El no es un niño.

526 Words
Demian le lanza una mirada fría. Era evidente que no le hizo gracia su interrogatorio a esa mujer. —No espero que lo entiendas... Esta es mi vida y la viviré como me plazca. He encontrado una mujer que me complementa en todos los sentidos. Es fuerte, independiente y leal a mí. Y pronto será la madre de mis hijos... Eso es todo lo que necesitas saber— Eso no le gustó para nada; su cara lo decía todo. No le agradaba que dijera eso; era una mezcla de duda y molestia.—Y tú, mujer, ¿qué te hace pensar que eres digna de estar con mi hermano? ¿Qué aportas a la familia, aparte de una cara bonita y un cuerpo para satisfacer sus necesidades?— Con que quería menospreciarme, pensaba que podía intimidarme con esa mirada y esa mueca de desagrado. Me solté del agarre de Demian y lentamente caminé alrededor de la mesa, pasando al lado de los socios y familiares. Cada mirada se posó en mí, y más la de ese hombre que estaba al lado de Lucas, que no dejaba de verme de arriba abajo Al estar enfrente de esa mujer, no le quité la mirada de encima; la mirada siempre fija, como dos fieras a punto de pelearse. Un silencio estuvo presente por varios minutos.- ¿Y por qué no es al revés? ¿Que tu hermano es digno de mí y de esta familia? - Se burló de mi respuesta con expresión incrédula. Sus ojos brillaban de malicia, soltó una risa y se cruzó de brazos.- ¿Te atreves a cuestionar el valor de mi hermano? Él es un hombre poderoso, un líder de nuestra familia. Tiene el respeto y la lealtad de muchos aquí. Tú eres solo una mujer. ¿Qué puedes aportar que él pueda necesitar o querer? - Ahí está, ella misma reconoció que él era el líder y que muchos lo respetaban.- ¿Vez? Tú misma lo aceptaste, él es un gran líder y un poderoso hombre, entonces...¿Por qué retas a tu líder por sus decisiones y contradices sus órdenes? - Entrecerro los ojos y aprieto la mandíbula con rabia. Se le notaba que no está acostumbrada a que la desafiaran, especialmente una desconocida. El resto de los miembros de la familia y socios observaban, claramente incómodos con la tensión que se respira en el aire. Demian, desde su lugar, observa con gran interés cómo se desarrolla la situación. —¡No te atrevas a hablarme con un tono tan insolente! Soy la hermana mayor de Demian y tengo todo el derecho a cuestionar las decisiones y órdenes de mi hermano. Me preocupo por esta familia y el negocio; simplemente quiero asegurarme de que esté tomando las decisiones correctas-. —Está en lo correcto. Es su hermano, pero él no es un niño y por eso su padre le dio el cargo de líder. Porque sabía que él tomaba buenas decisiones. Si no era así, entonces, ¿para qué darle el mando y responsabilidades a él? Si no fuera el caso, a usted se lo hubiera dado, pero no fue así. —
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