Risha y el Príncipe

4973 Words
(Pv Daniel) —¡Ah! ¡Aaaaahhh! ¡Atem! ¡Me voy a correr! —Vas a tener que entrenar más, enano. Hice un puchero antes de mirarlo, prácticamente después de que hablamos tuvimos sexo como locos, primero en la cama y ahora estaba sujetando un lado de la mesa mientras este hombre gato me estaba penetrando como si nada ¡¿Cómo quieres que no me corra si mi cuerpo está tan sensible?! Encima su cola jugaba con mi m*****o, por lo que su pelaje me estaba excitando todavía más y sus manos no dejaban de tocarme o morderme. —Me encanta tu aroma…—me susurró Atem al oído—. Quiero jugar contigo más veces y que tu aroma se impregne en cada rincón de la casa, tal vez te ordeñe un poco. —¡N-no soy una vaca!—exclamé avergonzado, lo que lo hizo reír. —¿Y si te pongo un traje de vaca y un cencerro?—preguntó divertido—. Anda, di Muuu Me puse tan rojo que todo mi cuerpo parecía estar hirviendo, ya casi no podía más y me corrí. —¡Muuuuu Aaaaaaahhhh!—caí a la mesa luchando por respirar. —Jeje realmente eres lindo—se rio Atem acariciando mi cabello—. Creo que ya tuvimos mucho ejercicio por hoy, ve a la cama mientras yo limpio. Asentí levantándome con cuidado, Atem trajo un paño húmedo y comenzó a limpiar pero mientras caminaba lentamente al piso de arriba sentí como su cola pasaba por mi trasero un par de veces antes de azotarme, lo que me hizo lanzar un gritito agudo antes de verlo enojado, lo que lo hizo reír divertido. Me fui al segundo piso y cuando me acerqué al espejo me detuve un poco a verme, se me marcaban las costillas y algunos huesos más, seguramente cuando llegué a este mundo debía verme mucho más esquelético, no me extraña que me costara tanto trabajo correr o caminar con un cuerpo tan débil. —Que Atem no me mire con asco pese a mi aspecto ya me hace sentir bien—pensé por un momento. Me estiré un poco y fui hacia la cama, cuando escuché algo en la ventana. Sorprendido y asustado, rápidamente tomé una de las camisas de Atem y me cubrí antes de ir a las escaleras mientras él subía, iba a decirme algo pero al ver mi cara se detuvo. —¿Qué pasa? —E-Escuché algo por la ventana—susurré nervioso—. C-Como un suspiro o ronquido, no estoy seguro. Rápidamente subió y tomó un pantalón antes de sacar sus garras y acercarse a la ventana, luego comenzó a olfatear algo y sus orejas se tensaron. —Huelo a alguien, no siento peligro pero está afuera. Con mucho cuidado abrió la ventana y sacó su cabeza lentamente, entonces se detuvo en seco. —¿Risha? ¿Ah? Me acerqué a la ventana y lo que vi me sorprendió, era la chica que me había acosado, sentada contra la pared totalmente dormida y apenas vestida con una camisa a botones mientras el resto de su ropa y un cuervo dormido estaban a un lado. —Esto no lo esperaba, para nada—susurró Atem a lo que asentí dándole la razón—...¿Qué hacemos? —...¿Dejarla dormir y que nos diga qué hace aquí mañana?—pregunté. —Mejor no, no sabemos si estará aquí mañana—se negó antes de levantar la voz—. Risha, despierta ¿Qué haces en mi casa? La llamó un par de veces más antes de que ella abriera los ojos confundida al principio. —Ah, hola Atem—dijo como si nada. —Nada de “hola Atem”—gruñó—. ¿Qué haces casi sin ropa y durmiendo afuera de mi casa? Ella bostezó y se frotó los ojos antes de levantarse, la camisa se levantó mostrando sus piernas tan blancas como la nieve pero llena de cicatrices y quemaduras que me hizo incapaz de notar otra cosa que no fueran sus heridas. —Lo siento, quería disculparme con tu pareja pero cuando llegué estaban teniendo sexo—respondió bostezando. —Vístete y entra por el ascensor—dijo Atem cerrando la ventana. Me miró como diciendo “No menciones nada” seguramente refiriéndose a la conversación que tuvimos en la tarde. Nos vestimos mientras Risha salía del ascensor y el cuervo seguía durmiendo en su capucha. —Esto…Buenas noches—dijo colocando su mano derecha en su pecho dando un par de golpecitos ¿Será algún saludo?