La fiesta estaba genial, Sabrina había llegado unos quince minutos después de nosotras, al parecer ella ya había estado preparada porque la invitaron a una cita y la cancelaron a último momento
Sean era un problema que no quería resolver, ni ahora ni nunca, no me hablaba ni yo a el
Que le den
Eso.
Las cerbezas pasaban como agua, y yo, que no me gustaban para nada esas cosas, bebía un poquito de más a veces
Mientras bailabamos Sabrina y dos chicos más, no perdimos el tiempo y nos enredamos con ellos
—Deberías darme tu número — dijo el chico después de besarme
Me había dicho su nombre pero ya lo había olvidado, así me interesaban las personas
Lo último que le darás es una buena chupada linda
—Claro — No se lo daré
Sonrió y volvió a besarme
—Acompañame al baño Miri — dijo Sabrina a mi lado
La mire
Lindo apodo
La parto en dos
—Vamos — la tome del brazo sin cuidado y la aleje —Deja de usar ese apodo ridículo en mi
—Oh... pero si es muy lindo Miri
Miri venía de Mirandah, mi segundo nombre
París Mirandah Johnson Peich
Solía usar el París Peich como mi nombre más común, Johnson lo usaba sólo cuando me convenía, o para ganar dinero, o para que me tengan respeto por ser hija del más grande empresario Juan Miguel Johnson, rico y poderoso
Alicia Peich Johnson era mi madre, de ahí el apellido Peich como ven
—Ya deja de usarlo, Gape — dije con una sonrisa
Al igual que yo, ella tenía un apodo, peor que el mío si, y también hiba por su segundo nombre
Ágape
Horrible si, aveces nos burlabamos de la imaginación de nuestros padres por nuestros segundos nombres, ¿que les pasaba por la cabeza? eran horribles
Ella me fulminó con la mirada y se quedo sería
—Bien, yo no lo digo más y tu tampoco — dijo ella
—Trató
Seguimos caminando hasta el baño, ella entró y yo la espere en la puerta, mirando hacia las personas bailando y bebiendo
Sentí que una mano tomaba mi muñeca con un poco de brusquedad y me jalaba, no pude definir de quien era la fijura, se que era un chico, estábamos a oscuras y me llevo por un pasillo que tenía puertas, abrió una y paso arrastrandome con el, yo sólo le decía que me soltara, no sabía quien era y tenía miedo, ¿y si...?
—Ven aquí — dijo, reconocí su vos
—Maldita sea Sean, sueltame
Intenté safar mi mano pero el apretó el agarre, me tiró sobre algo que suponía era un colchón, me soltó y lo escuché caminar por el lugar, se escucho como cerraba la puerta con llave y me alarme
—Sean ¿que haces?
Las luces se encendieron mostrando una habitación
—¿Donde estamos?
El no dijo nada, se acercó y tomó mi nuca acercandome
—Te puedo asegurar que se, que ese chico no te besa como lo haría yo
Sin dejarme responder unió nuestros labios
Durante unos segundos me quedé quieta, sin saber que hacer o como reaccionar
Mi cuerpo decidió tomar el control de mi y seguir con el beso
Amalo y desealo de la misma forma que el te desea y ama a ti ahora...
Mis manos subieron a su cabello y mis dedos se enredaron en ellos, sentí sus manos en la parte baja de mi espalda
Sin darme cuenta terminamos sobre la cama, el estaba sobre mi, una de sus manos estaba sobre mi muslo, nos besabamos con desesperación, como si necesitaríamos todo tanto fuera como dentro del otro
Sentí como Sean bajaba la tensión y se separaba de mi, lo mire esperando algo, nose que, el solo me miraba desde arriba, nuestros pechos subian y bajaban por nuestras respiraciones agitadas
—¿Qué? — pregunté
El no respondió hasta unos segundos después
—Debo... irme
Se levantó y yo atrás de el
—Espera, ¿hice algo mal? — pregunté
Era una novata en esas cosas, así que no sabía si había echo algo mal o nose
Siguió caminando hacia la puerta
—Sean, por favor, si hice algo mal dímelo
El freno de golpe y me miro, serio
—No aquí París, no así, es... diferente contigo ¿si?
¿Qué?
—¿Qué... es diferente?
—Lo siento París, debo irme
Salio de la habitación dejándome sola
Tras unos minutos pensando decidí que quería irme y no volver a verlo jamás, si antes quería un poco de su atención ya no, lo dejaría en paz y el ami
Camine por entre la gente tratando de ignorarlos hasta por lo menos encontrar a Sabrina y Natalia
Las busque por cada rincón pero nada
Salí afuera, les escribiría y caminaria sola hasta casa, ni siquiera tenía para un taxi porque había dejado la plata en mi mueble, y no tenía a nadie para que me buscará, yo contaba con las chicas
Natalia: Iré a casa ahora, llámame cuando llegues
Sabrina Mj: Regresa a casa con Natalia cualquier cosa, yo ya me fío, adiós
Guarde el celular y seguí caminando por la acera
Caminar sola y en la oscuridad si que daba miedo, no había nadie en las calles y tampoco habían calles
El lugar perfecto para que te secuestren
Si, calla
Llevaba por lo menos cinco minutos caminando y aun se escuchaba el ruido de la música super alta
Algunos autos pasaban, escuché a uno venir hacia, volte, era uno de color n***o y grande, un Audi
El auto hiba frenando hasta quedar a mi lado
—Sube — Me dijo, serio
—No, gracias
—Vamos, sube París, te puede pasar algo si sigues caminando, además, no creo que esos tacones te ayuden mucho
Mierda, tenía razón, estos tacones me estaban matando
—No quiero ir en un mismo auto que tu, Sean
—No seas orgullosa y sube
—No
—París...
—No
—No me hagas tomar medidas drásticas
—Me da igual, no quiero
—Como quieras
El auto avanzó, respire hondo, con suerte me dejaría en paz por ser noche, o no
Freno el auto a unos dos metros de mi y bajo avanzando hacia mi, me quede quieta
—¿Qué estás...?
No pude terminar que me alzó en sus brazos sorprendiendome
—¡Sean! ¡bajame ya!
—Te dije que si no me hacías caso tomaría medidas drásticas
—Mierda Sean ¡que me bajes!
—Como órdenes
Me soltó sobre algo algo duro y a la vez suave, el maldito asiento de copiloto, traté de bajarme pero el me empujó y en un movimiento rápido me puso el cinturón de seguridad, dejándome atrapada
Lo disfrutas lo se
¡No! ¡por supuesto que no!
Cerró la puerta y avanzó rápidamente por delante del auto sentándose a mi lado
—No me voy a ir contigo
—Estas en el coche ya, ahora calla y ponte cómoda
Suspire, en realidad... si lo disfrutaba
El camino si había resultado ser largo, ambos estábamos callados, no sabía que decir, y tampoco quería tocar el tema de lo que paso
Cuando llegue a casa baje del coche
—Ah, bueno... gracias, adiós — dije, tímida
—Lo siento, adiós
El se fue y ya entre a casa
La soledad que siempre había en esta me dio la bienvenida
Nunca te importó como me sentía, sólo te fuiste