—¿Me podrías decir qué pasó entre ustedes dos, mientras estaban aquí encerrados? —pregunta cruzándose de brazos y mirando todo a su alrededor.
—Nada que te interese madre —digo dándome la vuelta. Debo arreglar el paquete. Sorbo mi nariz para simular que cualquier otra cosa.
—Siempre tan tosco. Si lo pregunto es porque me interesa —dice dando un paso adelante.
—Recuerda que en esta casa mando yo, quién hace las preguntas aquí soy yo y no tengo que estar por debajo de nadie —digo caminando hasta mi escritorio.
—Pues lamento decirte que soy tu madre y tus órdenes no me interesan en lo más mínimo —dice mirándote de pies a cabeza antes de salir dando un portazo.
Si algo tiene mi madre es que es muy costillas, todo lo quiere saber, en todo quiere meter las narices. Pero no hay de otra, es m