—. Perdón por venir a esta hora a tu casa. —Sé que no lo sientes, pero me alegra que estés aprendiendo a hablar con la gente—respondió moviendo sus orejas. —Jeje tienes razón—rio mostrando unos colmillos afilados—. Sobre lo otro—me miró e hizo una reverencia—. Lamento haberte asustado dos veces, todos dicen que no respeto el espacio de la gente y por eso no sé hasta dónde puedo acercarme. —Está bien—acepté sus disculpas, luego le preguntaré a Atem lo que significan esos saludos. —Mmmm ¿Qué sigue?—meditó la chica antes de volver a hacer la reverencia—. Me presento, Me llamo Risha Bryet, hija de la cazadora Bryet, soy una Maga Oscura de Rango A, clases Chamán y Domadora de Bestias, mucho gusto. ¿Qué? Miré a Atem confundido y respondió al darse cuenta que no entendía. —Se está presentando oficialmente—explicó—. Cuando quieres presentar a alguien que no sabes si es de tu mismo rango, se hace una reverencia y dices tu nombre, si tienes alguna relación con tu familia dices el nombre de tus padres, tu clase y subclase junto con tu rango. —Ah—no sabía qué otra cosa decir—. Mmmm mucho gusto, Risha…esto yo… —Déjalo así—rio ella jugando con uno de sus mechones—. Daniel, el héroe número 100, mago blanco y por lo que oí, la pareja de Atem. Me puse rojo ante esas palabras, pero no lo negué por ahora. —Bueno, ya te disculpaste—gruñó Atem cruzándose de brazos—. ¿Qué fue lo que realmente te hizo venir? —Me gustaría ver un pene erecto—respondió con tanta calma que Atem se quedó tan impactado como yo. Hubo un silencio tan intenso que se podría escuchar un alfiler caer. —...¿Perdón? ¿Puedes ser más clara?—preguntó con la cola y las orejas erizadas. —Mmm veamos—dijo mirando el techo por unos segundos—. Necesito ver un m*****o masculino erecto para finalizar mis transformaciones. …Cada vez entiendo menos. Ambos la miramos por un momento sin saber qué hacer o decir. —...Ahmmm supongo que mejor lo muestro—dijo quitándose la túnica con cuidado de no molestar al cuervo—. Como Chamán puedo cambiar la forma de mi cuerpo a voluntad, eso sí, sólo puedo tomar forma humana. De pronto su cabello comenzó a cambiar de color a uno n***o oscuro y se encogió hasta los hombros, su pecho creció más hasta apretar su camisa y sus ojos se tornaron de un color azul claro. —¡¿Qué dem...?!—grité al ver su cuerpo completamente cambiado. —Puedo tomar cualquier forma por un periodo de tiempo—explicó con una voz más femenina, luego se encogió tomando una apariencia más infantil haciendo que su ropa le quedara enorme—, puedo ser una niña pequeña—dio una vuelta y su cuerpo volvió a cambiar hasta envejecer y parecer una anciana—, o puedo ser una abuelita. —I-increíble—dije sorprendido aunque Atem no parecía tan sorprendido—. ¿También puedes convertirte en hombre? —Si—dijo y su cuerpo comenzó a transformarse hasta que frente a nosotros había un chico albino de cabello corto—. Esta es mi forma masculina favorita, pero tengo un problema—y se bajó los pantalones haciéndonos gritar de sorpresa…¿Eh?