Al menos pudo distraer a Charlotte del ridículo que hizo con respecto al reclamo de que esperaba un bebé. Propinarle un orgasmo ayudo mucho a que ella no volviera a preguntar sobre ese tema. Estaba tan furioso al creer que ella había sido tan tonta al dejarse embarazar por el novio. No es que pensara que un hijo era algo malo, pero… la niega mientras regresa a su recámara. Lo mejor era no pensar más en eso… El CEO se tumba en la cama soltando el aliento, mira de soslayo su enorme erección y regresa la vista al techo. En ese momento recordó la tibieza del interior de Charlotte, levanta la mano que la masturbo y rememora los minutos anteriores. —Demonios, eso sí que me gusto —sonríe. Charlotte le gustaba mucho, no se imaginó que esa mujer le fuese a gustar tanto así. La deseaba, anhelab

