Amor y hielo

Desde que nacemos todo es una competencia, es un ciclo imparable y asfixiante para no quedarse atrás, Llamando así la atención de todos y ser siempre la estrella, o eso es lo que pensé. Bueno recorrí un largo camino para llegar donde hoy estoy, Faltaba un día para las clasificatorias de esquí y me encontraba frente a mi rival de toda la vida, mi hermano. Muchos se preguntarán, ¿qué deporte estoy haciendo? Pues les explicaré brevemente a medida que cuente mi historia Mi nombre es Jacob García.... soy el último de cuatro hermanos. tengo cabello n***o algo crespo, ojos negros, nariz no muy pronunciada, mirada sería y de ascendencia Latina. Nuestros padres eran deportistas truncados que llegaron hasta las olimpiadas de hielo. Estos son deportes que se hacen en invierno, y no son tan famosos como los Olímpicos porque no en todos los países se práctica. Volviendo con el tema de mis padres. Ellos nunca ganaron nada más que aplausos por su participación. Mi madre era patinadora artística, y mi padre esquiador, ambos nos metieron en su locura por el deporte y para ganar un oro algún día, pero sus dos primeros hijos se rindieron. Ellos se dedicaron mejor a su vida, pero mi hermano y yo, eramos gemelos, así que por nacimiento ya éramos rivales. Sentíamos ese instinto de competencia hacia el otro, era inevitable que uno de nosotros llamara la atención de nuestros padres, aunque siempre decian querer a sus hijos por igual, no es así. Ellos amaban más a mi hermano Roberto que a todos nosotros. El desde los ocho años, empezó a resaltar entre todos los niños de colegio, y tomo la iniciativa de montar patineta sin ninguna protección, dispuesto a golpearse o romperse un brazo con tal de aprender. Mi padre le ofreció empezar a esquiar. Incluso se iba días con él, a las montañas para que aprendiera. Mi mamá le siguió la locura y le dedicó más tiempo a el que a todos. Así pasaron los años. Hasta que cumplimos los 17, él ya tenía un montón de medallas y trofeos, era famoso en toda la ciudad, y tan solo faltaban 3 años para las próximas olimpiadas. Mis padres estaban orgullosos por eso, no se cambian de la dicha. Toda la familia tenía las mismas características físicas, el cabello n***o, y ojos negros, rostro era redondo, barbilla y nariz algo fina y un lunar el la espalda por parte de mi padre. Yo era el más flaco de todos en ese momento. Poco a poco fuimos haciéndonos un poco más acuerpados. Sobre todo él, porque yo seguía algo delgado y utilice gafas por un tiempo. Esto era realmente fastidioso, parecía como si yo no existiera. Bueno en ese momento, mis otros hermanos ya no vivían más con nosotros y solo quedábamos él y yo. Jamás les manifesté mis molestias por lo que hacían. Hasta que un día el vaso reboso la copa. En la escuela donde íbamos ese momento, Robert me quito mi novia, y ella solo de acercó a mí, para llegar a él. Todo sucedió en medio del pasillo de la escuela. Frente a la mirada de todos nuestros compañeros de clase, todos se sentían incómodos ante la escena, ella era mi compañera de salón y mi hermano estaba en otro. Cuando lo vi solo me deje llevar por mi instinto, por la rabia lo golpeé en la cara. Él también me respondió y me devolvió el golpe, pero el cometió una b********d contra mí, le quito un objeto metálico a alguien que pasaba por allí y me pegó con eso. Sentí un dolor tremendo en la cara, me tomé el rostro y de inmediato empecé a sangrar, ante la mirada atónita de todos las personas que se encontraban en ese lugar Él se fue dejándome en el pasillo, con el rostro lleno a sangre. [...] Estuve en el hospital por una semana, ya que el golpe me afectó la mandibula y me fastidiaba un poco mover el rostro. Mis padres me echaron la culpa de todo, siempre defendían a Robert y me señalaban a mí de impulsivo. La cicatriz que él me había dejado tardaría años en desaparecer. Desde ese momento, empecé a utilizar gorra y gafas para evitar que la gente notará lo que me había sucedido. Tome la decisión de irme de mi casa y buscar la ayuda de mi hermana mayor. Empecé a empacar maletas de un momento a otro y Roberto me vio. -¿Enserio te vas?-Me pregunto él. -Si, me aburro de ser el invisible de la familia, voy a buscar mi propio camino. -Eres estúpido, ¿solo por una chica te pones así? bueno entonces terminare con ella. Como lo suponía a él no le interesaba mi novia, y solo la acepto para molestarme. -Mejor quédatela, hay muchas en el mundo, no me voy a morir por ella–le respondí. -Jacob, que en serio, ¿vas a dejar la casa así no más? -Robert, tú casi me desfiguraste la cara, y mis padres te dan la razón a ti, lo mejor es que me vaya. El al ver que yo me moleste, me tomo de la camisa y me arrinconó. -No te vas a ir, tendrás que esperar a que nuestros padres lleguen. Me volvía a enojar otra vez, siempre sentia que la pelea que tenía era de tres contra uno. Con mucha más fuerza lo tomé de la camisa y le dije. -Bastardo, ¿quien te crees?. Tú has hecho mi vida una basura, todos me confunden contigo, ¿como crees que siento cuando me dicen el hermano de Robert.?.Desde hoy entrenare para que tú seas el maldito segundón de esta familia. Te voy a quitar la gloria que más has anhelado todos estos años. Él se río y me dijo. -¿En serio? tu ni siquiera eres capaz de montar una simple patineta, ¿crees que podrás bajar de una montaña como yo? -Ya verás, lo haré. Quise devolverle el golpe que me dio. Y tome uno de los libros de colegio y lo golpeé con el directamente en la nariz. Y me fui de la casa, con las maletas medio llenas. Estaba amuy enojado por los comentarios de mi hermano. Era tanto mi rabia que me fui caminando con ese sol. Solo agaché la cabeza para que nadie viera mi cicatriz. Cuando me cansé tome un taxi y me fui hacia al aeropuerto cómo si nada Al llegar al allí tome el viaje hacia Austria, donde vivía mi hermana, las manos me temblaban por la decisión que estaba tomando, iba dejarlo todo, por envidia a mi propio hermano, pero que más daba, ya estaba allí, y no existía poder humano que me hiciera desistir.