—. Pero como no he visto cómo es un pene completamente no sé cómo hacerlo. Entre sus piernas…no había nada…ni siquiera una vulva o testículos. —He visto algunos p***s luego de que mato hombres pero sus formas no me terminan de convencer, supongo que es por que son de cadáveres—dijo como si nada—. Por eso pensé en buscar a alguien vivo y sano para darme una idea de cómo funcionan, y como Daniel es un héroe recién llegado me pregunté si el suyo sería especial…pero ahora que está con Atem no debo molestarlo. Supongo que le debe tener respeto o algo así. —Por eso pensé que tal vez si lo veo mientras tienen relaciones podría darme una idea—explicó apoyando su mejilla sobre su puño—. No le tengo confianza a muchos hombres así que por eso traté de espiarlos…pero la verdad es que los sonidos que hacían me excitaron mucho y terminé tocándome. …esta mujer está muy mal. —Entiendo—suspiró Atem—. Pero en serio ¿Cómo se te ocurren esas ideas tan bizarras? —Perdóoon—dijo tomando sus pantalones y volviendo a su forma original—. Es que realmente quiero completar mi transformación masculina, cambiar mi aspecto me ha servido mucho para que no me molesten los del Palacio. —¿El Palacio?—pregunté extrañado. —Si, se supone que siempre debe haber un mago oscuro al servicio del Rey y al parecer soy la única maga oscura en la isla, pero me importa poco lo que quieran esos tipos, sólo quiero vivir en paz con mis cuervos. Atem rio por un momento. —Vaya, me parece extraño escucharte decir eso cuando te conocí masacrando monstruos mientras te reías como loca. —Ah eso no ha cambiado mucho—sonrió la chica como si nada—. Pero…mi madre me pidió que fuera mejor persona, usara mis poderes para el bien y demostrara que no soy el monstruo que me convirtieron. —Entiendo—Atem bajó sus orejas y su expresión cambió a una de tristeza—. Estoy seguro que ella nunca te vio como un monstruo. Risha bajó la mirada y sonrió un poco. —Lo sé…—susurró antes de mirarnos—. Esto…será mejor que me vaya, pero si están interesados en mostrarme sus miembros estaré en mi montaña, Atem ya se sabe la dirección—tomó su túnica y se dirigió al ascensor—. Nos vemos. Cuando se fue, Atem lanzó un suspiro y dijo que ya nos fuéramos a dormir. ____ —¿Qué tal la pasaron anoche? Fue el saludo que nos dio Ur nada más entrar al restaurante mientras Rose reía divertida y Sora corría a abrazarme. —¡Papá! —Hola Sora, perdón por dejarte tanto tiempo—le dije besando su mejilla. —Fue bastante bien—dijo Atem encogiéndose de hombros haciendo que me sonrojara mientras algunos de los clientes que me conocían se reían. —Sabía que ibas a caer bajo sus encantos felinos—se burló Rose sentándose en la barra—. Págame, cariño. —Vale, vale—dijo dándole dos monedas de cobre—Sora, a partir de ahora debes llamar a Atem como papá gato. —¡¿Qué?!—Atem se puso rojo mientras Sora extendía sus bracitos hacia él. —¡Papá Ato!—exclamó inocentemente antes de tomar una de las orejas de Atem —Menudo lío nos acaban de meter —bufó mirando a todos que no paraban de reír—. ¿Mn? ¿Risha? Al fondo del local, pude ver la túnica violeta de la chica albina, quien comía tranquilamente mientras su cuervo parecía devorar un enorme trozo de pan. —Ah, hola Atem, Daniel —nos saludó todavía masticando con la boca abierta, pero luego tragó y se limpió la boca con la manga—. ¿Tienen hambre? yo invito, Ur dijo que lo que les traje fue bastante útil. Recordé que comentó algo de traer partes del jabalí al restaurante, al parecer Ur había hecho un gran festín e incluso preparó bastante provisiones para el invierno. —Ya llevé las pieles a los costureros para que nos preparen abrigos para el invierno —dijo Rose—. Lo hubiera hecho yo, pero ya tengo mucho trabajo, este año el invierno será muy fuerte así que me están pidiendo muchos medicamentos. Ahora que lo pienso, todos hablan del invierno pero apenas estaba empezando el otoño ¿Qué tan fuerte es el clima aquí? —Aquí tienen, chicos —Ur se acercó