Capítulo 7 - Siguiendo - comienzo de miedos o misterios

1300 Words
llevo el, aire y se volvió pesado. ¿Qué era esa presencia que solo ellos podían percibir y que congelaba mi sangre? Y mientras, yo tocaba a mi madre para darle calor, observe que el familiar de la cama primera no se despertaba, a pesar de toda la agitación. Finalmente, la extraña presencia pareció pasar, todos los pacientes. e quedaron tranquilos. Pero la imagen de mi madre, con el cuerpo frio y los ojos perdidos como los demás, mirando algo invisible, me dejo con una inquietud que ni la aparente calma podía disipar, La siguiente pregunta que me hice, sin embargo, abrirá una puerta a una posibilidad aterradora. Bien sea porque me dije a mí misma, ¿serán cosas mías lo que vi? ¿mi falta de sueño me esta traicionando? Bien, revise a mi madre y, gracias a Dios, ya se había dormido. Me tranquilicé un poco, porque la verdad estaba muy asustada, y me volví a dormir. Pero la imagen de los pacientes y el frio en el cuerpo de mi madre María, seguían asechando en un rincón de mi mente, esperando el momento para seguir con una fuerza aún mayor. Ya no, a las 5:30 a.m. Dela me despertó para aprovechar que nadie más se había levantado y usar el baño. En suma, despertamos a María para llevarla, y aunque nos ayudaba con su lado izquierdo, los medicamentos la dejaban aturdida y débil. Púes, la vestimos cepillamos la plancha, me cepille, lave la cara. Nos llevamos media hora en el proceso. Cuando, Dela la saco en la silla de ruedas hacia la cama, al caminar por el pasillo, sentí un escalofrió. Miré la primera cama con extrañeza, recordando el terror de la noche anterior. Y entonces, un sonido... Con el fin de que, Dela me saco de mis pensamientos dándome la vianda para alimentar a mi madre María. Era mi primera vez, y me emocione tanto que deje de pensar en todo lo demás. De repente, apenas llevaba la mitad de la vianda, cuando un grito desgarrador, seguido de un llanto rompió el silencio de la habitación. Miramos a la primera cama, en schok. "Parece que se le murió la mamá a la señora", dijo Dela, con una voz que era un susurro. La noticia fue como un puñetazo, pero la revelación que vino después fue aún más impactante. Con vista a, que las enfermeras llegaron corriendo, la revisaron a la paciente y confirmaron la terrible noticia, mientras buscaban al médico de guardia. Otro familiar se acercó a la señora, la levanto del suelo y la consoló pidiéndole el teléfono de sus seres queridos. Mientras todo esto sucedía, Dela me conto, con voz temblorosa, que esa señora se había despertado y había ido a tocar a su madre, y fue entonces cuando dio el grito. Para que, mi hermana aún nerviosa, añadió algo que me helo la sangre: el caso de esa mujer, y de todas las que estaban allí eran de ACV con alguna complicación, ¡Pero el de esa señora era el más parecido a el de mi madre María! Sea, me quede pensativa, con el corazón encogido. Luego, llego el doctor con un camillero, reviso, a la fallecida y la sacaron de la habitación. Mientras la señora recogía sus cosas y le ayudaban, mi hermana Dela se le acerco a la señora, le dio el pésame y la abrazo. La escena era desoladora, pero en mi mente solo resonaba una pregunta escalofriante: si el caso de esa mujer era tan parecido al de mi madre, ¿significaba que mi madre también estaba en la misma e inminente situación, al borde de un destino similar? La incertidumbre se volvió un peso insoportable. Hací llegaron, los familiares de la paciente fallecida llegaron, y sus gritos de dolor resonaron por los pasillos, sumiendo a los demás en un luto improvisado. Los que quedamos en la habitación, con lágrimas en los ojos, despedimos así a la primera compañera que habíamos perdido. Entran, luego los residentes y especialistas, nos sacaron de la habitación. Así que, bajamos por el pasillo y las escaleras, evadiendo la m******d que se agolpaba arriba por los familiares de la fallecida. El silencio que siguió, sin embargo, seria aun perturbador. Cuando, ya en sala de abajo, le comenté a Dela todo lo que viví la noche anterior, los destellos, las "pequeñas cosas" moviéndose, el frio en el cuerpo de mi madre María y la mirada perdida de los pacientes. Aunque me parecía haberlo soñado todo, la inquietud era real. Dela no me creyó, pero justo en ese momento, una llamada interrumpió la conversación, y la voz al otro lado del teléfono iba a cambiar todo. Por lo tanto, era Duviyida, le conté la situación, y ella tras un "que en paz descansé", cambio abruptamente de tema. Me pregunto por nuestra madre María, le dije que había estado muy inquieta anoche, pero que hoy estaba mejor. Su respuesta fue "qué bueno" pero lo que dijo después me dejo sin aliento. Me informo que la prima Lucky había llamado, que le iva a depositar una ayuda económica para medicinas, porque ellas ya habían pasado por esa situación similar con su propia madre Ramona, y nosotras la habíamos apoyado. La ayuda, aunque bienvenida, ocultaba, un propósito mucho más profundo. Así que, le di mi número de cuenta a Duviyida, y al revisarla, el dinero ya estaba allí. Le pedí que le diera las gracias a Luky, y Duviyida colgó. Dela me paso el desayuno, y mientras comíamos y conversábamos de otras cosas. La suma de dinero en mi cuenta, y la historia de Duviyida sobre su propia madre, se convirtieron en un mensaje religioso: la ayuda no solo era monetaria, era una promesa de que el verdadero desafió aún estaba por venir, y que yo no estaba sola para enfrentarlo. Sea al amanecer, los familiares fueron autorizado a pasar. El residente, con una expresión seria, nos entregó un nuevo récipe con 3 medicamento adicionales para mi madre María y se retiró sin decir una palabra. La inclusión de nuevas medicinas, después de lo sucedido con la compañera de habitación, encendió una luz de alarma. ¿Eran para mejorar a mi madre o para contrarrestar algo que no nos estaban diciendo? Terminamos de, entrar y encontramos a mamá María mucho más tranquila. Dela saco la vianda y comenzó a darle el desayuno, fue entonces cuando le dije que iría a buscar los nuevos medicamentos "iba haber si conseguía los nuevos medicamentos, ella dijo si no alcanza me llamas para hablar con los muchachos para conseguir lo de "si no alcanza me llamas más para hablar con los muchachos" me dijo Dela su voz teñía de preocupación. Entre, Sali del hospital con una misión clara, pero la búsqueda de esas medicinas, y lo que encontraría daría un giro inesperado a mi día. Enseguida, tome transporte y llegue a la farmacia. Pedí los 3 medicamento y milagrosamente ¡los tenían todos!, Gracias a Dios, el dinero me alcanzo, e incluso me sobro para comprar otro paquete de pañales. que ya nos hacía falta. Tomé un carrito y me fui a casa. pero al llegar, me esperaba algo más que almuerzo de Domini: una conversación que destaparía una nueva capa de misterio. A fin de, me senté almorzar mientras conversábamos de la situación. Domini, conmovido se compadecía por la señora fallecida, diciendo que era la que menos se quejaba en esa habitación, "Que en paz descanse" murmuro. Su lamento, sin embargo, hizo que una idea perturbadora se apoderara de mi: ¿porque era ella, la más silenciosa, la primera en irse? La respuesta, quizás estaba oculta en las sombras de la habitación del hospital. Con el fin de que, me levanté y me fui a acostar, esperando un merecido descanso. Dormí solo
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