—Yaaaa, en serio… —dice él al fin, suspirando—. Irina, lo que ha dicho Ivanna… ¡Nooo! Lo que quiere decir Katya… es verdad. En ese instante Irina se queda helada, como si le hubieran echado un balde de agua con hielo. —¿Katya? —repite, bajando la voz. Y luego me apunta con el dedo como si yo fuera un fantasma—. ¿Qué dijiste? Espera y tú.. Sí, tú como lo sabes. Yo me muerdo el labio, pero no me retracto. Ya había abierto la caja de Pandora. —Lo sospeché —interviene Mauricio, tan tranquilo, como si hablara del clima. —¿Cómo? —salta Irina, mirándolo con cara de loca. —Fácil —responde él, con esa calma irritante—. Tenía una relación con Ivanna. Y cuando regresé de mi largo viaje y la vi en esa sala de juntas, pues… ella no me reconoció. Y lo último… la escuché discutir con su hermana. La