a la mesa de Risha y nos sirvió un enorme plato de carne con arroz y verduras —. Ya Sora comió pero pueden darle un poco. —¡Ta lica, papá! —exclamó Sora muy feliz. —Jaja bueno entonces vamos a comer —dije sentándome junto con Atem—. Buen provecho. Cuando probé la carne quedé encantado con la textura, incluso las verduras tenían un buen sabor y parecían recién cosechadas, realmente Ur era muy buen cocinero. —Creí que volverías a la montaña —le dijo Atem en un tono tranquilo. —Si, pero recordé que no tengo nada para el invierno así que vine a comprar ingredientes y ropa—contestó—. Puedo conseguir carne y verduras en el campo sin problema, pero a medida que el clima empeore se hacen más caras, no soy buena negociando. —¿Tanto frío hace en el invierno? —pregunté mientras Sora comía un trocito de carne. —Me temo que sí —respondió Atem—. Ciertamente estamos en una isla, pero lo que nos separa del continente es un mar helado y recibimos todo el frío del norte, la nieve cubre prácticamente todo excepto el sur de la isla, por lo que, los que viven por allá suelen vender parte de sus cosechas a un precio excesivo. —Aunque el invierno dura dos meses la temperatura puede bajar a -20°—explicó Risha—. No hay muchos animales y obviamente no puedes cosechar, las tormentas son muy frecuentes por lo que la gente se queda en casa, yo vivo en una cueva donde cosecho verduras, pero con la carne termino dejándola a la intemperie o las guardo bajo la nieve…lo malo es que los osos vienen a comérsela sino tengo cuidado. —Maestra Risha, siempre deja la carne afuera, debe tener cuidado. ….¿Eh? —¡¿El cuervo acaba de hablar?! —exclamé mirando al animal que se estaba acicalando las plumas como si nada. —¿Mn? Ah sí, él es Baltazar, era el familiar de mi madre pero ahora él y sus hijos me sirven a mí —respondió Risha como si nada. —Por favor, disculpe si lo he molestado—dijo el cuervo bajando la cabeza. —¿No me dijiste que fuiste a la biblioteca? ¿Por qué te sorprende tanto? —me preguntó Atem. —C-creo que lo olvidé —respondí avergonzado. —Oye Atem, hay una misión de combate en una cueva al sur—le llamó Risha —. Parece que un grupo de orcos están atacando viajeros ¿Qué opinas si vienes con Daniel y colaboramos? —Mmmmmm estaba pensando en llevar a Daniel con el resto de mis compañeros —meditó —. Podríamos ir primero allá y de camino te acompañamos a la montaña. —¡Hecho! Te ofrezco un saco de harina y puedes quedarte con el 45% de los materiales que recolectemos. En eso la cara de Atem cambió a una un poco…¿maquiavélica? —¿No te parece un robo? Ahora estoy formando una familia y necesito alimentarlos, los orcos no pueden comerse y no hay garantía que lleven nada de valor. ¿Eh? ¿Yo que tengo que ver? No entendí nada de lo que empezaron a decir, creo que era una especie de trueque, pero Atem tenía todas las de ganar. Cuando acabaron el trato, Risha apenas se quedó con el 10% de las ganancias y tres sacos de arroz. ____ —Realmente eres mala para negociar —dije luego de recoger la misión junto con otras más que nos quedaban de paso. —Siempre ha sido así —dijo hecha un ovillo frente a la entrada de la tienda de ropa —. Además, Atem es muy astuto. —Parece que lo respetas mucho —sonreí. —Mmmm bueno, él realmente es muy fuerte —meditó —. Lo conocí hace 10 años y a mi madre le agradaba, sabe pelear, negociar, hasta sabe coser, de hecho bordó mi túnica —señaló todos los adornos de su túnica, lo que me sorprendió bastante —. Así que tranquilo, no te faltará comida o ropa, además él cuida mucho a los suyos. Admito que me alegra escuchar que la gente respeta a Atem, aquel día en el gremio me enojé un