Nuestra historia comenzó de la manera más extraña y continuó igual, algo que sinceramente no es tan creíble ¿o sí? Bueno, al menos para mí lo es. Para que tengan una idea de a que me refiero, en este capítulo resumiré lo que fuimos antes de conocernos.
En ese entonces tenía la edad de doce años, y sí, desde esa edad mi altura era muy notoria; calculada entre el metro sesenta y dos. Cabello cortó hasta los hombros y de color n***o; este contrastaba con mi piel blanca. Ojos color café oscuro, mirada sería y antipática; jamás me ha gustado estar rodeada de gente y tampoco era muy amable. En cuanto a gustos siempre he sido rara; aunque los considero perfectos, por ejemplo, me gustan los libros de misterio, ocultismo, la mitología nórdica, el rock pesado y el folk metal. Ya sé, ahora pensaran que esos gustos no eran los apropiados para mí a esa edad, pero como dije anteriormente, son mis gustos. Uso ropa oscura, tampoco exageraba en ello, uno que otro accesorio, en ese entonces yo estaba en la escuela media y eso no estaba permitido; mucho menos por mis padres. Que si mal no recuerdo, mi nombre es Alexia, pero me agrada más Ale.
Eso es un poco de lo que soy o fui, así que les describiré a mi tormento, su nombre es Lisbeth y es de estatura mediana, tal vez entre el metro cincuenta y cinco, piel apiñonada, ojos color miel y cabello largo hasta más arriba de la cintura, cuerpo esbelto y mirada risueña, para ser exactos, coqueta. Sus gustos… chica interesada en la música pop, la moda, odia leer y siempre se la pasaba jugando o charlando con cualquier cosa o persona que este a su alrededor. Eso sí, es muy expresiva, no habrá una plática donde no estén de por medio sus objetivos y sobre todo sus relaciones de pareja; en cuanto a eso, no eran nada especiales. Además, le gustan las cosas tiernas como los peluches y todo lo relacionado con la cursilería.
Hasta este punto me imagino que se preguntan ¿Cómo es que terminamos juntas? Y la respuesta a ello la sigo buscando hoy en día. En fin, pasemos al punto de este tema.
La conocí en la escuela media o secundaria, habían pasado pocos días y de repente se volvió mi primera compañera de clase. Esto sucedió gracias a un trabajo en pareja, ella se sentaba a mí lado y fue fácil el solo voltear y elegirme, además, éramos las únicas chicas que se sentaban hasta la parte trasera salón. Así que no tuve opción y acepte.
— Vaya, es un alivio que no me haya quedado sola — Exclamó Lis relajada mientras hojeaba su cuaderno y recargándose después sobre la banca me observo— Por cierto, ¿Cómo has dicho que te llamas? —
— ¿Eh? — Aquella pregunta hizo que volviera en sí y con la misma responderle la mirada — Soy Alexia. — Pausé — Ahora ¿Te parece bien si empezamos con el trabajo? — Dije seriamente y tomando mi bolígrafo comencé a escribir, creo que no era necesario también saber su nombre.
— ¡Vaya! Lindo nombre, A-le-xia — Cantaleo mi nombre y soltó una risa — Por si llegas a necesitarme, que por lo visto lo dudo, soy Lisbeth — Afirmo y comenzó a trabajar.
Como notarán nuestro encuentro fue tan monótono que no han notado a que me refiero con “extraño”, pero en ese entonces las dos teníamos la idea de ser heterosexuales. No tenía interés en las chicas y ella menos, lo que facilito nuestro acercamiento y terminar como mejores amigas.
En el transcurso de mi primer año en la escuela; esta constaba de tres años, Lis se atrevió a ayudarme a salir con un chico que para ser sincera fue más lo que tardó que lo que duro mi relación. Como lo he dicho, soy muy hostil y me gusta darme mi espacio, no soy de las chicas que se la pasan abrazando a su pareja o que en cualquier momento salen con alguna palabra cursi, la verdad, soy todo lo contrario, así de simple.
Luego de unos días Lisbeth empezó a salir con un chico; que por suerte si le fue mejor, claro, parecía que para ella llevar una relación era la cosa más sencilla del mundo.
Pero, las cosas empeoraron antes de terminar este primer año, ¿Por qué? Conocí a Paola, una chica de la misma estatura que Lisbeth, pero su piel era más blanca que la mía, ojos color verde y cabello castaño claro, su personalidad era muy cambiante al igual que sus gustos, no sabía que era lo que realmente necesitaba y a veces tenía la impresión que mentía en algunas cosas.
