Instintivamente bajé la cabeza, mi corazón estaba martilleando, las personas que me atormentaban estaban todas juntas. ¿en qué me metí? Y en todo este tiempo Caesar estaba en silencio a mi lado ¿y si alguno de ellos decía algo malo sobre mí? ¿y si lo decepcionaba? ¿y si ya no me quería? Presioné el brazo del guerrero con mi mano en un intento por reaccionar, por despertar y pidiendo ayuda. A lo contrario de lo que pensé que pasaría, ni madre ni Franklin me miraron dos veces, ninguno respondió a mi saludo, a ninguno de los dos les interesaba mi presencia en ese evento y el senador lo exteriorizó cuando saludó solo a Caesar.
— Usted debe ser el representante de Olympus SAC. Me alegro que haya podido venir al compromiso de mi querida hija. Un gusto, soy Franklin Murphy, pero eso usted ya debe saberlo. Me encantaría poder seguir en contacto con usted, si está de acuerdo, este evento podría ser el primero de muchos encuentros más.
La mano de Franklin se estiró en espera a que Caesar se la estrechara, estaba lleno de la arrogancia y seguridad de la que tanto se regodeaba, en su mente, esperaba que mi guerrero estuviera feliz de conocerlo y poder hablar con él. Caesar solo miró esa mano por unos segundos con su mirada aburrida, de pronto esa seguridad y arrogancia se convirtió en vergüenza e incomodidad que todo el grupo sintió hasta que mi guerrero habló.
— …Llámeme Caesar, y solo vine porque la señorita Abigail me lo pidió. Como sabrá no solemos acudir a reuniones que no sean de trabajo.
Caesar dibujó una línea clara entre la que era mi familia y él, había dejado claro que no estaba dispuesto a relacionarse con Franklin. Al darse cuenta de eso, Franklin dejó caer su mano y tosió un poco, solo para aliviar la incomodidad que se había generado. Madre soltó una risa un tanto incomoda y decidió hacer un intento para relajar el ambiente dirigiéndose a mí para que la ayudara.
— Nora querida, no contestaste a mis mensajes. No sabes lo preocupada que estaba por ti. Tuve que enterarme por un representante de tu nuevo trabajo que estabas bien. No deberías preocupar así a tu madre.
Lo que se podía leer entre líneas era un claro “eres una mal agradecida por no avisar dónde estabas ¿acaso no tienes vergüenza?”
— La señorita Abigail no pudo decir nada por el contrato que tiene con nosotros, no tiene permitido hablar sobre lo que hace para nosotros a personas que no tienen nada que ver con nuestros negocios, espero entienda.
Caesar de inmediato recibió el ataque y la devolvió con la misma falsa cortesía “ustedes no tienen por qué saber el paradero de Abigail porque no son importantes para nosotros”
Nuevamente un silencio incómodo llenó al grupo, pero lejos de sentirme incomoda, agradecí el hecho que Caesar halla hablado por mí y me haya cuidado de esa manera. Pude respirar mejor debido a eso y esperaba que lo que quedara del evento pudiera ser moderadamente aceptable. En todo el intercambio Jason se encontraba en silencio, no dijo ni una palabra, mirando de reojo me di cuenta que miraba a Caesar, luego miraba nuestros brazos unidos y después de eso su mirada volaba a mi rostro, haciendo lo mismo varias veces, pero ¿qué le pasaba? “ese no es mi problema” pensé luego de llenarme de valentía para poder disculparme e ir a nuestra mesa, pero no esperaba que madre fuera la que nos despidiera tan rápido.
— Mira Lizz querida, vienen más invitados. Tu y Jason deberían ir a recibirlos. Señor Caesar, mi esposo puede guiarlo a la que será su mesa junto a mi hija. Me robaré unos minutos a Nora, no la he visto un tiempo así que tenemos cosas que hablar, luego lo alcanzará.