En el vagón del tren, Tessa se encuentra viendo a través de la ventana un poco preocupada, por lo que le dijo su madre acerca de su apariencia física antes de abordar, por ende, las palabras que dijo su abuela no fueron de mucha importancia, si no las de Rosé. La pelinegra estaba un poco asustada porque no sabia lo que le depararía allí en la universidad; el miedo que sentía más que todo era por la falta de seguridad en sí misma, y también por el acoso escolar que vivió en la secundaria. —Mi madre tiene razón, debo hacer dieta si quiero tener nuevas amistades en la universidad. Pero es que es tan difícil. Pero mi madre tiene razón, debo hacer algo de una vez por todas para ser hermosa. —dijo Tessa en voz baja. La chica poco agraciada estaba pensando en un plan para mejorar su aparienc