La conocí en una reunión grupal, de esos días en que hacen bajar a todos para dar pláticas o indicaciones, estaba a mi lado y fue imposible no hablarnos, o era morir de aburrimiento o simplemente pasar el tiempo platicando cualquier cosa. Posteriormente nos hicimos amigas y empecé a relacionarme más con ella, además no quería hacer mal tercio con Lisbeth.
En fin, este año termino y fue mejor como lo esperaba, había conseguido dos amigas en un lapso muy corto y eso era agradable.
Cuando comenzó mi segundo año, Lis había terminado novio y se proponía a conquistar a otro; según lo que me contó, el problema fue porque el chico solo quería engañarla para acostarse con ella, pero al darse cuenta de eso decidió terminarlo. De todas formas, eso no era una buena excusa para intentar salir con alguien así de repente, al menos es lo que yo pienso.
Ahora yo estaba en un conflicto, yo comenzaba a dudar acerca de mi orientación s****l gracias a Paola y sus tontos acercamientos; que dejaban ver más haya que una simple amistad. Cada vez que salíamos me daba a entender esas negras intenciones que a pesar de que me asustaban, me sonrojaban y no sabía porque. En ningún momento me dio a entender si me quería o solo estaba bromeando con eso pero empezó a gustarme ¡A GUSTARME! ¿Pueden creerlo? Lo peor de todo es que llegue a sentir algo hacia ella; claro que no se lo decía, pero creo que se notaba y eso le ayudo a darse cuenta que podía hacer conmigo lo que quisiera. Mi estatus social y económico era alto, siempre me compraban todo lo que quería y también me daban todo para gastar, pero jamás abuse de ello, me gustaba ocupar el dinero cosas buenas y que valieran la pena y ahora, no sé qué estaba haciendo.
Paola comenzó a abusar de ello y encontró la manera de sacarme regalos caros, salidas a lugares cercanos, accesorios, ropa, inclusive le regale mascotas; que siempre terminaban "perdidas".
Durante medio año estuve con en ese problema; primero empecé a regalarle cosas a escondidas y luego era frente a los demás. Pero es que ella era demasiado buena conmigo; o eso creía. Además me gustaba y tenía planeado salir con ella. En cuanto a los regalos empecé a ser así porque notaba como se ponía celosa cuando otras personas fijaban la mirada en mí o se me acercaban, había veces; que no se si fueron provocadas, pero cuando me ensuciaba con helado ella me limpiaba... si, sería normal si no utilizara su lengua para hacerlo, sin importar en que parte de mi rostro fuese. Además, su forma en la que me hablaba y me daba indirectas era más que suficiente como para darme a entender que estaba interesada en mí y creo que no perdía nada en intentarlo.
Todo iba perfecto hasta que Lis se dio cuenta de las actitudes que tenía con ella y con Pao, que eran muy distintas.
— Alee, me gustaría platicar contigo — Me tomó de los hombros y me sentó en una de las ultimas bancas — No sé si sea mi imaginación, pero ¿Que pasa contigo y con esa chica? Me parece que es de otro salón. Sé que no he tenido tiempo de platicar contigo y que últimamente nos hemos alejado, pero eso no implica que no me preocupe por ti. Últimamente se están corriendo rumores de ustedes dos y, espero que eso no sea cierto. —
— ¡Por Odín! — Siempre ocupaba ese tipo de expresiones cuando algo me caía por sorpresa — ¿Rumores? ¿De qué hablas? — Tomé aire y traté de relajarme. Odiaba que hablaran de mi — No pasa nada, puedes estar tranquila que solo la apreció como amiga, eso es todo, la gente no sabe que inventar — Afirme, tratando de hacer que me creyera.
— Claro, claro. No creo que a una amiga se le hagan regalos tan caros. Hace días le trajiste un conejo y no hace mucho me entere que le compraste un reproductor de música y por si fuera poco el día de San Valentín la estuviste buscando por toda la escuela para regalarle chocolates ¿A eso le llamas que está bien? — Se sentó a mi lado y nuevamente mi observo a los ojos — No tengo inconveniente si estas saliendo con ella, porque no tengo nada en contra de esas parejas — Ocupo un tono extraño al final y sonrió — Pero hasta donde yo sé, tiene novio —
Esas últimas palabras resonaron en mi mente una y otra vez, mi miraba se congelo y sentí un golpe fuerte en el corazón. — ¿Eso no es cierto? — Me pregunte una y otra vez y me quede pensando las posibilidades. — No puede ser posible, si lo tuviera me lo habría dicho — Si lo pensaba bien, ella a veces inventaba un pretexto para no verme y ahora era uno de esos días en los que por alguna extraña razón no se iba conmigo.