poco pero ahora puedo ver que no todos piensan igual. —Oye Risha, ¿Por qué no te unes a nuestro grupo? —le pregunté mientras miraba a Sora acariciando al cuervo a un lado de nosotros y Atem seguía comprando. Ella se quedó callada por un momento, luego se levantó y de pronto se paró de manos haciendo que su túnica se levantara, la bolsa que llevaba en su cintura se mantuvo firme y no pareció que contenido hiciera ruido o se moviera. —La gente...me desagrada—dijo cruzando sus piernas mientras miraba a la multitud—. No quiero formar parte de ninguno, Atem es un buen líder pero está atado por culpa de los humanos. No pude negarme a esas palabras. —Su única opción es subir de rango pero parece que algo se lo impide—meditó Risha—. Tal vez si lo hace…pueda ser parte de su grupo—juntó sus piernas y de pronto dio un salto hacia adelante poniéndose de pie—. Así que ayuda a Atem a subir de rango. Asentí dándole la razón y luego salió Atem cargando varias bolsas que repartió. —Listo—dijo dándole a Sora una bolsita—. Toma, es importante que ayudes en la casa ¿Crees que puedas? —¡Chi papá Ato!—exclamó sujetando la bolsita con todas sus fuerzas. —Con lo que tenemos, podremos viajar por una semana y le ahorraremos a Ur y a Rose dinero—me contó—. Lo mejor será que nos vayamos mañana para descansar por hoy. —Me parece bien—sonreí—. Puedo ir a la biblioteca a seguir leyendo sobre recetas de dulces, y también podré hacer una lista de materiales que puedo recolectar para la repostería. —¿Repos-tería?—preguntó Risha extrañada. Le conté a Risha mi idea para abrir una pastelería y aunque ella no entendió mucho de lo que dije, me escuchó muy atenta hasta volver al restaurante. —Oye, cuando hagas esos dulces ¿Me dejas probarlos?—preguntó mientras Atem y yo preparamos el equipaje para el viaje. —Claro, mientras más comensales tenga será más fácil aprender los gustos de todos—sonreí. —Duce, Duce, hagamo duce—decía Sora saltando de un lado a otro. —Creo que a donde vamos podrás hacer dulces—me dijo Atem. —¡¿De verdad?! ¡Yahoooooo!—exclamé saltando de alegría—. ¡Sora haremos dulces! ¡Dulces! —¡Chiii! ¡Duce! ¡Duce! Y así los dos nos pusimos a saltar y bailar mientras Atem se quedaba de pie seguramente pensando que estamos locos, y en poco tiempo Risha y Rose terminaron uniéndose al baile. ____ (Pv Albao) —¡¿Cómo es posible que ningún hombre se uniera al harem de la Gran Santa?! Cerré los ojos luchando por no lanzar un bufido. Me encontraba en el salón del trono escuchando las estupideces de mi padre luego de recibir el informe de lo que pasó en la ridícula recolección de hombres. Supuestamente la idea era que luego de tener relaciones con la chica, se convirtieran en esclavos al servicio del templo y del rey, y si, eso incluye ser juguetes sexuales . Pero desde el año pasado tuvieron que regresar a los hombres y eso causó un fuerte revuelo. —Esto es terrible, esos malditos pueblerinos se están revelando más —gruñó mi anciano padre antes de toser—. Tenemos que…recuperar nuestro estatus antes de que ¡COF! ¡COF! intenten atacarnos ¿Qué ha hecho el nuevo héroe? ¿Ya hizo el juramento de lealtad ? —No señor, ni siquiera se ha presentado a la casa asignada—respondió uno de los eruditos. —¡¿Qué?! ¡¿Y está a sus anchas sin hacer nada?! —exclamó mi padre antes de sufrir otro ataque de tos—. Maldita sea, esto ya es el ¡COF! colmo…no sé para qué traen héroes inútiles ahora. —Si yo fuera el héroe tampoco querría seguir las órdenes de gente así —pensé con fastidio. El viejo habló y habló hasta que por fin se detuvo a tomar sus medicamentos, así que aproveché para irme a descansar. —Albao, ¿Cuándo piensas ir al templo a buscar esposa? —preguntó mi padre. —Ya estoy comprometido, padre—dije de mala gana—. De hecho ahora que no soy el heredero al trono, pretendo casarme con ambos el próximo año en el Festival de las Campanas. —Ya te he dicho que no apruebo tu matrimonio con esa mujer bestia —gruñó mi padre. —Yo respondo con que no me importa—gruñí —. Tú mismo me sacaste de la sucesión y a la gente fuera del Palacio no le importa con quien me case mientras tenga descendencia. Y me fui ignorando sus gritos para ir al lado sur del Palacio, lejos de todos mis familiares. Desde mi nacimiento fui rechazado por no ser un hijo ilegítimo y aunque mi madre trató de protegerme, al morir me quedé aislado hasta mis quince años, mi padre quería que cuando se hiciera mi presentación ante el público fuera humillado pero resulta que mi magia era superior a la de cualquier m*****o de la familia, todos se quedaron sorprendidos pero cuando se rebeló que mi clase era ser bardo, su preocupación se convirtió en burla cuando declaró que yo era una vergüenza para familia real. —A-Alteza—el primer guardia trataba de decir algo. —Ayer mismo ¿No trataron de envenenarme?—pregunté molesto y trataron de decirme algo—. Mejor cállense y hagan lo único útil que saben hacer. Abrí la puerta y cerré la puerta con llave, antes de activar un hechizo de seguridad. —¿Qué tal te fue, amor? Mi expresión de molestia se disipó y sonreí al ver a Hermes y a Elena desnudos en la cama, quienes se levantaron para quitarme la ropa. —Igual de mal como lo imaginan—dije cuando estuve desnudo y entré al baño para asearme—. Tal parece que los de la Zona Baja ya no quieren nada que ver con la gente del Templo. —No me extraña—dijo Hermes acercándose a mí para lavarme la espalda—. Hay más tensión ahora que todos saben que el héroe no sigue los ideales de la Gran Santa y tampoco ha jurado lealtad. —De hecho, dudo que alguna vez jure lealtad al Rey—dijo Elena acercándose a nosotros—, parece que va a ser un seguidor de los reyes demonios. La miré sorprendido, eso no me lo esperaba para nada. —Descubrí que el nuevo héroe ya se ha hecho pareja de Atem, un ladrón gato muy conocido en la ciudad—explicó Hermes antes de que saliera de la bañera y me ayudara a secarme—, incluso hoy se le vio con Risha. —Mmmm y según se cree, Risha es candidata a Rey Demonio del Sur—medité mientras Elena me secaba el cabello—. Y dijiste que Atem tiene un compañero que es descendiente de un Rey Demonio. —Ha pasado mucho tiempo desde que un héroe tuvo amistad con un rey demonio—decía Elena. Un héroe aliado con un Rey Demonio…tal vez… —Parece que mañana Atem le presentará al resto del equipo—dijo Hermes—. ¿Qué sugieres? —Si la relación entre ellos funciona, ese chico podría ser de mucha ayuda en mis planes—medité—. ¿Qué opinan de una alianza con los Reyes Demonios? Ambos me miraron completamente en shock. —A-Albao…¿Eso es posible?—preguntó Elena. —No creo que dejen a un humano de la Familia Real hacer una alianza—meditó Hermes—, incluso los héroes que se relacionan con ellos son tratados como parias. —Es un riesgo sin duda,—dije acercándome a la cama—. Pero, si les dijera que hay una posibilidad de que destruyamos al Templo…¿y la barrera mágica?—ambos lanzaron gritos de sorpresa—. Este país ha avanzado mucho gracias a los héroes, pero no sabemos si allá fuera hay más o menos tecnología, se supone que nos encerraron para detener a los Reyes Demonios pero a lo largo de la historia, ellos no han causado ni la mitad de daños ni bajas que los del Templo de Plata—sonreí emocionado—. Vamos a acabar con estas tonterías de una vez por todas. Para liberar este país, acabaré con mi padre, el Templo, y si el estúpido de mi hermano trata de interferir haré lo mismo con él, la única manera de hacerlo es formando alianza con los antiguos líderes de la Isla, los Reyes Demonios. —Entiendo—sonrió Hermes—. Si el Templo desaparece los mayores afectados serían los de la Realeza, a menos que estén aliados con los más poderosos, además eso evitará posibles guerras. —En ese caso, tener al héroe que se relaciona con ellos sería una ventaja para nosotros—sonrió Elena quitándose la venda de sus ojos antes de abrazarme—. Alteza, esta vez déjeme ir con el héroe, quiero investigarlo más a fondo y si es de ayuda lo traeré aquí. —Elena, ¿Estás segura? Ella me sonrió y se acercó para besarme. —Cuando me rescataste, juré ayudarte a llegar a la cima, así que haré hasta lo imposible porque te conviertas en el quinto Rey Demonio—aseguró con una expresión de calma. —¿Eh? ¿El quinto…? ¡Jajajaja! me gusta como suena—reí divertido acariciando su rostro—. Muy bien, detengamos este mundo de locura. —Hagámoslo entonces—sonrió Hermes—. Aunque me gustaría tener la seguridad de que el héroe nos ayude ¿Qué podríamos ofrecerle? no le interesa volver a su mundo…..—me miró divertido—. Albao, vamos a investigar al héroe juntos. —Muy bien—sonreí metiéndome a la cama—. Bueno, por hoy vamos a dormir. —¿Sólo dormir? —preguntaron haciendo un puchero, lo que me pareció extremadamente lindo así que les di un beso a cada uno. —De acuerdo, juguemos un rato entonces—dije divertido. Elena saltó a mis brazos y comenzó a besar mi cuello mientras Hermes tomaba uno de mis pezones para chuparlo, coloqué mis manos sobre su trasero y los acaricié con cariño, algunas veces les daba pequeños pellizcos haciendo que gimieran de placer, por lo que sonreí divertido antes de besarlos. Cuando ya estábamos calientes, tomé un frasco de lubricante y comencé a meter con cuidado mis dedos dentro de sus traseros, haciendo que gimieran más alto, una vez que estuvieran listos, Elena se colocó abajo mostrando su trasero mirándonos sonrojada, como su piel era tan pálida, sus mejillas rojas resaltaban como flores en la nieve, Hermes se acercó besando su hombro mientras entraba en ella con cuidado, haciendo que gimieran ansiosos y excitados. Sonreí al verlos tan ansiosos y me coloqué sobre Hermes para entrar poco a poco dentro de él, haciendo que se tensara un poco. —Tranquilo, iré con cuidado—le susurré al oído. —N-no te preocupes, amor, puedes romperme con mucho gusto—gimió Hermes mirándome ansioso. —Mira que eres un demente—dije divertido antes de empezar a moverme. En poco tiempo, los gemidos de los tres invadían el cuarto, Elena se movía con la fuerza de los dos hombres mientras Hermes tocaba con cariño sus pechos, su espalda y mordía su oreja de forma juguetona, era muy extraño para mí verlo tan dulce y amable con ella cuando siempre me rogaba que fuera un bruto salvaje con él, sin duda eran muy especiales para mí. Me moví más fuerte y rápido, apretando los pezones de Hermes con fuerza y metiendo mis dedos con cuidado en la v****a de Elena, los dos gemían con fuerza gritando mi nombre una y otra vez, entonces me corrí con fuerza y Hermes hizo lo mismo mientras mis dedos se llenaban con los fluidos de Elena. Caímos agotados en la cama, luchando por respirar luego de semejante sesión, me acomodé en el medio y los dos se me acercaron para besarme y tomar mi mano muy felices. Definitivamente no cambiaría a mis chicos por nada del mundo, si alguien les hiciera daño, definitivamente destruiría todo a mi paso para protegerlos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD