Final Primera Temporada. Hora de Negociar

4350 Words
(Pv Daniel) Cerca del mediodía, fuimos a la estación para volver a la ciudad, compré los boletos de segunda clase para los tres ya que Risha dijo que volvería a su cueva y la veríamos en primavera, al principio vi algunas miradas de molestia en la gente al ver a Atem, pero el hecho de que ahora fuera de Rango A los cayó de mala gana. —Vaya, es bastante lujoso—dijo Atem mirando la cabina. —A partir de ahora vamos a viajar en una de estas—dije sonriendo mientras Sora se sentaba frente a la ventana con mucha alegría—, Atem ¿Qué fue eso de escribas, soldados y asistentes? —Ah, es que técnicamente vamos a tener una fiesta de té, y como norma estándar se debe llevar a alguien que te proteja en caso de que sea una trampa o seamos atacados por otros, alguien que nos sirva la comida y lleve los platos, tazas y prepare el té, y es importante que alguien escriba todo lo que se diga para que al terminar se puedan analizar cosas que no se noten al instante—explicó mientras el tren se iba moviendo. …Mierda…esta gente rica… En el camino, le pedí que me enseñara esos modales que necesitaba, pero eran demasiados y muy…muy molestos. Lo bueno es que Sora también los aprendió y al terminar el viaje era todo un experto en la materia, sorprendiendo a Atem. —No hay duda de que Sora podría desembolverse bien en este mundo—rió Atem. —La verdad me alegra —reí. Al llegar a la ciudad, fuimos al bar a dejar las cosas y en el camino la gente quedó boquiabierta con el cambio de Atem, incluso algunas chicas suspiraron emocionadas. —¡Woaaaaaahhhh! ¡Te ves increíble! Rose saltó de alegría al vernos, abrazó a Sora y luego dio vueltas alrededor de Atem chillando de alegría. —Con ese aspecto pareces alguien diferente—dijo Ur sorprendido mientras Sora lo abrazaba. —¿Creen que sospechen que maté a ese hombre ahora que soy más fuerte? —preguntó preocupado pero todos, incluso los clientes que estaban en el bar, negaron con la cabeza. —La lista de enemigos que hizo ese hombre es tan larga y muchos nobles no tenían coartada durante el ataque—explicó Ur—, además ese tema dejó de importar cuando se supo que el Rey Demonio Tengu, su esposa y su hija fueron liberados. Nos quedamos callados para evitar cualquier problema, por suerte nadie sabía que era nuestra culpa. Dejé las cajas, la ropa sucia y todos los materiales, incluso le entregué a Ur los ingredientes, pieles y piedras elementales como agradecimiento por la estancia, comida y la amabilidad. —Tampoco tienes que darnos todo—se quejó, pero parecía feliz—, vengan a cenar, aunque todavía es temprano. —Tenemos que salir a comprar, así que hay que aprovechar—sonreí mientras Atem hablaba con Rose. La comida de Ur se sentía muy nostálgica aunque no había pasado mucho tiempo, era difícil decidir cual era mejor, si la de Ur o la de Héctor, aunque la de Ur tenía un toque paternal realmente agradable, sin duda mi padre se hubiera llevado bien con él. Al terminar de comer, dejé a Sora con Rose y salimos al centro para comprar ropa de calidad para la reunión así como un juego de té, vajilla y un montón de cosas más, nos subimos al tranvía y llegamos al borde de la Zona Media, donde habían tiendas más finas y a buen precio. —¿Por qué tenemos que llevar nuestro propio juego de té? —pregunté cuando entramos a comprar la vajilla. —Para evitar ser envenenados—dijo Atem revisando algunas tazas. …No pues mejor llevamos esto. Le tengo más miedo a los humanos de este mundo que a las bestias. Al final le sugerí un juego de tazas muy parecidas a las de la Bella y la Bestia, simplemente porque me parecieron más bonitas, compramos una vajilla a juego y luego de regatear con el vendedor, que fue abatido por Atem, fuimos a comprar el té, decidí servir un pastel de café que estuve practicando con los chicos así que pasé mucho tiempo eligiendo el sabor adecuado para este dulce. Luego de comprar el té, entramos a una tienda de ropa y antes de darme cuenta, todos los sastres y costureros quedaron encantados con el aspecto de Atem. —¡Que guapo! —Así que esa es tu verdadera apariencia, Atem. —Pareces un príncipe. —Chicos, calma por favor—insistió nervioso antes de tomar mi mano—, necesitamos ropa para una fiesta de té, Daniel y yo somos los invitados principales, pero también debo llevar ropa para Maya, Héctor, Heloise y tela para tres personas más, ¿Nos ayudan? —¡Por supuesto! —exclamaron todos muy emocionados. Atem les entregó las medidas de los chicos y luego nos midieron, entonces los hilos, las telas y tijeras comenzaron a flotar frente a nosotros. —Veamos, ¿Cuál te gustaría de estos, guapo? —me preguntó un hombre alto y muy delgado de cabello pelirrojo entregándome un catálogo de ropa que al parecer estaba de moda en estos días. Revisé con cuidado y encontré un traje muy lindo estilo frac, pero debía escoger los colores adecuados. —Mmmm ¿Podría ser este de color marrón? —pregunté pensando en el pastel de café. —¿Marrón? —preguntó extrañado. —Dale una pluma y que vaya armándolo—sugirió Atem. Me entregaron una especie de bolígrafo de color violeta y pensé en algunas ideas para hacer el traje, de pronto la pluma se movió a través del papel cambiando de color de acuerdo a lo que quería, al final el diseño tenía un sombrero de copa marrón con una cinta alrededor y un adorno que parecía chocolate derretido en la parte superior, una camisa de botones blanca, chaleco marrón con rayas delgadas y verticales blancas, la chaqueta era blanca en los hombros pero se iba oscureciendo hasta llegar a la cintura y el pantalón era morado hasta las rodillas y cambiaba a marrón como si fuera otra cubierta. —¡Wow! ¡Es hermoso! —exclamó el hombre—, no se diga más, quédate quieto. Las telas comenzaron a rodearme, cambiando de color y tomando la forma que quería, cuando terminó, el conjunto que había imaginado estaba perfectamente terminado. —Wow no pensé que se vería tan bien—dijo Atem sorprendido—, lo compramos. —Oye chico, ¿Tienes más ideas por ahí? —me preguntó el hombre emocionado pero Atem se aclaró la garganta molesto—, Ay Atem, no te lo voy a robar. Todos rieron divertidos mientras yo me sonrojaba, pero al terminar con los trajes, pagamos y volvimos al bar. —¿Por qué no te pones el sello aquí? Estamos cerca de los médicos y Ur puede prepararte algo de comer si te sientes mal. — No, prefiero quedarme en mi propia casa y será mejor que te quedes conmigo sin Sora—dijo acomodando los trajes en un paquete para enviárselos a los chicos. Algo me dice que vamos a tener sexo para estabilizar ese sello. —Serán sólo dos días, y recuperaré mi aspecto de siempre—explicó, aunque eso me hizo sentir un poco triste—, sería sólo una ilusión, dudo que pueda cambiar mi forma…y tú deja de poner esa cara ¿Acaso no te gustaba antes? —Claro que no, eres guapo en todas tus formas—insistí y Sora rió divertido ante mi confesión. —Papá quere mucho a papá gato—rio—, yo me quido papá, vayan a jugá. Miramos a Sora que se fue corriendo entre risas, este enano estaba siendo malinfluenciado sin duda. ____ (Pv Atem) Al día siguiente fuimos a mi casa y creé un círculo mágico para ponerme un sello con forma de tobillera. Cuando terminé, sentí que mi poder se reducía lo suficiente como para estabilizarme. —¿Cómo te sientes? —preguntó Daniel. —Bien, bastante relajado—respondí—, bueno, pongámonos manos a la obra con la etiqueta y los modales, por cada cosa buena te daré un cariño especial, sino seré malo contigo. Se puso tan rojo que pensé que le iba a salir humo de las orejas, pero ahora mi apetito s****l era mucho mayor y Daniel claramente iba por el mismo camino, así que había que aprovechar. Así pasamos los dos días, aprendiendo modales, teniendo sexo, practicando magia, teniendo sexo, leyendo, teniendo sexo, y claro comiendo de todo un poco. ____ —¡Qué guapos se ven! —Hasta combinados, se nota que son pareja. Dan les sacó la lengua a los hermanos mientras yo me acomodaba el chaleco morado que había comprado a juego, los chicos aparecieron luego de que terminara de ajustar mi poder y Hel estuviera totalmente recuperada. Respondimos la carta y como supuse, confirmó nuestra cita para tres días después en una de las salas de la biblioteca, así que teníamos permiso para acceder a la Zona Media, al menos para subir al piso superior y luego de tantas preparaciones, había llegado el día. —El postre ya está listo, como es una fiesta de té en la biblioteca no podemos servir sopa, así que tendremos milanesa de pollo al vapor con verduras frescas—dijo Hel mostrando los platos de comida que preparó. El humeante pollo, recién preparado y con un delicioso aroma impregnaba la mesa, antes de que fuera cubierto por una serie de hechizos para mantener el calor y la frescura junto con las verduras, el pan y por supuesto el postre. Maya tenía un pisapapeles con varias hojas en blanco, así como una pluma mágica con tinta dentro. —Oye Atem, ¿Por qué sólo nosotros vamos a sentarnos? Ellos también son parte del grupo—se quejó Dan. —Tú eres el héroe y yo el líder del grupo, como no somos Nobles tenemos que arreglárnosla así—suspiré resignado—, Héctor ¿A quién contrataste entonces? —Llegará junto con los Leviatán—dijo sacando un reloj de bolsillo algo viejo—, ya deben estar… —sonó el timbre de entrada—, Ah mira ya llegaron, me encanta esa puntualidad inglesa. Apreté el botón y el ascensor bajó rápidamente, luego subió y salieron los hermanos Leviatán cargando mochilas, incluso Lern llevaba una bufanda negra cubriendo su cuello, cosa que me sorprendió ya que siempre se quejaba cuando lo hacían usar cualquier prenda. Pero lo que me sorprendió más fue el joven detrás de ambos, de cabello largo y ondulado, ojos grises brillantes, piel blanca, bajo y delgado con un chal azul y botas a juego hasta las rodillas, con una extraña espada en el cinto. —No es posible—dije sorprendido antes de sonreír—. ¡Alberto! —Cuanto tiempo, Atem, te ves muy bien—sonrió el chico antes de saludar a Dan—, Héroe Daniel, es un placer conocerlo, yo soy Alberto Yukine, mi espada está a su servicio. —Esto, muchas gracias—respondió Dan un poco nervioso. —Al fue atrapado en una tormenta hace unos años que lo trajo a la isla—expliqué—, antes fue parte de un ejército así que suele trabajar como cazarrecompensas o escolta, de hecho tiene ancestros de tu mundo. —¡¿De verdad?! —exclamó Dan sorprendido—, con razón se me hacía familiar esa espada, es una katana ¿cierto? Al abrió los ojos sorprendido antes de sonreír y acercarse a él. —¡Así es! Esta katana fue usada por mi bisabuela para combatir monstruos que nos atacaban constantemente—explicó muy contento. —Ay que molesto—se quejó Lern antes de mirar a Maya—, mi madre mandó estas joyas para la fiesta, como vamos a ir con gente rica dijo que trajeras esto—se quitó la mochila y sacó una bolsita de cuero que le entregó con cuidado—, dijo que pueden quedarse con las que quieran. —¡¿Eh?! ¡Pero se nota que son muy costosas! —exclamó Maya sacando unos anillos. —Es su forma de agradecer por sacar esas cajas del camino—aseguró—, no cerrar las puertas hubiera significado la muerte para muchos, así que esto no es nada para nosotros. —También dijo que podías usarlas en tu boda—susurró Asmadeus de forma burlona. —¡P-para con eso! —exclamó Lern sonrojado….¿Eh? ¿Desde cuando este tipo se sonroja? —Jaja bueno bueno, tenemos que prepararnos chicos, vamos a cambiarnos de ropa—dijo Hel con una sonrisa divertida. ___ Las chicas se cambiaron en mi cuarto y los demás en la sala, cuando estuvimos listos revisamos los últimos detalles. Hel y Al, que serían los asistentes, llevaban una chaqueta violeta oscura con detalles dorados y mangas largas ajustadas, guantes blancos y zapatos negros, ella tenía el cabello trenzado en un elegante moño y una falda negra hasta los tobillos con adornos violeta que parecían brillar con el movimiento mientras él tenía una cola de caballo y un pantalón n***o con morado. Héctor y Lern llevaba un conjunto militar morado oscuro con un cinturón blanco y gorra a juego, Hec llevaba pantalón del mismo color, zapatos negros y una chaqueta con bordes blancos mientras que el chico serpiente tenía el cabello recogido con una cola de cabello y la chaqueta cubriendo su uniforme. —En serio, la ropa es molesta—gruñó Lern. —Te prometo que te pagaré por las molestias—aseguré. —Ya te dije que no vamos a recibir pago, lo hacemos por nuestro pueblo—aseguró desviando la mirada. —Creo que es la primera vez que me arreglo tanto—susurró Asmodeus mirándose al espejo de la sala. Su cabello n***o estaba bien peinado hacia atrás, llevaba un chal morado claro que le llegaba hasta el estómago y una capa más oscura encima. —¿Se me ve bien el cabello? —preguntó Maya mirándose en el espejo. Se había recogido el cabello en un semi moño y sus rizos caían suavemente en su lado izquierdo, llevaba un chaleco morado, pantalones negros y zapatos a juego con una capa violeta encima. Decidimos que lo mejor sería llevar un color similar y Dan destacaría al ser el que tuviera uno diferente, pero la combinación de trajes nos daba un aspecto formal y elegante que me gustó mucho. —El carruaje nos esperará en la entrada del pueblo, así que vamos—dije revisando la hora. —Tengo una idea—dijo Al sonriendo. Sonreí sabiendo lo que ese chico haría, conocía magia muy extraña que ninguna persona en la isla podía imitar, así que le di mi permiso. Bajamos en el ascensor y cuando estuvimos todos, sacó su espada la levantó, pronunció un hechizo y de pronto todos nos elevamos en el aire. —¡Wuahhh! ¡E-estamos volando! —exclamó Dan. —En realidad, estamos en contra de la gravedad—rió Al antes de moverse y todos nos movimos con él—, esto nos ahorrará tiempo y evitaremos ensuciarnos. Dan estaba muy emocionado, lo que me hizo reír. Cuando llegamos al cruce aterrizamos y caminamos hacia la entrada, donde nos esperaban dos carruajes; Al, Daniel y Hel subieron al primero con la comida y el té, Héctor se acomodó junto con el cochero mientras Lern se subía al segundo con Asmodeus, Maya y yo junto con la vajilla. Los carruajes se movieron rápidamente por la calle principal, el frío se estaba haciendo más intenso por lo que seguramente pronto comenzaría a nevar, fue una buena idea tener esta reunión antes. Cuando llegamos a la entrada de la Zona Media, un soldado se acercó al primer carruaje, Héctor sacó la invitación y la revisaron varias veces antes de dejarnos entrar. —Por los Dioses, sólo vamos unos metros de distancia de la puerta—se quejó Maya una vez que bajamos de los carruajes. —Considerando que unas bestias van a entrar a su precioso y pulido suelo, no me sorprende esa actitud—se quejó Lern, a lo que ella suspiró resignada. El edificio de la biblioteca era mucho más elegante que el de la sección baja, con estatuas de lechuzas con las alas abiertas, varias fuentes de marfil en el camino de entrada y una puerta de madera muy barnizada con el mensaje de no destruir ni robar los libros en letras doradas. Entramos a la sección Noble de la biblioteca y una lechuza blanca con capa nos recibió. —Bienvenidos, es un placer verlos aquí—saludó la lechuza—, Señor Daniel, me alegra tenerlo aquí nuevamente. —Muchas gracias Snow—sonrió Dan—, ¿Puedes decirnos dónde está la sala de té, por favor? —Por supuesto, por favor usen los carritos de comida—señaló con su ala una puerta sencilla que decía Almacén. Al abrió la puerta y sacó un carrito con dos plataformas de madera que estaba totalmente reluciente y libres de polvo, colocamos la comida y la vajilla encima con cuidado. —Síganme por favor—dijo mientras su capa desaparecía y abría sus alas para volar tranquilamente por el pasillo. El carrito no hizo ningún ruido mientras lo llevábamos, de hecho me sorprendió que no se escuchara ningún otro ruido además del aleteo de las alas de las lechuzas y nuestros propios pasos. —¿Hoy no hay mucha gente? —pregunté extrañado. —Ya que el invierno está tan cerca, la gente que necesitaba libros los pidió con tiempo debido a que no podrán salir de casa los primeros días de frío—explicó Snow—, además en esta sección no suelen venir muchas personas, sólo piden los libros y regresan a sus casas. —Ahora que lo pienso, casi nunca vi gente por aquí—meditó Dan. —No se preocupen, este es un lugar sagrado, si alguien intenta hacerles daño, sufrirá un terrible castigo—aseguró Snow—, las salas de té son para abrir caminos y buenas relaciones por lo que no dejaremos que nadie dañe este recinto con engaños. Su voz sonaba tan seria que me sorprendió bastante, al menos teníamos un pequeño aliado en caso de problemas. —Es aquí, adelante por favor—dijo deteniéndose en el aire frente a una elegante puerta de madera blanca. Esta se abrió mostrando un hermoso cuarto blanco con un techo estrellado, un suelo tan blanco que se reflejaba todo, del lado derecho había una enorme mesa de madera redonda con sillas lujosas con una pequeña cocina y fregadero, del lado izquierdo habían dos muebles blancos de tres plazas cada uno colocados frente a frente con una mesita ovalada en el medio. —Cualquier cosa que necesiten, mis hijos les ayudarán—dijo Snow antes de irse. —Vamos Heloise—dijo Al con una expresión seria. —De acuerdo, Alberto—respondió con la misma seriedad. El chico lanzó una serie de hechizos para detectar peligro o veneno, así como polvo o suciedad, luego ayudó a Hel a servir la mesa mientras Maya y Asmodeus se sentaban en el sofá preparando sus papeles, Héctor y Lern se pusieron a ambos lados de la puerta atentos a cualquier sonido y hablando entre ellos. —E-esto me está poniendo nervioso—susurró Dan así que le tomé la mano para tranquilizarlo. —Como dijo Snow, este lugar es sagrado, así que no creo que sean tan tontos como para atacarnos—dije para animarlo aunque una parte de mí estaba igual que él—, además tenemos un equipo muy fuerte, no te preocupes. Asintió un poco más tranquilo y Hel nos invitó a sentarnos una vez que la mesa estuvo puesta. Entonces se escuchó el sonido de una campana. —Llegaron—dije seriamente. Maya y Asmodeus se colocaron detrás de mí y de Dan respectivamente, Al y Hel se quedaron al final, Hector miró a Lern y ambos asintieron antes de abrir la puerta. Tomé la mano de Dan y ambos nos preparamos para lo que sea que se nos viniera encima. ____ (Pv Albao) —Todo está listo. —De acuerdo, vamos entonces. Emily y Hermes asintieron antes de dirigirse a la puerta de nuestra habitación, ayer salimos del Palacio y nos quedamos en un hotel de la Zona Media, no había mucha gente ya que pocos querrían salir de sus casas con este frío y todo apuntada a que nevaría en cualquier momento. Al final, conseguí a dos asistentes de confianza como para acompañarnos, eran de familias nobles pero sin muchos recursos, por lo que la gente solía menospreciarlos, incluso su magia era bastante débil, por lo que cuando les dije que les pagaría bien por acompañarme se emocionaron y juraron que nada de lo que escucharían saldría de sus bocas. Emily consiguió a un soldado que no le importaba hacer lo que sea por unas cervezas, así que mientras vigilara la puerta no habría problema, por desgracia no conseguí otro erudito...bueno, hasta esta noche. —Felicia, tienes prohibido hablar durante la junta y si te digo que te salgas de la habitación, lo harás—le advertí revisando que mi lira estuviera bien ajustada—. Te acepté porque no conseguí a nadie más, pero no quiero que causes problemas. —Como ordene, Alteza—dijo incómoda, no le había hecho ninguna gracia, pero de alguna forma descubrió que vendríamos a este hotel y me pidió llevarla con nosotros—. ¿Podría al menos decirme qué es lo que quiere lograr con esta reunión? Dudo mucho que Risha esté presente. —Tampoco lo creo, pero quiero conocer al héroe y saber cuales son sus planes—expliqué—. Me temo que tal vez estén incómodos cuando te vean, así que quiero que les asegures que no les molestaras. —Como diga—suspiró frustrada. —Ya estamos listos—dijo Hermes regresando con nosotros luego de que subieran las cosas al carruaje. Él y Felicia llevaban túnicas negras hasta debajo de las rodillas con bordados verdes y adornos de notas musicales, pantalones a cuadros negros, chaleco a juego, camisa blanca y corbata verde clara. Los asistentes llevaban un pantalón verde esmeralda, zapatos blancos, chaleco verde y camisa blanca de mangas largas mientras que Emily y el otro guardia llevaban un uniforme verde con peto de acero plateado y el cabello recogido. Ya eso daría una buena presentación para hoy, así que aunque haya un poco de tensión con Felicia, esperaba que todo salga bien con este trato. Fuimos a los carruajes y me subí al segundo junto con Felicia y Hermes mientras Emily se subía al primero junto con el cochero, cuando todos estuvimos listos los carruajes se movieron y se dirigieron a la biblioteca. —Alteza ¿Qué planea hacer realmente con el héroe?—preguntó Felicia inquieta. —Lo siento, pero no puedo decirte—dije mirando por la ventana. —...¿Planea formar una revolución contra el Rey?—preguntó nerviosa. —Felicia, tal vez lo mejor será que uses esto—dijo Hermes dándole un anillo de color rojo. Ella se sorprendió antes de mirarme, se trataba de un anillo sellador que al colocarlo, la persona no podría decir a nadie lo que la otra persona le ordene incluso cuando se quite el anillo, era una especie de contrato de lealtad momentáneo que podría evitar traiciones entre ambos. —La verdad estás siendo muy molesta y lo que hablaremos no es algo que la gente del Templo deba saber, así que mejor usa esto o bájate del carruaje—dijo Hermes seriamente y muy molesto. —¡Sólo quiero saber lo que ocurre!—exclamó antes de bajar la mirada frotándose las manos nerviosa—. Escuchen, ya he perdido el respeto de todos como heroína, todos me han dejado de lado y quería ser de ayuda, pero...—sacudió la cabeza antes de mirarlo—. Quiero recuperar un poco de mi vida anterior, no es como si pudiera regresar a mi mundo, así que estoy atrapada aquí. Admito que me sorprendió ese gesto, parecía que al fin estaba siendo sincera. —Dudo mucho que obtengas algo en el Templo—dijo Hermes—. Esas mujeres sólo te están usando, no te aprecian en realidad, por hoy te daremos esto, pero mañana deberás pensar en lo que escuches y lo que quieres hacer de ahora en adelante. —¿Lo que quiero...hacer? Hermes asintió y se lo entregó. —Por hoy sólo escucha, date cuenta de lo que pasa en realidad y mañana piensa si lo que haces ahora te llevará a lo que realmente quieres—comentó—. Es todo lo que te puedo decir. Ella miró el anillo y se lo puso, este brilló levemente y no dijo nada más, pese a todo lo irritante que puede ser cuando empieza con su homofobia, tan vez deberíamos dejar que se de cuenta de lo que pasa en realidad en este reino. Llegamos a la biblioteca y Emily me acompañó a la puerta para abrirla mientras los asistentes bajaban todo. —Bienvenidos, Alteza, sus invitados acaban de llegar—nos saludó Snow. —Gracias, Snow—le dije a la lechuza. —Por favor tomen el otro carrito para sus cosas—señaló el pequeño almacén—. Les deseo una excelente estadía y que la relación entre ambos sea fructífero. —Muchas gracias—dijimos todos cuando estuvimos dentro. Los asistentes acomodaron todo en el carrito y Snow nos guió hacia la Sala de Té, hoy daré el primer paso para ayudar a la isla, aunque me ponga en contra de mi familia, cambiaré todo por el bien de los más débiles.
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