— Bueno, si no me crees, puedes acompañarme a la hora de salida, le diré a mi novio que hoy no me iré con él. Si hago esto es para que abras los ojos y dejes de gastar tu dinero en alguien que no vale la pena y de hecho no deberías hacerlo por alguien — Se levantó de la banca y me tomó de la mejilla antes de irse.
El día termino y yo no estuve nada concentrada en las clases, ni siquiera tuve la noción de lo que pasaba a mi alrededor. Estaba perdida, mi mente se preguntaba una y otra ves que estuve haciendo todo este tiempo, en que persona me había fijado, tenia miedo de que las cosas fueran cierto, aunque si lo eran ¿Qué perdía? Nunca anduve con ella, no me dijo alguna vez que me quería o algo similar, si alguien estuvo mal todo este tiempo fui yo por haberme creído tantas palabras, acciones y mentiras. La verdad, hasta hora me vine a dar cuenta que no era tan fuerte como me creía.
Lis fue por mi hasta mi lugar, empecé a guardar mis cosas y salimos, la clases ya habían terminado. Yo seguía nerviosa, tenia miedo de no soportarlo, pero solo así podía detenerme. Estuvimos caminando de un lado a otro cuando llegamos a un callejón; era terrorífico, pero me gusto el tipo de aura que se sentía. Seguimos el paso cuando a lo lejos pude ver la silueta de Paola y aun lado de ella un chico, que ni me dispuse a ver su rostro. Poco a poco avanzamos y antes de llegar a donde ellos estaban el chico la abrazó "tiernamente" y le dio un beso que sin pensarlo lo correspondió.
—Te lo dije... deja de gastar el tiempo en ella — Murmuró y siguió el paso. Parecía que esto le incomodaba mas que a mi.
Cuando pasamos a un costado de ellos, se separaron de inmediato para ver quienes pasaban a su lado, en eso desvié la mirada hacia ella y con la misma la aleje para observar al frente. Pasé como si nada y lo mas rápido posible. Ahora solo quería llegar a casa.
—Pero... por un momento pensé que... Nada, olvídalo — Solté aire y traté de olvidar lo que había sucedido. Ahora odiaba por completo a esa chica que no quería ni siquiera verla, pero bien sabia que no era odio, si no que mas bien, debilidad al volverla a tener frente a mi, podía volver a manipularme. Me sentía una presa fácil en este momento.
— Ale, sabes que confías en mi, pero, ¿te gustan las chicas?. Sabes que no me voy a molestar — Sonrió y me abrazó por un costado -
— Lo pensé, pero no lo creo. Tal vez solo me confundí o llegue a pensar en ese tipo de cosas por como me trataba. Lo que quiero decir que ella solo buscaba confundirme y lo logro — Exhale e inhale aire. — Tomaré el camión a casa. Te veo mañana y gracias. —
Me despedí de ella y seguí mi camino hasta la parada del camión. Mi mente seguía confundida, no sabia si eso que le habia dicho a Lis era verdad o solo trataba de ocultar que estaba entre la linea de volverme lesbiana o bisexual. Estaba en un conflicto y como era de esperarse era mejor guardármelo. Tenia que pensar en como hacer callar a todos y volver a mi vida normal. Sería una mala idea si mi familia llegara a enterarse, seguramente optarían reglas como encerrarme o mandarme lejos, toda mi familia son homofóbicos.
Faltaban tres meses para que mi segundo año de secundaria terminara. Luego del problema que tuve con Paola, ella intentó buscarme y arreglar las cosas, se me "declaró" mas de una vez; cosa que no creía en absoluto y de vez en cuando me la encontraba camino a casa. Obviamente siempre la ignoraba, tenia que dejarle en claro que ya no me interesaba; claro que estaba mintiendo, pero no caería de nuevo en sus trampas. Poco a poco ella comenzó a alejarse de mi y yo, comencé mi nueva vida. Los chismes continuaban; no me gustaba tomarles importancia, sin embargo, si no los detenía ahora seguirían hasta oídos de algún familiar, además, eso hacia que varias chicas se interesaran en mi y en verdad, era molesto.
Luego de hacer mi plan acerca de como desaparecer esos chismes, comencé a salir con un chico, este se llamaba Aiezher, a pesar de que no me caía bien y era un pesado; según él le gustaba la misma música y era metalero, pero para mi, la verdad solo trataba de hacerlo para poder gustarme. Si acepte salir con el fue porque me insistió tantas veces que decidí darle una oportunidad, quizás con el tiempo podía gustarme.
Mi relación con el no duró mas que medio mes, no logré soportar sus gustos y el tampoco los míos, pero, eso habia bastado para que las personas de la escuela se callaran. Los chismes terminaron y yo podría seguir normalmente en la escuela, ya no habia chicas detrás de mí y gracias a eso volví a tener mi espacio.
Por otra parte Lis habia terminado con su novio, la razón, el chico estaba a punto de graduarse y se iría a vivir a otra parte. Recuerdo que estuvo como dos semanas decaída, triste y con un aura de, déjenme en paz; y solo observaba a su novio desde el barandal. La verdad, al verla actuando de esa manera me dieron ganas de dejarle de hablar ¿Actuar así por un chico? De verdad tenían que ser tan exageradas las personas. Quizás lo mío fue algo similar, pero nunca llegue a ese extremo.
Aproveche la hora de receso para ir a platicar con Lis, hacia mucho que no lo hacia a estas horas y tal vez podía lograr que se distrajera.
— Hola... — Murmuré y me recargue aun lado donde ella se encontraba — Disculpa si me meto en algo que no debo, pero que no fue mucho mejor que terminaron de esta manera. Pudo haber sido peor y la verdad, creo que estas exagerando un poco —
— ¿Exagerando? Tú vienes a decirme algo así. Verás Ale, pero solo tengo en la mente que no lo volveré a ver y me pregunto de que sirvieron tantas promesas, eso es todo. Me explico. Nos prometimos tantas cosas cuando sabíamos que los dos nos separaríamos en pocos meses ¿No es extraño? — Ladeó el rostro y suspiró -
Porque me preguntaba estas cosas a mi, odiaba dar consejos de amor o de cualquier tipo, tampoco me gustaba dar platicas de apoyo emocional, pero yo me lo habia buscado. Pude haber preguntado de otras cosas pero bueno, no podía echarme para atrás. — Puede ser extraño, pero en ese momento estaban... —Hice un gesto — enamorados, quizás se notaban el uno con el otro dentro de unos cinco años, no sé. Tú sabes que cualquier persona puede soñar despierta, no las tomes como promesa, quizás solo fueron simples sueños. No lo sé, algo así ¿Nunca sabes si en 3 o 5 años se pueden encontrar? — No pude continuar diciendo mas porque ni idea tenia de lo que tenia que responderle. Así que solo sonreí y la tomé del brazo para entrar al salón.
Nuestro año terminó, no antes de que finalizara el mes comencé una relación con un chico que por lo menos me atraía físicamente, era tierno y muy inteligente. El asistía en una escuela diferente y lo veía de vez en cuando; agradecí que nuestro horario era vernos dos o tres días a la semana. Así no me sentiría tan aprisionada, su nivel de ternura me hostigaba pero el sabia comportarse. Por cierto, este chico lo presente a mi familia, como he mencionado, era inteligente, tenia dinero y estaba muy educado, así que dos días después de que se me declaró insistió en hablar con mis padres, ambos aprobaron nuestra relación pero con reglas de por medio.
En cuanto a Lis, decidió estar soltera hasta que su ex se fuera de la ciudad y así estar en tranquila cuando vuelva a estar con alguien. No pasaron muchas cosas, ella continuaba siendo mi amiga y viceversa.
Durante las vacaciones, mi relación con Vladimir fue de mal en peor. Se comenzó a volver muy celoso y posesivo, al punto en que prefirió quedarse en casa que salir a dar un paseo. Y fue ahí cuando mi paciencia estalló. Debía de admitir que sus detalles me encantaban, la forma en como me trataba igual, pero llegar al extremo de solo querer estar conmigo a cada hora era estresante, si salía con mis padres tenia que ir él; aunque no lo invitaran, escuchaba a que hora salíamos y de repente él aparecía una hora antes. Ni siquiera tenia tiempo de leer y ver mis series americanas favoritas, tampoco de hacer mis hobbies y hasta mis padres terminaron por llamarme la atención por eso.
Teníamos ya tres meses cuando decidí terminarlo, el lloró, me suplico y hasta me dijo que cambiaria, pero definitivamente, no. El poco cariño que sentía por el lo destruyó en cuestión de un mes y si seguíamos no iba a disfrutar mis vacaciones como lo habia planeado.
En las vacaciones me aleje de toda comunicación ya que fui con mis padres a la casa de la abuela, ella vivía cerca de un lago y a pesar de que habia mas gente habitando el lugar, la red no llegaba por completo, sin embargo, lugares así me encantaban.
Lo que sucedió en mi primer año me habia dejado en dudas, a pesar de que habia salido con chicos, sabia que algo en mi faltaba. Anteriormente siempre me sentía completa, satisfecha de mi misma, pero ahora las dudas en cuando a mi orientación s****l se interferían en cualquier pensamiento o acción que emitía; claro, yo sola me daba cuenta, sabia como mantenerme al margen si es que no quería que nadie se diera cuenta. No le iba a decir a nadie sobre esto y yo sola me atreviera a encontrar mi yo verdadero.