Cuestión de Tiempo

Prólogo

Biológicamente nací en un cuerpo femenino, pero no me sentía cómodo en ese cuerpo.

Si tan solo tuviera menos pechos, si mis caderas fueran más anchas, si mi voz fuera más gruesa, si mi largo cabello estuviera corto, si mi cuerpo fuera el de un hombre; todo sería mejor y diferente, porque me sentiría más feliz.

Aunque solo se quedó en sueños. Mi madre me nombró Lila, me agradaba el nombre, pero en realidad me habría gustado llamarme Dan. Así que les conté a mis amigos que me gustaba que me dijeran Dan y ellos me llamaban así.

Constantemente había peleas internas conmigo mismo. Existía una disforia cuando me miraba al espejo. No es bueno callar nada, porque cuando menos lo esperas, todo lo que has acumulado dentro, sale como una explosión y terminas hiriendo a los demás.

Todo lo que tenía acumulado en mi interior, simplemente salió un día y se sintió bien. Decir todo lo que ocultaba, contar a mi madre como me sentía y que quería fue mi mejor decisión, pero no todos lo tomaron de la mejor forma.

Algunos me rechazaron, pero otros más me apoyaron y comencé mi transición.

La sociedad no me acepto por completo, pero me bastaba con que mi madre y mi mejor amigo me aceptaran, con ellos era más que suficiente.

Cuando menos lo espere el amor llegó, amor a primera vista. Me enamore de un hombre heterosexual. No sería posible conquistarlo, pero mi madre solía decir que nada en esta vida es imposible, el único obstáculo eres tú mismo.

No me propuse conquistarlo, porque sabía que él no gustaba de mi. Solo me acerqué para volverme su amigo, él era una buena persona.

Todos los días me miraba al espejo y pronunciaba las mismas palabras "Todo es cuestión de tiempo"