.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Mi Sexy Vecino [+18]

read
51.9K
bc

Bajo acuerdo

read
10.0K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
86.8K
bc

La esposa rechazada del ceo

read
168.9K
bc

Navidad con mi ex

read
8.9K
bc

Tras Mi Divorcio

read
511.5K
bc

Yo, no soy él

read
88.6K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook