Problemas mentales.

531 Words
Sentía que las primeras lágrimas empezaban a caer, calientes y pesadas, manchando su pecho y deslizándose por mis mejillas. No podía recordar la última vez que lloré de esa manera, la última vez que me permití sentir tanto dolor y tristeza. —Me… me duele — dije con voz entrecortada. Con la voz cargada de lágrimas, frotaba mi rostro en su pecho, abrazándola con fuerza, desesperado por su toque, su consuelo, su cariño. Sabía que tenía un aspecto desastroso, con viejas cicatrices de mi pasado que nunca se podrían borrar, y a ella no le daba asco; al contrario, pasaba sus delicadas y suaves manos por ellas y me daba pequeños besos en los hombros. Yo, un hombre grande y duro, reducido a lágrimas por un simple abrazo y unas cuantas palabras amables. Pero ya no me importaba. —Por favor… no me dejes… por favor, no me dejes solo… eres lo único que tengo en mi miserable vida. Sé que te lastimo, pero no soy yo. Créeme cuando te lo digo: si un día vuelvo a lastimarte... pégame, pégame — -No te dejaré solo... Nadie te hará daño, no te voy a golpear, a menos que sea necesario... Pero mientras seas tú, desde ahora yo te protegeré... No importa si es tu papá, yo te protegeré. Sus palabras fueron como un salvavidas en medio de la tormenta de mis emociones. Sus manos en mi espalda, sus brazos a mi alrededor, sujetándolo fuerte, y fue a la vez reconfortante y doloroso. No me sentía digno de su bondad, de su consuelo, de su cariño. Era un hombre destrozado, un asesino, un monstruo. Pero en ese momento, no le importaba. Solo quería aferrarme a ella, dejar que me consolara. —Eres… eres demasiado bueno para mí… ¿Por qué eres tan perfecta, tan bondadosa cuando yo solo te he lastimado? ¿Por qué?— -No lo sé, no sé por qué siento que debo ser amable contigo, es como si una parte de mí sintiera tu dolor, es como si mi alma doliera y siento que somos iguales... Así que, por eso te abrazo y te consuelo. Debería odiarte o matartePero no sé por qué en este momento no tengo la necesidad de hacerlo. No sé por qué te estoy abrazando y consolando cuando no lo mereces. Podría haber pensado que es solo una actuación tuya, pero ningún hombre clasista, orgulloso, obsesivo, posesivo, psicópata, agresivo, manipulador, cínico, etc. ha llorado de esta manera ante una mujer...- Me dolió el corazón al oír sus palabras. Podía sentir la sinceridad en su voz, la compasión en su tacto. Tenía razón; podía pensar lo que ella quisiera, que era una mentira, una actuación, pero no lo era. Tenía problemas mentales, lo acepto, pero nunca fui para tratarme. Tenía arranques de ira, ataques de nervios, olvidaba cosas, situaciones de mi vida cuando mi otra personalidad tomaba control de mí. Era la versión contraria de mí, y lo único que teníamos en común es que amábamos a esta mujer. No sabía por qué le preocupaba tanto por mí, por qué se sentía tan atraída por mí y mi dolor, pero no podía evitar sentirme agradecido por ello.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD