Cuestión de Tiempo

Capítulo 2

¿La vida se sintió así de mísera siempre?

Siempre me hacía esa pregunta todas las mañanas en cuanto despertaba.

Me sentía vacío por dentro y un mar de pensamientos se apoderaban de mi mente. ¿Mis padres se divorciaron por culpa mía? ¿Todo lo malo que pasaba era culpa mía?

Era inevitable no pensar en eso. Tal vez mi padre tenía razón y todo lo que pasaba era culpa mía, yo llevaba desgracias a donde fuera que iba.

¿Por que era así? ¿Era un castigo acaso? ¿Mi mal comportamiento del pasado me había cobrado factura ahora?

Entonces, cuando esté sentimiento me atacaba, todo lo que había construido, se desmoronaba de la nada. Me hacía volver a la dura realidad y la cuestión de tiempo se escapaba por mis dedos.

En esos días no había nada que me hiciera poner un pie fuera de la cama. No había forma que yo llevara un bocado de comida a mi boca. No había nadie que lograra sacarme del hoyo en el que me hundía lentamente.

Realmente este mal sentimiento no se iría con nada, mi mala suerte solo llevaba desgracias a los demás y lo averigüé cuando mis padres se divorciaron. Si yo no hubiera dicho que era un chico, si yo me lo hubiera guardado por más tiempo, todo sería mejor tal vez.

Yo sabía que debía dejar de pensar en eso, pero realmente había mucho que pensar y yo sabía que debía eliminar esos malos pensamientos o sino ellos me consumirían, pero era algo que venía a mí de la nada.

Mi madre trataba de animarme, pero yo sentía que solo era una carga innecesaria para ella. Tenía miedo a la muerte, así que jamás intenté hacer algo tan vil como él suicidio.

Solo debía desconectarme con el exterior por un par de días. Llenar mi cuerpo de energía positiva y continuar. Solo había una vida y debía vivirla al máximo, eso era lo que mi padre solía decir siempre.

—Levántate— Thomas entró a la habitación, como siempre sin mi consentimiento.

Había dos personas que me mantenían con vida. La primera era mi madre y la segunda era mi mejor amigo Thomas.

—No lo haré, déjame disfrutar mi sufrimiento— alegué desde la cama.

—No— dijo él y caminó hasta mi cama, arrebató las cobijas de mi cuerpo y me levantó a la fuerza —Tu y yo iremos a un lugar que seguramente te va a gustar.

Me dejo de pie y yo me aventé a la cama de nuevo —No lo creo— tomé la manta y volví a cubrirme.

—Si, créeme que será lo mejor de lo mejor— se acercó a mi guardarropa —Es un secreto, así que ponte esto— sacó de entre la ropa un conjunto deportivo.

—No iré a correr contigo nuevamente— lo miré.

—No lo harás, será mejor, créeme— me dio una sonrisa.

—No quiero— me cubrí con la manta por completo, así él dejaría de molestarme y se iría.

O eso pensé que sucedería. Arrebató la manta de mi cuerpo y luego me obligó a ponerme de pie —Si pretendes que me valla como las veces anteriores, de una vez te digo que no me iré hasta que te levantes de esa cama.

—Está bien, esta bien— lo miré —¿Qué pretendes hacer?— pregunte mientras me levantaba sin ánimos —¿Me llevarás a correr al parque que está cerca de tu casa otra vez?— tomé la ropa y fui al baño a cambiarme.

Salí sin ánimos y luego él, con una sonrisa me tomó de la mano y me sacó de ahí, me subió a su auto y luego comenzó a conducir. —Tu madre me contó lo qué pasó— dijo él —En verdad esas personas fueron unas idiotas por no ver el gran corazón que tienes.

—Si— susurré mirando por la ventana —Todo hubiera sido diferente si yo hubiera nacido en un cuerpo masculino.

—Iremos a buscarte un empleo— al oír eso volteé a verlo —Pero primero te llevare a otro sitio, esa fue petición de tu madre, así que no me culpes a mi.

—Claro, pero de una vez te digo que si esto incluye algo parecido a lo del día de tu graduación, no me quedaré.

—No es nada de eso— me miró —¿Puedes olvidar eso ya?

—No lo haré— reí —Jamás superaré tu discurso de dolido "Llamaré a mi querido Agus" "Yo debería ir a buscarlo" "lo extraño tanto" "Hermana, por favor, te lo suplico, llévame con él"— incrementé mi risa.

—No llevaré otra gota de alcohol a mi boca nuevamente.

—Como sea— giré mi vista hacia el frente de nuevo —Solo llévame ahí de una maldita vez.

—Estamos por llegar, por favor no te pongas así.

Permanecí callado hasta que llegamos al lugar, él se estacionó y bajo del auto, yo también baje y me acerqué a donde estaba —¿Un gimnasio? ¿En serio?— me pare a su costado y lo miré serio.

—Si, tú madre no me dio muchas opciones— me miró —Era el curso de tejido o el gimnasio— comenzó a caminar y lo seguí —no quería hacer suéteres de estambre de nuevo, así que preferí tonificar mi cuerpo junto a mi amigo— dio una sonrisa y después entramos.

—Bueno, no creo que algo salga mal aquí, así que gracias— le di una sonrisa.

En poco tiempo uno de los entrenadores se acercó a nosotros y nos dio nuestra rutina. En serio que el ejercicio te despejaba la mente y te hacía olvidar los malos ratos.

El entrenamiento era un tanto rudo, pero me distraía de los problemas que me rodeaban, que me hundían en un hoyo muy profundo.

Al término del entrenamiento, volvimos a mi casa y el fue a dejarme hasta la puerta de mi casa —Descansa y espérame aquí mañana, iremos a buscarte un empleo y luego volveremos al gimnasio.

—Está bien— le di una sonrisa y luego entre a la casa.

—Hola, hijo— mi mamá se encontraba sentada en la mesa, tomando una tasa de café junto a la vecina de al lado.

—Hola, ma'— la miré y le di una sonrisa —Hola, señora Cristal— mire a la vecina y también le di una sonrisa.

—Hola, muchacho— ella me dio una sonrisa y volteó a ver a mi mamá —Que rápido que crecen, ¿No lo crees así, Ross?

—Si, mi hijo es todo un hombre ahora— ella miró a la vecina.

—Las dejó, iré a mi habitación— comencé a caminar y una vez estuve dentro, cerré la puerta y fui a mi computador para jugar algunas partidas y hacer una pequeña transmisión.

—Hola a todos mis seguidores— dije en cuanto la cámara comenzó a grabar y transmitir. —Lamentó haber estado ausente por mucho tiempo, hay una larga historia para eso, así que se las contaré mientras jugamos algunas partidas— entre al juego que jugaría con mis seguidores y un largo rato de distracción comenzó.