Dos Almas Oscuros

Una cita.

SCARLETT

Este tipo, su mirada era lasciva y lujuriosa; no le daba vergüenza mirarme de esa manera delante de Demian, cosa que a él no le estaba gustando. Estaba por decir algo cuando su hermana llegó a interrumpir. - Aquí estás, hermanito... Te necesitamos un momento. -

Esa mujer tomó el brazo de Demian y lo alejó de mí. En su rostro mostraba malicia y una sonrisa engreída; algo no andaba bien. Incluso su primo se unió a ella, llevándolo lejos y dejándome sola con ese hombre, el cual sonreía ampliamente. - ¿Qué le parece, madam, si matamos el tiempo con una charla entre nosotros? -

Este hombre me daba mala espina, pero iba a averiguar sus intenciones. - Bien... ¿Y de qué quiere hablar? -

Me hizo una seña cortésmente para ir a una mesa, un poco lejos de la multitud. Tal vez era una trampa; querían que me vieran con un hombre y me acusaran de ser una mujerzuela. - Le prometo que nadie hablará mal de usted, señora Férrea... Además, soy conocido por la familia de su esposo; mi padre es socio con su suegro. -

Sea como sea, tenía un mal presentimiento. Por un momento lo pensé, analicé mi entorno y vi una mesa perfecta y a la vista de todos. - Bien... Vamos, sígame. -

Mantuve una distancia prudente, pero caminando sin prisa alguna y, ante todo, con elegancia. Al llegar a la mesa, James me ayudó con la silla y luego se sentó él. Mantenía una sonrisa viéndome fijamente y era incómodo. - Y bien... ¿Va a estar viéndome de esa manera o qué? -

Soltó una risa y, aun así, siguió mirándome de arriba a abajo y luego mi rostro. - No tengo la culpa de que una mujer tan hermosa esté frente a mí; no puedo evitarlo. -

Puse los ojos en blanco y solté un bufido de irritación; me crucé de brazos. - De esto quería hablar conmigo... Veo que esto no está llegando a nada, mejor me voy a buscar a Demian. -

Qué pérdida de tiempo fue esto; me daba sueño andar soportando este tipo de hombres. Al verme, que me levanté, James me tomó del brazo, deteniéndome. - Espera, perdón... No fue mi intención hacerte sentir incómoda... Verás, yo... No puedo sacarte de mi cabeza, solo pienso en ti... Más ahora, no puedo evitar ver que eres hermosa y que tienes un buen cuerpo. Con todo el respeto que te debo, me gustaría, en el transcurso de la noche, tener una cita de algún tipo contigo, con tu consentimiento. -

Este sí tenía huevos para declararse de esa manera tan directa; no tenía miedo de cómo reaccionaría Demian si lo escuchara.Tiré de mi brazo discretamente, pero él no la soltó. -Lo siento, señor, pero como sabe, soy esposa de Demian y, como mujer casada, no puedo salir con otros hombres, ni mucho menos tener una cita.....Espero que entienda.-

Su mirada se oscureció; era como si sus verdaderas intenciones estuvieran por salir. -No, no me malinterprete. Simplemente es una cita de algún tipo, no tiene que ser romántica... del que tú quieras. Es para hablar en el transcurso de la noche de.... negocios, ya que lo único que me interesa es hablar contigo sobre uno o dos temas, y creo que puedo hacerte una buena propuesta respecto a un asunto.-